domingo, 26 de junio de 2011

LA DEGRADACIÓN MORAL DE LA IZQUIERDA.

LA DEGRADACIÓN MORAL DE LA IZQUIERDA.




‘Para empezar, habrá que destruirlo todo. Toda nuestra maldita civilización deberá desaparecer antes de que podamos traer alguna decencia al mundo’ (‘‘Mourian’, en Les Thibaut, de Roger Martin du Gard)



Esta utopía irresponsable y ensangrentada, ha llenado y llena, todavía, el corazón de millones de personas. Personas que creen ser mejores porque desean una especie de ‘mundo feliz’, en el que no habrá contradicciones ni injusticias, en el que existirá el ‘hombre nuevo’ (de izquierdas, por supuesto) y en el que todos seremos felices. ¿Simpleza? Sí, pero esta utopía lleva sobre sus espaldas unos cien millones de muertos. 

A pesar de los insultos que han recibido los historiadores franceses, autores del ‘Libro negro del comunismo’, es un trabajo sólidamente documentado.


Claro que, según algunos, lo ‘malo’ no es, por definición, de izquierdas. Si usted dice que la Stasi, la Checa, o el Gulag, son de izquierdas, será acusado de algo. Por ejemplo, de ser un facha, anticomunista, o de derecha extrema. La conclusión es que solamente ‘lo bueno’ es, verdaderamente, de izquierdas. ¡Hay que ser tonto para creer esto!


En cambio, si es usted católico, por ejemplo, e intenta convencer a un izquierdista de que la Inquisición ‘no es verdadero catolicismo’, será despreciado como hipócrita y falsario. Y facha. Pues bien, la Inquisición forma parte de la historia del catolicismo y la Checa, el Gulag y la Stasi, forman parte de la historia de la izquierda.


A veces se critica la utilización del término ‘izquierda’ porque se aplicaría, supuestamente, a todo tipo de izquierdas. Y esto sería injusto. Aceptemos que hay diversos tipos y las críticas, las mías, por ejemplo, sólo serían válidas (en el mejor de los casos) para una o varias, pero no a todas. Cuando escribo, supongo que mis lectores tienen la inteligencia suficiente para entender que hay términos vagos, como ‘izquierda’, ‘derecha’, ‘progresista’, reaccionario’, etcétera. También les supongo inteligencia suficiente para entender que al hablar de ‘izquierda’ no me refiero a todas y cada una de las personas que se autocalifican de ‘izquierdas’. Esto lo dejo para los seguidores del todo-nada, o del blanco-negro. Y, por último, también supongo, en mis lectores, inteligencia suficiente para entender que un artículo periodístico no es un tratado, y que nunca se puede decir todo. Aunque tampoco se puede en los tratados.

No es tan difícil. La distinción que hago es entre la izquierda democrática y la derecha democrática, por una parte, y la izquierda no democrática y la derecha no democrática, por otra parte. Me sitúo con los primeros (los democráticos), se llamen como se llamen. Ahora bien, circunstancialmente, puedo opinar como Fernando Savater, cuando pide públicamente que no se vote al Partido Socialista Obrero Español. Porque su actitud ante el problema terrorista y territorial, es criticable y rechazable. Aparte de haber engañado a la gente en numerosas ocasiones. Ya saben, primero ETA dejará las armas, renunciará a la violencia, luego no hay crisis económica, los brotes verdes, etcétera. Espero que cualquier persona, con un mínimo de buena fe y capacidad, entienda lo que digo.

Seguramente hay gente ‘de izquierdas’ que no rechaza la familia, la religión, la propiedad privada, la sociedad de mercado y el Estado de Derecho. El problema es que amplios sectores de la izquierda (con poder político y sin él) adoptan actitudes que van en contra de la economía de mercado, que se supone que aceptan. ¿Por qué sólo se supone? Porque, en el fondo, desprecian el capitalismo aunque no les queda más remedio que gestionarlo. Cuando ganan las elecciones. Estas cosas no sólo suceden en España. En esta dramática idiotez han participado no sólo intelectuales ‘de izquierdas’, es cierto. Pero son abrumadora mayoría.
Es decir, la propuesta de utopías irrealizables (llenas de sufrimiento y sangre) han ido de la mano de la mentira y de la falsificación de la realidad. Un buen ejemplo lo tenemos en el libro de Martin Amis, ‘Koba, el temible’. También podemos recordar la conocida petición de J. Benda, en La traición de los intelectuales, de no subordinar la verdad al compromiso, o los avisos de H. Arendt contra las interpretaciones definitivas del mundo, ‘Los orígenes del totalitarismo’, entre otros.

