jueves, 5 de febrero de 2015

LA LENGUA MALLORQUINA

 (Pasará a la Historia, como una vergüenza de los políticos y de la mayoría de intelectuales baleáricos, la sumisión a los intereses y dictados del catalanismo.)

 

 LA LENGUA MALLORQUINA.

Las gramáticas de la lengua mallorquina-balear

 
Las lenguas las hacen los pueblos, no los filólogos. 

La lengua balear, también llamada desde antiguo mallorquina por ser Baleares el Reino de Mallorca hasta mediados del siglo XIX, es la expresión de sus hablantes desde la época romana, y fue convertida en idioma en el siglo XVI al ser codificada en una gramática completa por don Juan Binimélis en 1595, por don Juan Fiol en 1651, por don Miquel Reus en 1694, por don Antoni Mª Servera en 1812, por don Juan José Amengual en 1835 y 1872 (gramáticas reeditadas y distribuidas por la Fundación Círculo Balear), por don Tomás Forteza en 1881, hasta llegar a don Antonio Roig Artigues que editó la Gramática de la lengua balear en 1984 (también disponible en la Fundación Círculo Balear), o la Gramática normativa elaborada por la Academia de la Lengua Balear en 2005.

En cambio, el catalán, no fue oficialmente codificado hasta 1918 por don Pompeu Fabra. Con anterioridad a esta gramática catalana era reconocida dicha lengua como un dialecto del Provenzal.


Y no detallo, por falta de espacio, las más de 50 obras en las que desde el siglo XVI los intelectuales baleares, siendo fieles a las gramáticas mallorquinas, plasmaron que en esta lengua estaban escribiendo, y no en lemosín, o en un supuesto catalán.

Estas obras existen, se pueden estudiar, analizar, contrastar, y, en el caso de las gramáticas, actualizar. Deberían enseñarse a nuestros escolares y estudiantes como un valioso legado cultural que nos explica cómo el balear ha llegado hasta nuestros días. 

Cuando, precisamente, intenta ser sustituido por el catalán gracias a que las instancias educativas y culturales oficiales/públicas siguen en manos de la ingeniería pancatalanista creadora de una historia y cultura que intenta legitimar los fines políticos del nacionalismo. 


El mismo, tanto en su vertiente cultural como política, que huye de la contraposición de análisis y estudios, o insulta y ridiculiza a los que opinan diferente al comprobar que sus razones “científicas”, apuntaladas mediante fondos públicos, se vienen abajo ante la tozuda realidad histórica y lingüística que demuestra que el mallorquín, menorquín e ibicenco forman una estructura lingüística distinta de ese catalán que se impone desde la administración pública.

En este tema predomina el pensamiento único e indiscutible. Dan igual las gramáticas mallorquinas-baleares citadas. Resulta que ya eran catalanas, sin saberlo sus autores, y cientos de años antes de que el catalán se codificara y existiera como tal. Es como un dogma de fe. Te lo tienes que creer (y estudiar).

(Jorge Campos/MallorcaDiario.)

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