11/4/2008.
Rosa y Javier (Audiatur et altera pars).
Este principio de imparcialidad, que rige en toda clase de procesos, exige dar audiencia a ambas partes. Esto viene a cuento porque en El Mundo de hoy, un columnista, Javier Legorburu, califica a Rosa Díez de 'narcisista e interesada'.
También la acusa de 'arrogancia ambiciosa'. Finalmente, sería responsable de 'exigir la humillante rendición sin condiciones de Ciudadanos'.
Parece razonable saber la opinión de los dirigentes de UPD a la hora de valorar la dura afirmación de que Rosa 'exige una humillante rendición sin condiciones'. De momento no me lo creo. ¿Por qué debería creerle?
Las descalificaciones a Rosa sirven, más bien, para calificar a Javier. Aunque sería deseable saber qué significa 'interesada'. ¿Interesada en qué? ¿En su propio beneficio? ¿En modificar la Constitución española? ¿En aumentar el número de afiliados?
Pero si Javier cree que Rosa Díez tiene tantos defectos, debería estar contento de que no haya habido un acuerdo entre UPD y Ciudadanos. Si Albert Rivera es tan majo y Rosa tan poco de fiar, habría que celebrar que haya fallado la coalición. Perdón, la humillación.
No creo que Rosa deba preocuparse por estas descalificaciones. Pero los militantes de UPD en Baleares deberían decir algo. Si tienen algo que decir, que se supone que sí. Tal vez, incluso, les permitan replicar en el mismo periódico.
Sebastián Urbina.
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