miércoles, 19 de septiembre de 2007

LETARGO MORAL


19/9/2007.




LETARGO MORAL.



Durante el invierno, los osos caen en un sueño profundo, llamado letargo. Pero se despiertan en primavera. De ahí que no sea correcto decir, de mucha gente, que 'hace el oso'. Es mucho peor. Miles y miles de personas hibernan todo el año y repiten y repiten. No despiertan en primavera, como los osos. ¿A quién me refiero? En primer lugar a los nacionalistas; sigue el rojerío de cartón piedra (entre los que incluyo a los políticos del desgobierno), y la procesión termina con aquellas personas incoloras, inodoras e insípidas, que son lo que, en cada momento, convenga.
¿A qué viene esto? Usted mismo lo puede descubrir. La prensa canallesca nos informa:



'El castellano, contra la pared. En el comienzo del nuevo curso escolar, en algunas Comunidades con lenguas cooficiales, como Cataluña, Galicia y el País Vasco, se afianza una vieja tendencia: la educación en castellano es arrinconada por los políticos de turno.


A más a más.


'Editores en castellano se creen ninguneados en la feria de Frankfurt. El gremio envía una carta de queja al director del Institut Ramón Llull, Josep Bargalló. Antoni Comas (presidente del gremio de editores de Cataluña) remarcó su decepción con el director del IRL, al recordar que los autores en castellano 'más traducidos y que más se venden en todo el mundo, como Ruiz Zafón, Marsé o Mendoza, no van' a Frankfurt, haciendo evidente su temor a que sucediera lo mismo con los editores en castellano'.

No se trata sólo de que la clase política catalana (con las honrosas excepciones del PP y de Ciutadans) está loca de atar porque actúa, incluso, en su propio perjuicio sino, además, de la miseria moral de mucha gente, que se niega ver lo obvio. Muchos catalanes, que no están de acuerdo con estas cacicadas aldeanas, se callan como muertos. Al menos en público. ¡Que no digan que soy anticatalán! ¡Que no digan que soy del PP! Creo que estas actitudes ensucian, moralmente hablando. No es exigible ser tan valiente como Regina Otaola, por ejemplo. Pero entre esto y callarse porque los nacionalistas me podrían señalar con el dedo, va un abismo.

Mucha gente no está acostumbrada a ser más participativa, políticamente hablando. Y esta es una de las ventajas de la democracias indirectas. Dado que ya no vivimos en pequeñas ciudades, como Atenas, ya no podemos organizarnos con la democracia directa. Por mucha nostalgia que el rojerío tenga, en las sociedades extensas no cabe este tipo de democracia. Pero esto no significa que los ciudadanos tengan que ser pasivos.

Cuando un gobierno trata de desguazar el Estado y dar más fuerza a los nacionalismos independentistas, sin que estuviera en el programa político del partido, los ciudadanos pueden hacer dos cosas. O seguir haciendo el tonto, y esperar a que pase el muerto. O hacer algo. Por ejemplo, organizarse, social o políticamente. Como los del nuevo partido UDP. Si una sociedad no reacciona, en ciertos casos graves, es que no merece sobrevivir como tal sociedad. Tal vez lo que esta sociedad merezca es un aquelarre de reinos de taifas. Veremos.

Y veremos si el PP pacta (en el caso de que gane las elecciones) con los mismos que le quieren meter el cuchillo por la espalda. Ya he oido algo al respecto, por desgracia. Pero el argumento no me parece válido. Los pactos con los nacionalistas, de hace diez o quince años, no son lo mismo que ahora. Ahora sabemos bien, que esta gente es desleal y chantajista. Será una gravísima responsabilidad histórica de los dos grandes partidos (cada uno con su cuota de responsabilidad) hacer que esto cambie de rumbo. Cambiando, por ejemplo, la injusta y absurda ley electoral.


Sebastián Urbina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

O ya puestos, la Constitución.