domingo, 22 de febrero de 2015

ECONOMÍA Y POLÍTICA.

 

 (El catedrático de economía, Niño Becerra, dice que el problema de Cataluña es económico, no político.

 

¿Cómo llamar al  proceso independentista de Artur Mas? ¿Cómo llamar a la discriminación lingüística de los castellanohablantes, impidiendo que sus hijos aprendan en su lengua materna? ¿Cómo llamar al incumplimiento reiterado de las sentencias judiciales firmes exigiendo el fin de la discriminación lingüística? Etcétera.

 

PD. ¿Qué significado da a los términos 'económico' y 'político'. Sorprendente este señor.)

 

 

Si cambia el modelo de financiación, el independentismo catalán se hunde"

Santiago Niño-Becerra (catedrático de economía):

 "El problema de Cataluña es económico, no político"

Periodista Digital, 21 de febrero de 2015.

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 ¿También es un problema económico?


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"A ver si nos cargamos a los españoles''.
 
El carnaval de Solsona se convierte en un alegato violento contra "los españoles" y contra el PP, y en una apología del independentismo más radical. 

"Voy a repartir unas garrotadas a algún español que me encuentre", anuncia un comentarista.

(Crónica Global)
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que como se atreva a decir otra cosa...

Arcoiris dijo...

Más perplejidad que lo que pueda proclamar el señor Niño Becerra, mucha más me producen los hechos, al respecto de los independentismos, consecuencia de la voluntad política de nuestros sucesivos gobiernos habidos desde la Transición. Quizás no quisieron la actual situación ni lo que pudiera sucederle a España en un futuro próximo, pero esos incapaces y traidores han aportado uno sobre otro todos los ladrillos necesarios para la construcción del muro que ahora limita la contemplación de nuestro paisaje nacional.
Si la Constitución vigente, aprobada en su día por la aplastante mayoría del pueblo español, sanciona meridianamente “la indisoluble unidad de la Nación española” y si, además, precisa que la creación y el ejercicio de la actividad de los partidos “son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley”, ¿porqué se ha consentido que se presenten a las elecciones los partidos nacionalistas y separatistas? Y ¿porqué han de administrar comunidades ni pedanías? ¿Qué otra cosa cabe esperar de su gestión, ¡almas de cántaro!, que la creación meticulosa e implacable de nuevas naciones cargadas de odio contra España?
Puedo estar equivocado, pero postulo por una nueva Ley Electoral. Me parece evidente que no tiene nada de democrático que una minoría poblacional, aunque sean dos millones de almas, imponga su imperio a la Nación española y a un universo censal próximo a los seis millones de criaturas. Como me parece inefable que la millonaria abstención sea, de hecho, totalmente transparente, inexistente, vana.
Queridos grandes partidos y Gobiernos de España: sin vosotros no habría sido posible. ¡Malhaya sea!
P. D.: Por un Parlament realmente representativo y democrático.

Sebastián Urbina dijo...

Yo también postulo una nueva ley electoral. Y maldito bipartidismo que tanto daño nos ha hecho.