viernes, 25 de marzo de 2011

CARADURAS Y ACOMPLEJADOS

CÓMO ESTÁ EL PATIO

Por qué a la izquierda le saldrá gratis lo de Libia

Por Pablo Molina

La izquierda es muy bocazas diciendo una cosa y la contraria según le conviene porque puede permitírselo, visto que su rival político no tiene el menor interés en airear las contradicciones y la tremenda hipocresía de que suelen hacen gala los voceros del progresismo.

Con la matraca de la guerra de Libia, que ni es guerra ni es nada, sólo un espectáculo lamentable para que Napoleonet se crezca en la intimidad con la Bruni, la fiel infantería del PSOE anda un poco desnortada. No porque en el PP le pidan explicaciones sobre esa tendencia belicista recién adquirida, sino porque a veces hasta los izquierdistas necesitan tener alguna certeza de que no son unos botarates sin principios a los que sólo les interesa que lleguen al poder sus líderes, aunque sean tan prescindibles como el propio ZP.

La guerra es mala y la izquierda es pacifista. Se trata de dos mentiras no por repetidas menos falsas, pues no hay otro proceso humano que haya salvado más vidas que la guerra, ni ideología que haya promovido más conflictos y asesinado a más seres humanos que el socialismo en sus distintas versiones: rojo, pardo o negro.

Pero en España se da la curiosa circunstancia de que la derecha política es la primera que sostiene la matraca histórica del socialismo como promotor y garante de la paz y los derechos humanos, de forma que no es extraño que nos luzca el pelo nacional de la forma en que lo hizo el martes pasado en el congreso de los diputados.

¿Qué hacemos en Libia? Pues no lo sabemos, porque de hecho ni siquiera el gobierno tiene claro qué hemos ido a hacer allí. La ministra soldados-digan-conmigo-viva-España afirma que hemos acudido para intentar acabar con Gadafi, Zapatero dice que eso ni pensarlo, y la sucesora de Moratinos rinde homenaje a su antecesor informando a la opinión pública de que eso no es una guerra; de hecho, no es ni un ataque aéreo, sino tan sólo una resolución de la ONU.

O sea, que le hemos declarado una resolución de la ONU a los libios, a unos cuantos centenares de los cuales nos vamos a cargar... no con las bombas de los aviones y los misiles de los barcos, sino por culpa de un golpe mal dado con el reglamento del procedimiento administrativo en el ámbito internacional. Un consuelo para los caídos en esta resolución de la ONU, que al menos se van al otro barrio no como víctimas de una ofensiva armada, sino por un leñazo democrático, asestado con el destilado doctrinal del derecho de gentes que recoge el documento aprobado por el consejo onusino de seguridad.

Por su parte, los actores, cineastas, escritores, columnistas, payasos televisivos y demás gentes de la cultura (sic) siguen sin dar un mugido más alto que otro. Son tan buenos actores, que aguantan perfectamente la risa mientras dicen que la "operación" de Libia es legal, legítima, justa y necesaria, a diferencia de la guerra de Irak II, porque ahora hay un documento de la ONU que dice que el que quiera ir a pegar petardazos a los libios puede hacerlo con la bula de Su Laicidad Ban Ki-Moon.

¿Por qué le va a salir gratis la fantochada bélica de Libia a los sociatas? Pues porque la derecha es más izquierdista que ZP y porque todavía hay dinero mantener callada a la gente de la cultura con abundante forraje presupuestario. El dinero acabará acabándose –con perdón–, por la propia dinámica del derroche público. Pero lo del izquierdismo de la derecha, por desgracia, no cambiará jamás. (IlustraciónLiberal).

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CARADURAS Y ACOMPLEJADOS.



Pablo Molina tiene todas mis simpatías, pero creo que no se trata solamente (solamente) del forraje presupuestario del que chupa sin pausa el rojerío hispano. La izquierda, aparte de forrarse, erre que erre, y ere que ere, cree que es moralmente superior.


Hay que ser un cretino para creer esto, pero es así. Son unos cretinos de izquierdas. Y dado que se creen moralmente superiores pueden hacer lo que les venga en gana porque el fin (su fin es la emancipación universal) justifica los medios.


Siempre ha sido así. Unas veces han hecho correr rios de sangre, en los casos del socialismo realmente existente, y en otros casos se han limitado al Pacto de Tinell, el 'cordón sanitario' y echar excrementos en las sedes del partido popular. Además de llamarles 'asesinos'. Esta es la gentuza de izquierdas. Por supuesto, hay honrosas excepciones.


Luego está la derecha. Con las excepciones de rigor, son una cuadrilla de acomplejados. No es que sean izquierdistas, es que quieren no parecer de derechas. ¿Por qué? Porque están acomplejados. ¿Y eso? Porque se han tragado lo de la superioridad moral de la izquierda. O sea, son unos gilipollas. Eso sí, de derechas.


Con las honrosas excepciones de la izquierda y de la derecha se podría dirigir, dignamente, este pais. O sea, España. Pero, por desgracia, son minoría. Dado que son honrosas excepciones. ¡Qué asco!


Sebastián Urbina.

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