Una profunda hipocresía atraviesa el pensamiento y la acción de la izquierda, aunque no sea en completo monopolio. Se trata, como he dicho, de su desprecio por la economía de mercado, por una parte, y su utilización, a regañadientes, por otra. Es decir, la izquierda no tiene un modo de producción propio que sea presentable. Lo ha intentado, pero ha fracasado de manera estrepitosa. Ha tenido que aceptar el modo de producción del ‘enemigo’, la economía de mercado. Esta esquizofrenia no está resuelta. Su intervencionismo en materia económica, es una permanente muestra de su deseo totalitario de dirigir de ‘forma progresista’ la economía de mercado.

Expresa, además, su desconfianza hacia los empresarios (explotadores) y con la ‘lógica’ del mercado. Recordemos el rotundo fracaso de F. Mitterrand, que quiso sustituir ‘la lógica del beneficio’, propia de los malvados capitalistas. Además, miente de forma indecorosa cuando compara la realidad (la sociedad occidental) con un mundo ideal (la utopía de izquierdas), y ganan siempre. Porque la realidad es siempre más imperfecta que idealidad. Pero sólo ganan cuando sueñan. Y, a pesar de sus repetidos fracasos, se creen moralmente mejores. Triste y peligrosa enfermedad del alma.

Los matices, o diferentes sensibilidades, como les gusta decir, no logran esconder un rechazo frontal a cuestiones que son clave para millones de personas en la sociedad occidental. Por ejemplo, no soy creyente. Ni presumo, ni me escondo. Pero lo que no haría nunca es decir, o hacer cosas, que ofendieran los sentimientos religiosos de los demás. El que haya gentes de izquierdas que no les importe, o incluso aplaudan (‘que se jodan los católicos’) que se hagan exposiciones fotográficas de Jesucristo y la Virgen, follando y haciendo pajas (en Extremadura y patrocinado por los socialistas), es un ejemplo, no sólo de su falta de sentido estético sino de su falta de respeto a los demás. Es una forma grosera y zafia de insultar a los católicos. ¿Cómo pueden esperar respeto con esta vergonzosa actitud? 

Pero son cobardes. No absolutamente todos. ¿Verdad que me entienden? Son cobardes porque se escandalizan cuando un dibujante danés hace unos dibujos satíricos contra Mahoma. Rápidamente el Presidente Rodríguez pidió respeto. Pero no pidió respeto por las ofensas a los católicos debido a la exposición fotográfica (en Extremadura) que acabo de comentar. ¿Por qué? Porque son cobardes y porque desprecian (no absolutamente todos y en la misma medida) valores básicos de la cultura occidental. Además, les aseguro que si hubiera ‘grupos armados católicos’ que pusieran bombas en el trasero de los progresistas que ofenden los símbolos cristianos, irían con mucho cuidado. Por eso respetan tanto a los islamistas. Porque les temen. Y porque son un ‘competidor’ de la Iglesia Católica.


Por otra parte, el matrimonio entre personas del mismo sexo es algo tan raro en todo el mundo, que solamente ha sido aceptado en tres países, incluido el nuestro. Lo normal es aceptar, en estos casos, ‘uniones civiles’. Y eso en sociedades democráticas. Mejor no hablar de lo que pasa en otros países con los que sueñan con una Alianza de Civilizaciones. Creo que ahorcan a los homosexuales.

Otra de las hipocresías (acompañadas de degradación moral) de la izquierda, es la de distinguir entre dictaduras buenas (las de izquierdas) y malas (las de derechas). Conocidos ‘intelectuales’ de izquierda alaban y han alabado, públicamente, al dictador Fidel Castro. Y se quedan tan panchos. No les da vergüenza. Eso sí, Pinochet es malísimo porque es un dictador de derechas. ¿Se puede ser más sectario? Es muy difícil.

Uno de los grandes mitos del rojerío mundial, Che Guevara, decía: ‘Debe dársele al reo la posibilidad de hacer sus descargos antes de fusilarlo. Y esto quiere decir, entiéndase bien, que debe siempre fusilarse al reo, sin importar cuáles hayan sido sus descargos. No hay que equivocarse en esto. Nuestra misión no consiste en dar garantías procesales a nadie, sino en hacer la revolución, y debemos empezar por las garantías procesales mismas’.

El angelito firmó 1.892 condenas a muerte. Tal vez convendría leer a la escritora cubana Zoe Valdés, para no seguir tragando mitos ensangrentados y usando sus camisetas. Pero conocer la verdad puede resultar desagradable y doloroso.

