Redacción | Publicado el 31 Julio, 2008 |MD)
ENSAÑAMIENTO CONTRA LOSANTOS.
La justicia para que sea justa debe ser igual para todos. No nos parece de recibo que se castigue a un periodista por expresar sus opiniones respecto a tal o cual personaje, por muy desabridas que sean, cuando los demás hacen exactamente lo mismo respecto a él u otros personajes.
Siempre hemos dicho que estas cuestiones, tanto en el caso Gallardón como en el Zarzalejos, se deberían solucionar sin meter a los tribunales por medio, como en el XIX y principios del XX se resolvían los feroces duelos entre intelectuales y articulistas desde las páginas de los diarios de la época. Nos encontramos con personajes de notoria relevancia pública que sin duda han tenido y tienen a su disposición medios de sobra para exponer sus puntos de vista y poner en su sitio, con la misma contundencia o con la que deseen a Losantos. No se trata de humildes ciudadanos que no puedan responder con la debida repercusión a las críticas del locutor. Es más, para el público sería enriquecedor asistir a una batalla de argumentos, datos e ingenio entre los mismos, en vez de escuchar la árida prosa jurídica de una sentencia.
Pero sobre todo no entendemos como es posible que a Losantos se le pueda poner a caer de un burro, con expresiones tan despectivas como talibán, víbora, nazi, Jiménez Losdemonios, terrorista, golpista de las ondas etc. etc. o se manifieste la alegría más o menos encubierta por el tiro que le pegaron los de Terra Iure, o como hizo Luis del Olmo, se usen expresiones tan desafortunadas como le “subiría a los altares y luego pondría una bomba en esos altares”,
y a la vez se criminalicen las expresiones, también desafortunadas, pero menos intensas, de Losantos, cuando incluso nunca han llegado a tal grado de inquina. Nada tenemos que agradecerle en MD a Jiménez Losantos y a su truppe, es más, como siempre hemos estado fuera de su exclusivo club liberal, nos resultaría muy fácil hacer leña del árbol caído, pero a diferencia de otros que sí le deben muchos favores y que no dudan en poner tierra por medio ahora, nosotros queremos romper una lanza a su favor, porque nosotros, a diferencia de otros que presumen de lo que no son, sí creemos firmemente en la libertad de expresión, de Losantos y Gabilondo o de El Plural y Minuto Digital, en definitiva del pluralismo sin censuras más o menos encubiertas, ya sean económicas o judiciales.
Y es que no puede ser que se pueda llamar asesino a Aznar y no se pueda calificar de traidor a Zapatero. Detrás de los que se quejan de los excesos de Losantos, que desde luego no vamos a negar, -muchas veces hemos considerado que el locutor se equivocaba al unir a sus muchas veces acertadas críticas descalificativos personales- nos tememos que se esconde el espíritu de lo que Jean-François Revel denominaba “cláusula del totalitarismo más favorecido”, que empleaba para referirse a la hipocresía de la izquierda europea que hacía distingos entre los abusos del totalitarismo nazi y los del comunista, para condenar y perseguir el primero, para acto seguido negar, justificar, disculpar o tratar benévolamente al segundo, cuando sus actos eran exactamente igual de deleznables desde un punto de vista éticamente objetivo.
Así parece que con el ensañamiento al que esta siendo sometido Losantos, el mensaje que se nos quiere mandar es que unos pueden “pasarse” y otros no, según la orientación política contra quien vayan dirigidas sus críticas. Y eso, es ni más ni menos que una derogación de la libertad de expresión, sea acertado o desacertado el estilo, el tono o las formas de Losantos, porque al final lo que se limita es el fondo de la opinión, según guste o disguste a quien domina los resortes del poder, y eso, se pinte como se quiera pintar, es el fin de la libertad.
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