CRECE LA ESPECULACIÓN SOBRE LA VUELTA DE AZNAR.
La
merengosa política antiterrorista de Mariano Rajoy, contagiada del
estilo zapateresco, ha producido tal indignación en las bases del
Partido Popular y también en algunos dirigentes que se habla ya
abiertamente del retorno de Aznar.
Son muchos los que creen que Mariano
Rajoy debería dejar la presidencia del PP, manteniendo la del Gobierno.
Aznar se situaría al frente del partido y fijaría ideología y los
principios irrenunciables. Sin ellos el Partido Popular no es el Partido
Popular, sino una amalgama amorfa.
Eso es lo que le ocurrió a
Calvo-Sotelo cuando presidió el Gobierno. Y el resultado está claro:
pasó de 165 diputados a 12, hecho sin precedentes en la historia de las
democracias europeas. El centro derecha es muy serio. Si alguien le hace
trampas y sortea los principios clave de sus planteamientos ideológicos
entonces los votantes le retiran su apoyo. Así es que decidieron en
1982 abandonar a su suerte a Calvo-Sotelo -que había hecho un Gobierno
de social demócratas- y pasarse en bloque a Manuel Fraga.
El problema que tiene la operación en marcha es el propio José María
Aznar. El expresidente puede estar disconforme con tal o cual punto de
la política de Rajoy, pero el apoyo a su persona es público y notorio. Y
tiene razón. En las actuales circunstancias sería un grave error
fragilizar el partido y lesionar desde dentro la imagen de Rajoy. Por el
contrario hay que apoyarle y robustecerle para que presida sin agobios
adicionales la operación clave de sacar a España de la crisis,
reordenando el futuro inmediato de nuestra nación. (Luis Maria Ansón/El Imparcial)
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