 Willi Müzenberger, el dirigente de la Komintern, llamaba ‘El club de los inocentes’ a estos intelectuales y artistas embobados con la izquierda emancipadora. Mentían, y se auto engañaban, como bellacos. Entre ellos, Bretch, Sastre, Hemingway o Dos Passos. Ahora se les cae la baba a Saramago y García Márquez, entre otros, cuando hablan de Fidel Castro. Aunque no es toda la izquierda.

Hay más mentiras y deformaciones, pero sólo haré una breve referencia a dos: la de que la derecha española quiere reinventar la historia de la guerra civil, y la de que la derecha española no quiere que los presos etarras estudien carreras universitarias.

En cuanto a la historia, resulta de una increíble desvergüenza el intento de monopolizar la interpretación de la historia. La mentalidad totalitaria de la izquierda no puede entender que ellos no detentan las verdades incontrovertibles e indiscutibles. Ni siquiera la ciencias empíricas son conocimiento cierto, en el sentido de conocimiento infalible. ¿A qué se debe esta absurda y estúpida actitud? A la creencia en la superioridad moral de la izquierda. Pero es cierto. No todos son tan idiotas. 

Un ejemplo destacado de tal actitud totalitaria, es el boicot a Pío Moa. Ha solicitado debates públicos y se los han negado. ¡Se ha atrevido a poner cuestión las verdades indiscutibles de la izquierda! ¡Facha! El conocido historiador Stanley Payne, dijo: ‘He oído muchos insultos contra Moa, pero pocos argumentos’. ¡Para que van a debatir si ya tienen toda la verdad y nada más que la verdad!

La otra mentira es que la derecha española niega que los presos etarras puedan estudiar carreras universitarias. Tuve la oportunidad de cenar con Gotzone Mora (y otras personas) en Mallorca. Previamente, en la conferencia que dio, nos mostró diapositivas de la Universidad del País Vasco. Parecía un campo de concentración. Resulta que la mayoría de los profesores (para no tener problemas, ya me entienden) dan, o daban, notas altísimas a los presos etarras por trabajo nimios y, a veces, inexistentes. Este escándalo fue denunciado por Gotzone y otras personas.




En eso queda la denuncia de la izquierda. En una mentira. Una más. Por cierto, en la mesa de al lado estaban los dos guardaespaldas de Gotzone. La gente democrática decente de izquierdas, en el País Vasco, suele necesitar guardaespaldas.

Hay que terminar. ¿De dónde procede la basura pseudo cultural, como las fotos obscenas de Cristo y otros muchos y variados ejemplos antisistema?

La II Internacional, proclamó en 1907: ‘En caso de que la guerra llegase a estallar, los socialistas tienen el deber de intervenir para hacerla cesar inmediatamente y de utilizar con todas sus fuerzas la crisis económica y política creada por la guerra, para hacer agitación entre las capas populares más amplias y precipitar la caída de la dominación capitalista’.

Pero ni los conflictos bélicos, ni la Revolución Rusa bastaron para conseguir sus objetivos revolucionarios. Había que cambiar, no de objetivos pero sí de medios. Ahora se trataba de modificar las conciencias. Meter el dedo en la llamada superestructura. De ahí que haya tanto progre en la Universidad y en los medios de comunicación. Aunque también en otros muchos sitios.

Fuentes fundamentales son, entre otras, Antonio Gramsci y la Teoría Crítica, a la que luego me referiré. El comunista italiano se dio cuenta de que lo previo y más importante era subvertir el sistema de valores del mundo occidental. De ahí la importancia de los intelectuales para realizar esta tarea subversiva. Y su traición a la verdad, por supuesto. En cuanto a la Teoría Crítica, está vinculada a nombres conocidos como, Adorno, Horkheimer, Marcuse o Fromm. 




Como sabemos, los grandes males a eliminar eran: la familia, el cristianismo, el capitalismo, etcétera. Había que mostrar que todo esto era bazofia reaccionaria. Su apostolado se desarrolló, básicamente, en Estados Unidos. Pero el virus se extendió por Europa.

La cantidad de idioteces y deformaciones es tanta que no se puede comentar en un artículo. Por tanto, resumiré una de las ideas centrales que se desprende de sus enseñanzas, y que encontramos ya, más en bruto, en una directriz del PCUS de 1943:

‘Nuestros camaradas y los miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente’.

Tómenlo muy en serio, porque no tienen escrúpulos. Ni antes, ni ahora. Aunque, es cierto, no toda la izquierda es así.


Sebastián Urbina.

5 comentarios:

filósofo dijo...

Sebastián,

La izquierda parte de unos postulados, a mi modo de ver, erróneos, que la hacen peligrosa.

