La doble vara de medir de la justicia en Baleares
Medio año investigando a una persona sin haber encontrado absolutamente nada es un plazo de tiempo más que razonable -de hecho, exagerado- como para poder afirmar que su reputación está fuera de toda sospecha. Pero si esa persona es alguien del PP, la cosa es diferente. Es lo que le está sucediendo al ex presidente de la comunidad autónoma balear, Jaime Matas, que lleva más de seis meses siendo investigado, y quienes llevan a cabo dicha investigación quieren seguir hurgando, a ver si encuentran algo. Semejante celo es aplicable también al portavoz del PP en el consistorio de Palma de Mallorca.
Así, Rafael Durán, junto con otras personas relacionadas con una investigación cuyas posibles responsabilidades no conllevan siquiera penas de cárcel -sólo sanciones administrativas-, ha pasado 72 horas en los calabozos para, una vez agotado el plazo máximo de detención, ser conducido al juzgado esposado de un modo al que sólo se conduce a los delincuentes más peligrosos. A la vista de todo el mundo, sobre todo de los medios, que es de lo que se trataba. Ahora que todos ellos están en libertad con unas fianzas mínimas, nada se dice de la desproporción con que han sido tratados, amen del trato recibido durante su reclusión.
Tales hechos no son sino la punta de un execrable iceberg, tras el que, desgraciadamente, se van acumulando numerosos indicios que parecen apuntar a un propósito de laminar mediaticamente al Partido Popular utilizando los recursos del Estado —y esto es lo más grave- a fin de presentarlo ante la opinión pública como un saco de corruptelas.
En la Isla es público y notorio que determinados asuntos -los relativos al anterior equipo de gobierno socialista en el ayuntamiento de Calviá, o las opacas y enrevesadas cuentas de Unión Mallorquina, entre otros muchos- seguirán cubiertos por un tupido velo. Da la impresión de que los impulsos de la fiscalía en Baleares corren en una sola dirección. Poco importa que los resultados obtenidos hasta el momento sean escasos o nulos: el caso es que unos son investigados hasta el límite de lo permisible en un Estado de Derecho y tratados como auténticos criminales, mientras que otros se van de rositas.
La lista de altos cargos socialistas condenados -no ya imputados o investigados, cuyo número sería aún mayor- por delitos graves es extensa. En cambio, no se recuerda a un socialista entrando esposado a declarar. Los propios sindicatos policiales han protestado por la desmesura que media entre unos casos y otros. Y llevan razón. La credibilidad de la justicia sufre un serio menoscabo a ojos de la ciudadanía con este tipo de actuaciones que, por el bien de las instituciones, no deberían de repetirse. Fiscalía e Interior deberían dar más de una explicación en este asunto. Ellos son los responsables. En más de un sentido.
El afirmar lo que antecede, no le hace a uno alinearse en operación alguna de ocultamiento o disimulo de los casos de corrupción que afecten o puedan afectar al PP. Nuestra hemeroteca es testimonio incontrovertible de los editoriales publicados —por no hablar de numerosos y contundentes artículos de opinión- denunciando los casos de corrupción probados, además de los de conducta impropia y poco ética. Desde el principio de estos culebrones, hemos exigido depuraciones, dimisiones y actuación de la Justicia. Sin embargo, ello no es obstáculo para salir al paso de filtraciones demasiado afinadas, en exceso coincidentes con otros calendarios políticos, escuchas y otros procedimientos siniestros, todos al servicio de un montaje mediático demasiado obvio y que apesta a un tema gravísimo de abuso de poder. Los dos fenómenos desgraciados son paralelos y compatibles. Y ambos son perseguibles de oficio. Que los partidos mayoritarios los utilicen y manipulen con fines de ocultar o distraer hechos desagradables que a cada uno afectan, no hace desaparecer la realidad de uno u otro caso. A la opinión mayoritaria le repugnan ambos. Y a nosotros también. (ElImparcial)
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Sigamos hablando de los trajes de Camps y las bragas de Rita Barberá, que es lo realmente importante.....
1 comentario:
El principio fundamental del Derecho que gobierna la actitud de la Fiscalía en Baleares es el castizo dicho que reza "Al amigo hasta el culo, al enemigo por el culo y al indiferente se le aplica la legalidad vigente". Los progres lo tienen muy fácil con el discrepante; se limitan a aplicarle el Código Penal. Algo habrán hecho.
Siempre se puede aplicar pena de banquillo, pena de esposas, pena de expediente disciplinario ... y luego ya veremos qué ocurre.
Sería interesante que las "cabezas pensantes" del PP reflexionaran sobre la oportunidad perdida de sanear la Justicia el año 2000 y la torpe componenda de Michavila.
A los del PP esto les pasa por bobos. Y a algunos, por chorizos.
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