lunes, 27 de junio de 2011

ENFOQUES DE LA GUERRA CIVIL.









ENFOQUES DE LA GUERRA CIVIL.

En una tertulia de amigos, alguien afirmó que mis puntos de vista sobre la república y la guerra eran ya conocidos, concediendo solo que yo los había hecho más eficaces al apoyarlos en fuentes de la propia izquierda. A mí me parece que mi enfoque de tales asuntos difiere tanto de los tradicionales de izquierda como de la derecha.
La izquierda ha explicado la guerra civil según la "lucha de clases" (obreros-capitalistas, privilegiados-desheredados, progresismo-reacción semifeudal, etc.) y secundariamente invocando la democracia, entendida también desde la lucha de clases. La derecha ha tendido a interpretarla según la alternativa orden-desorden o cristianismo-comunismo, junto a conceptos de justicia social. Y a menudo se han mezclado puntos de vista derechistas e izquierdistas, con resultado de una notable confusión que volvía los sucesos aún más ininteligibles.


Mi enfoque, por el contrario, se basa en la democracia liberal (única democracia posible, en realidad). El modo como llegó la república, sin oposición, permitía construir una democracia de libertades, separación de poderes y alternancia en el poder, respetuosa con la tradición y cultura españolas, muy mayoritariamente católicas. Pero, como he explicado al señor Malefakis, este no era el concepto de democracia que tenían las izquierdas. Dentro de ellas había ideas diversas y contradictorias, pero concordaban en algo que podría expresarse así: la democracia consistía en el gobierno de la izquierda y en la liquidación de la Iglesia. La historia y naufragio de la república se resumen en la pugna entre la izquierda por imponerse cada vez más violentamente, y la resistencia de la derecha a dejarse avasallar. Las agresiones partieron, con pocas excepciones, de la izquierda, y con mucha mayor furia.


Se ha dicho que la república fracasó porque no había republicanos. En realidad eran republicanas todas las izquierdas y parte de las derechas. Entre estas, la mayoría aceptó al régimen, aunque sin fervor, y solo una fracción menor lo rechazó, y aun después de trauma inicial de la quema de conventos, bibliotecas y escuelas por la izquierda. Lo que apenas había era demócratas liberales. En la izquierda, solo excepciones como Besteiro (a pesar de su pintoresco marxismo); y casi toda la derecha temía la democracia, al identificarla con el energumenismo izquierdista. Se resignó a ella de mala gana, hasta que la propia legalidad impuesta por las izquierdas fue demolida por estas en el Frente Popular.


Este enfoque, como digo, difiere mucho de los tradicionales y creo que permite explicar y entender mejor los hechos. Incluido el franquismo posterior y la transición. (Pio Moa)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mejor no digo ni Pio porque me importa un bildu. terroristas periodistas autonomos taxistas, todos crean riqueza y puestos de trabajo los buenos ahora somos liberales con fantasias politicas a raudales.