1º La concepción materialista del hombre. Para la izquierda el ser humano es un bicho un poco superior a los animales, que sólo necesita satisfacer sus necesidades biológicas. Para las personas más sublimes permite la existencia de la cultura como sumum de instrospectiva al que el hombre puede llegar.

2º El valor de la vida y su hermana pequeña la libertad puestas al servicio de, en teoría, "esos grandes ideales". La vida y la libertad forman parte de la ley natural. La ley natural está por encima de cualquier convicción política.

Saludos

Anónimo dijo...

Japón, un archipiélago separado del resto del mundo por un océano azotado por tempestades en invierno y tifones en verano, ha permanecido impenetrable durante siglos,Archipiélago Gulag es una obra del escritor ruso Alexander Solzhenitsyn que denuncia la estructura de represión del estado estalinista en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. ¿Que es sino un hikikomori? las fotos del gulag nos recuerdan que ningún Estado puede construir la prosperidad con los huesos de sus propios ciudadanos y si todos los que tienen ojos para ver son torturados y asesinados, que el resto vivirá en un reino de los ciegos durante mucho tiempo. La nueva economia con el Nasdaq a la cabeza y donde curiosamente
uno de sus presidentes fue Bernard Madoff, ex operador de Wall Street a quien en diciembre de 2008 (ya como presidente de Madoff Investment Securities de New York) acusaron de un fraude gigantesco.
Concretamente, el comunismo es una reacción contra los excesos que cometió el capitalismo liberal en su juventud desaprensiva y rapaz. Las características del comunismo puro son sino la contraparte de aquellas condiciones” si alguien quiere hacer la prueba jugando al monopoly con el ordenador y consigues ganar al resto de jugadores la logica del juego es: se termina el juego y como en el ajedrez jaque mate, pero con el ordenador se puede revivir el gulag obligandoles a dar vueltas y mas vueltas para quedarte con su dinero, eso si con todos los gastos pagados y antes de que quiebren debes rescatarlos para que no desaparezcan, la moral de guerra que existe en un conflicto como el vasco no tiene nada que ver con la moral o la etica de zonas más civilizadas, Españistan es un nido de integristas izquierdosos pero no por ello debemos olvidar a los fanaticos de derechas que son el caldo de cultivo para que broten jovenes de izquierdas con sus pegatinas del Che.La inquisición no se le critica por la cantidad de muertos si no por su nueva metodologia para aplicar al hereje. La guardia civil sigue aplicandola hoy en dia ya que son los sucesores de tan insigne institución, el gran inquisidor no suele ser de izquierdas y en eso basa su prestigio internacional. Un profesor sin escolta esta muy mal visto por los alumnos integristas de derechas y si no hay disturbios ellos mismos se dedican enrrarecer el ambiente, pero eso forma parte del conflicto y de su moral de combatientes.

Anónimo dijo...

Koba el terrible nos habla más de Amis que de Stalin. Koba no es un libro de revisionismo histórico: básicamente consiste en fragmentos de propaganda de la Guerra Fría reunidos por un perfecto imbécil. Como Robert Conquest –ex consejero de Margaret Thatcher–, Amis iguala cada una de sus palabras con los muertos del terror estalinista: “En estas páginas, preposiciones inocentes como en y para representan el asesinato de seis siete familias numerosas.” [página 12 de la edición española]. En lugar de añadir gravedad a un libro risible, este ardid literario completamente cínico ilustra cómo lo que escribe últimamente alguien con la cabeza llena de pájaros como Amis carece de peso. Amis habla con un cadáver en la boca, e inevitablemente los muertos se convierten en un lastre para su limitada prosa. Es imposible enumerar todas las cosas en que Amis se equivoca, aunque una ojeada a las reseñas más objetivas dará al lector una muestra de las inexactitudes del libro.
Stewart Home

Sebastián Urbina dijo...

¡Menuda reacción! Unos cien millones de muertos. Y lo que queda, Cuba, Corea del Norte...

Anónimo dijo...

Más cornadas da el hambre y si contamos las hambrunas como muertes del genocidio neoliberal, son sencillamente incalculables por no sumar las del cristianismo que tan buena imagen nos da ante el resto de religiones, ¿o tambien se va a defender el cristianismo con la canción de los integristas islamicos? para no abultar más la cifra de muertes del sistema colonial Europeo mejor no remover segun que miserias, o todos moros o todos cristianos ser liberal no significa tener las manos limpias más bien lo contrario. y el comunismo es un invento de Roma para destruir la iglesia Ortodoxa, como se les escapo de las manos crearon el fascismo, y una vez controlado el incendio, vuelta a empezar el capitalismo es neutral en todo, pero la gente no es tonta.