jueves, 20 de septiembre de 2007

ESPAÑA Y KAMEN



20/9/2007.










Por su interés, incluyo este artículo de Arturo Pérez Reverte. No para los nacionalistas y para los historiadores Kameneros. No serviría de nada. Lean y disfruten.






El hispanista de la No Hispania

ARTURO PÉREZ-REVERTE | XLSemanal | 16 de septiembre de 2007

Henry Kamen regresa al ruedo ibérico. Y, como cada vez que saca algo del horno, el historiador inglés afincado en Cataluña, donde algunos le aplauden y ríen mucho los chistes, aplica bálsamo Bebé al culito del nacionalismo paleto que tanto lo estima. En el último libro, Kamen detalla sus últimos descubrimientos sobre la inexistente realidad nacional de España; que, como todo el mundo sabe, fue inventada a medias por Felipe V y el general Franco. Esta vez, don Henry sostiene que hasta el siglo XX no hubo cultura nacional española, que ésta floreció en los exilios, fue tardía y cutre, y que lo que hubo desde Séneca, Quintiliano, Pomponio Mela o Marco Valerio Marcial hasta hoy, incluidos Isidoro de Sevilla, Berceo, Cervantes, Gracián, Velázquez, Quevedo, Goya, Moratín, Galdós o Machado, ni fue nacional, ni fue cultura, ni fue nada. Sólo verduras de las eras.

Se preguntarán ustedes por qué no le tira un viaje a Henry Kamen algún historiador profesional, en lugar de un simple novelista aficionado a leer libros. También me lo pregunto yo. Sorprende el silencio de los corderos, en esta España Que Nunca Existió donde, sin embargo, abundan quienes le pondrían a Kamen los pavos a la sombra. Pero allá cada cual. Yo me bato por motivos personales: de vez en cuando, en entrevistas y artículos, Kamen menciona mi nombre. Me halaga, pero tengo una reputación que mantener. Empiezas dejando que un inglés te toque los huevos, y nunca se sabe. Y más tratándose de mi compadre Diego Alatriste, a quien alude don Henry cuando afirma: «Tengo una singular batalla con Pérez-Reverte, que obedece a que él escribe en torno a la glorificación legendaria de una España que nunca existió».

Pero Kamen patina. No se trata de gloria, sino de épica: materia no exclusiva de la delgada línea roja, fusileros irlandeses, mercenarios gurjas, lanceros bengalíes o la madre que los parió, cuyo patriotismo o carácter nacional nunca cuestiona Kamen, tan aficionado a desmontar los de otras naciones. Como historiador, don Henry conoce nombres y fechas: 1492, Las Navas de Tolosa, Pavía, Otumba, Trafalgar, Bailén o Cavite; incluidos Tolón, Tenerife, Cartagena de Indias, Buenos Aires y otros lugares donde los ingleses, pese a su motivación patriótica indiscutible y a su brillante cultura nacional anterior al siglo XX, se llevaron una enorme mano de hostias. Y en lo que a glorificación se refiere, precisemos que en las historias de Alatriste no se trata de eso, sino de todo lo contrario. A lo mejor es que el artista habla de oídas, pues lo desafío a demostrar que su España es más sórdida o descarnada que la que ven los ojos de Diego Alatriste. La palabra gloria no cuadra a esta nación, no por antigua menos infeliz, ingrata y miserable, ni a tanta bandera manipulada por tenderos sin escrúpulos e historiadores a sueldo. Sólo un imbécil puede confundir glorificación pomposa o patriotería barata con el acto de narrar desde la Historia y la memoria, como si en las bibliotecas españolas sólo figurase la colección del Guerrero del Antifaz. Henry Kamen no es un imbécil, pero vive en España –él diría en Cataluña– de dar coba a los que sí lo son. Por eso no huele a honrado el pan que come. Decir que España no existe como nación secular ni como cultura nacional es imitar a Jacques de Thou, quien el mismo año en que se publicaba la segunda parte del Quijote, negaba que en España hubiese cultura, fuera de Nebrija y el Pinciano. Así, negar lo innegable es ignorar, por la cara, la Ispania de Estrabón, la Spania de Artemidoro y la Hispania de Tito Livio; y más allá del simple –o no tanto– concepto geográfico, también es negar la monarquía hispano-visigoda, el concilio de Toledo, el «Yo són I chomte d’Espanya que apela hom lo chomte de Barcelona» de la Crónica de Bernat Desclot, los «Quatre reis que ell nomená d’Espanya, qui son una carn e una sang» de Ramón Muntaner, los privilegios otorgados a «la nación española» en Brujas, la Pragmática de Guadalupe, las referencias a España en los textos hostiles de Guicciardini y Maquiavelo, el Salón de Reinos del Buen Retiro de Madrid, la pugna del tomismo con el luteranismo, el padre Mariana, la Pepa del año 12, los cuernos del toro de Osborne y cuanto colguemos en ellos por delante y por detrás.

Otra cosa es que España sea un putiferio lleno de envidia, incompetencia y mala fe, donde en vez de Estado –ahí tiene razón don Henry– tenemos un infame bebedero de patos. Pero eso lo sabemos de sobra. No hace falta que nos lo diga un hispanista inglés, instalado bajo ubérrima sombra mientras sus agradecidos patrocinadores le trastean con entusiasmo la entrepierna. Y viceversa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con cierta sorpresa creo que últimamente está cobrando fuerza una tendencia a hablar de España como ficción histórica. No está de más que personas como Pérez Reverte, que tienen una tribuna y eco considerables para configurar la realidad social, canten las verdades del barquero a quienes alegremente hablan por no callar, siendo condescendientes con lo que dicen.

Por esa actitud y el contenido que subyace a ella, creo que son de muy de agradecer las palabras de Pérez Reverte.

Saludos.

Iván C.

Por cierto, Sebastián, ¿cómo valora la relación histórica entre Cataluña y Baleares?

¿Identifica esta relación con la situación actual con (en mi opinión) la percepción de que se trabaja por construir un ente común en lo ideológico, cultural e histórico que se impone a la relación entre ambas comunidades?

Sebastián Urbina dijo...

Me alegra tener noticias suyas. Lo primero no está desvinculado de lo segundo. Forma parte de una misma maniobra llevada a cabo por los nacionalistas periféricos (sus plumas orgánicas)para, a fuerza de repetir en plan Goebbels, mucha gente se crea que las mentiras son verdades.

Por mis relaciones con Cataluña,( lo que es una forma de hablar, porque me relaciono con personas) sé que es un programa político planificado desde hace tiempo. Poco a poco mucha gente habla de 'Paisos Catalans' como si fuera algo existente. Esto es un victoria para ellos. Pero, aparte de que no conocemos el futuro, no creo que estos planes imperialistas (aunque sean con boina) tengan un futuro apacible. La globalización va en su contra. Tendrán que reprimir y aleccionar, cada vez más para obsesionarse con la 'nación oprimida'. Mal camino. Por no hablar de la inmigración musulmana en Cataluña. Recomiendo 'La sociedad multiétnica' de Sartori.
Por otra parte, Pujol (un sectario culto e inteligente; hay de todo) se dió perfecta cuenta de la antipatía generalizada (ganada a pulso, gracias a sus políticos) hacia Cataluña. Propuso un plan de información y propaganda en toda España para mejorar la situación, que no se ha llevado a cabo. Tienen una enfermiza contradicción: crean el antiespañolismo (desde la escuela) pero venden más del 70% de sus productos a la maldita España. Están bastante enfermos, pero confío en la parte sana de la sociedad catalana.