LA INVASIÓN DE LOS BÁRBAROS.
Que tengamos que salir los no creyentes en defensa de la Iglesia Católica es de nota. Los que hace ya muchos años dejamos atrás nuestra fe católica, tal vez con demasiada ligereza filosófica, fuimos en general muy respetuosos con quienes seguían el camino de la religiosidad. De hecho, no pocos curas y monjas nos permitían reunirnos en sus templos e instituciones para ir configurando el futuro democrático de España.
Me quiero acordar hoy de Pedro León y de Antonio García del Moral. ambos sacerdotes dominicos El primero, joven y renovador cura de sencillos valores y principios, amparó a casi un centenar de jóvenes en la Iglesia de Santo Domingo de Jerez. Allí hacíamos teatro, leíamos, aprendimos a beber cerveza, jugábamos al ajedrez y a las damas y conversábamos de política y religión. El que quería, sin obligación alguna, se reunía para cosas de catequesis y equipos de trabajo. Hace poco hablé con él. Había leído el libro "Por qué dejé de ser de izquierdas" donde le mencionaba brevemente y me llamó para agradecerme mi recuerdo. Quedamos en vernos pero sus condiciones físicas –las económicas son dignas de escándalo por su pobreza–, apenas le permiten andar pasada la mañana. Este cura hizo más por la democracia y la convivencia que todos esos energúmenos banales que se desnudaron el otro día en la capilla de la Universidad Complutense con la complicidad del berzotas de Berzosa, el infame rector.
Me quiero acordar también de Antonio García del Moral, otro dominico del mismo convento. Políglota, redactor de la Biblia de Jerusalén me pareció entender, que era un intelectual de altura sumergido en una humildad beatífica. Muchas de mis nociones primigenias fueron matizadas, cuando no derribadas, más con la dulzura de sus diálogos que con la calidad de sus razonamientos, muchos de los cuales, la verdad, no entendía.
Y voy a acordarme también de Rosa, Consuelo, María y otras muchas monjas seglares que administraron un Centro de Espiritualidad en Jerez, junto al parque zoológico, en el que se acogían cursillos de cristiandad y, además, cursillos de la HOAC, de la ZYX y se cobijaban muchos de los que estaban perseguidos por la Policía, comunistas y socialistas incluidos
Que estos niñatos hayan hecho lo que han hecho en una capilla católica es algo imperdonable, por la falta de respeto que supone, pero, sobre todo, por la falta de inteligencia que denota. Estar en la Complutense sin que nadie les haya explicado todavía que Iglesia Católica, derecho, democracia, ciencia y tolerancia forman un complejo tesoro histórico devenido tras muchas contradicciones, indica en manos de quién estamos.
Los católicos han cometido muchos errores y pecados y, asimismo, han hecho mucho bien, pero en el siglo XXI ni obligan, ni matan, ni imponen ni juzgan.
Me niego a admitir y a consentir que unos ignorantes les falten al respeto cuando no tendrían cojones ni ovarios para hacer ni la mitad en una mezquita, donde se practica una religión que aún hoy, obliga, mata, impone y juzga, muy especialmente a homosexuales y lesbianas, adalides de la profanación de Madrid.
Hasta los bárbaros fueron conscientes de la capacidad civilizadora de la Iglesia. Es que eran bárbaros, pero no tontos. (Pedro de Tena/ld).
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La izquierda reaccionaria es profundamente sectaria. Su estupidez proviene de este profundo sectarismo. Y se creen moralmente superiores. Otra forma de estupidez de izquierdas.
Y las autoridades, académicas y no académicas, mirando al tendido. Un Estado de Derecho en el que no se aplican las leyes, no es un Estado de Derecho. Aunque, en realidad, es peor. Se aplican solamente las leyes que a ciertos poderes (fácticos, o no) interesan. Lo que nos acerca a una república bananera. Ahí estamos. Eso sí, con otra subida del recibo de la luz. Y no hemos terminado.
Sebastián Urbina.
1 comentario:
Ayer, después de muchísimos años, abracé a Pedro León. Me emocioné al recordarlo joven, fuerte y vehemente en la Parroquia de San Jacinto en Sevilla en los años 1972 y 73. Comparto sus comentarios sobre él y sobre Antonio García del Moral, a quien conocí en aquellas fechas. De ambos recibí un testimonio de vida coherente. Por lo demás también comparto su comentario sobre "La izquierda reaccionaria". 4.4.2011 Agustín
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