Jueves, 27-08-09
A la vista del socialismo anti-sistema catalán, cuesta mantener la serenidad democrática. La confianza en el Estado de Derecho, en el cumplimiento de las leyes, en la igualdad de derechos y obligaciones y en todos los demás pilares de la democracia. Todos ellos en ridículo, o peor, en suspenso, por obra y gracia de los anti-sistema de Cataluña. Y me refiero en este caso a los socialistas y sus amenazas frente a una posible sentencia del Constitucional que invalide artículos del Estatut.
Que la mayoría de los nacionalistas son anti-sistema, ya lo sabemos.
Contábamos con ello.
También sabíamos lo de los socialistas catalanes, pero algunos nos resistimos todavía a contar con ello. A aceptar que una parte del socialismo español, de uno de los dos grandes partidos de nuestra democracia, es igualmente antisistema y está dispuesta a declararse en rebeldía frente a las normas democráticas.
Contábamos con ello.
También sabíamos lo de los socialistas catalanes, pero algunos nos resistimos todavía a contar con ello. A aceptar que una parte del socialismo español, de uno de los dos grandes partidos de nuestra democracia, es igualmente antisistema y está dispuesta a declararse en rebeldía frente a las normas democráticas.
Si todo un Gobierno autonómico, si la misma élite política amenaza con incumplir la ley, mejor dicho, ya la está incumpliendo, y no hay un Gobierno de la nación que lo impida, corremos el riesgo de que muchos ciudadanos tengan la tentación de incumplirla igualmente. En aquello que no les guste o convenga. ¿Por qué íbamos a cumplir los españoles la ley si los políticos catalanes pueden saltársela cuando les parezca?
Que nos lo explique Zapatero. No sólo porque es el responsable de impedir la insumisión de los gobernantes catalanes. También porque es el principal responsable del PSOE, lo que incluye a sus antisistema de Cataluña. Y, más importante aún, porque los anti-sistema han sido alentados por él mismo con su nefasto liderazgo del nuevo Estatut. Los españoles, empezando por los vascos, hemos esperado 30 años para que se cumpla la ley en el País Vasco. Y, francamente, yo no me veo con paciencia para esperar otros 30 ahora en Cataluña. (Edurne Uriarte/ABC)
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SOCIALISMO NACIONALISTA.
Edurne Uriarte tiene todo el derecho a resistirse a creer que los socialistas catalanes son antisistema. Pero esto no evita que lo sean. Si esto significa que respetan las leyes cuando les conviene y las ignoran o las incumplen cuando no les conviene.
Esto es lo que llevan haciendo, hace ya tiempo, los socialistas y sus hermanos nacionalistas.
Llevamos unos treinta años de obsesión identitaria catalana. Aunque mejor sería decir 'enfermedad identitaria'. Como buenos enfermos no quieren enterarse de su enfermedad. De forma parecida al delincuente juvenil que da la culpa de sus actos a la sociedad o a sus padres, los socialistas y nacionalistas catalanistas, llevan manipulando la mente de las jóvenes generaciones de Cataluña. La culpa de sus males siempre es de otros. Los de fuera. La 'puta España'.
Es la conocida táctica de Goebbels. Repite mil veces una mentira y se convertirá en una verdad. Especialmente si controlas los medios de comunicación, los presupuestos, las subvenciones, los grupos radicales, etcétera.
Y todo este agitprop, toda esta mentira, todo este odio a España, es negado cuando conviene, especialmente fuera de Cataluña. Es más, los que así lo denuncian son acusados de 'anticatalanes'. Es la muerte civil. Y eso hacen los socialistas de otros rincones de España, negar la evidencia cuando conviene. Y los progres. Y la gran mayoría de los medios de comunicación. Y muchos peperos para no quedarse solos. Basta ver y oir los comentarios de Alicia Sánchez Camacho y otros.
Y los que no se rinden, los que no se venden a toda esta basura, les pasa como le pasó a Boadella. O tienen que aislarse o, al final, se tienen que marchar del Oasis. Y como él, muchos otros. 'Anticatalanes' todos. Y fachas. Y españolistas. De mierda, por supuesto.
Si, Edurne Uriarte puede seguir creyendo que los socialistas catalanes respetan las leyes democráticas. Pero ella sabe que no es cierto. Ya no podemos mantener, por más tiempo, esta maloliente mentira que todo lo invade. Con el visto bueno del Presidente Zapatero, el principal (no el único) responsable del desastre que representa el Estatuto catalán.
'La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira'. J.F. Revel.
Sebastián Urbina.
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