HAY QUE EMPEZAR A CONOCER LOS NOMBRES Y CARAS DEL FASCISMO CATALANISTA.
Obsérvese que a lo largo de esta enésima y penosa historia del fascismo catalanista que se ha perpetrado en un colegio ibicenco contra un niño disléxico, todo ha sido contado con pelos y señales, salvo unos detalles de suma importancia: las caras, los nombres, los apellidos y los cargos de los responsables de tanta iniquidad y ferocidad arbitraria en nombre del catalán.
He aquí una tarea- casi una obligación- para los mass media. El anonimato de los funcionarios ampara, en realidad, la impunidad y la inmunidad de sus decisiones. Parece como si el fascismo lingüístico actuante fuera como una especie de Gran Moloch informe, omnipresente y omnipotente, cuando en realidad son sujetos de carne y hueso, individualizables y perfectamente identificables, los que, usan y abusan de la Administración para coaccionar a los ciudadanos.
El día que empecemos a conocer quiénes son estos sujetos, la cara que tienen, como se llaman y dónde actúan, al menos conseguiremos que el repudio y la censura sociales actúen como contrapeso a su ignominia. (LB)
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