sábado, 17 de agosto de 2019

LA DICTADURA DEL NUEVO LENGUAJE








 LA DICTADURA DEL NUEVO LENGUAJE.



En el último número de la Revista Actualidad Económica, se publica una entrevista con el joven pensador chileno, AXEL KAISER, cuya claridad de ideas y valentía al exponerlas merecen un aplauso desde cualquier posición en la que se defienda la muy maltratada libertad de expresión.


Dice textualmente KAISER “si criticas la discriminación positiva, eres machista. Si no crees que los grupos LTGB tengan que recibir privilegios o ayudas especiales, eres homófobo. Si defiendes a los empresarios, eres un explotador. Si pides que la inmigración sea ordenada, eres xenófobo. Y así con todo. Nunca fue tan fácil que te llamen fascista.

 A través de lenguaje, se pretende generar una nueva realidad y todo aquél que discrepa de este nuevo paradigma se enfrenta a esas descalificaciones y a auténticas campañas de desprestigio que aspiran al asesinato civil del disidente, a la destrucción de la reputación de toda persona que no comparta los postulados políticamente correctos. Toda opinión diferenciada de la retórica dominante queda calificada automáticamente como un postulado de la ultraderecha”.

No puedo estar más de acuerdo con su diagnóstico. Hay una sutil, pero auténtica, dictadura del “pensamiento políticamente correcto” que, ayudándose del insulto en lugar del contraargumento, tiene amedrentada a la gente que tiene la mala costumbre de pensar por sí misma.

El mecanismo, sumamente eficaz, es el siguiente: el prestigio es un valor que se adquiere lenta y progresivamente, supone un camino sin mácula hasta desembocar en la pública estima que tienen lo demás del mérito del prestigiado. Dicho con más claridad, supone una larga trayectoria de aciertos constantes y sin error alguno que producen el efecto de que los demás se sientan influenciados por la personalidad que emana del admirado.

Por eso, es ahí dónde atacan los nuevos dictadores del pensamiento políticamente correcto. Tratan de destruir, con insultos y descalificaciones como los indicados por KAISER : “machista, homófobo, explotador, xenófobo, fascista”, la hasta entonces impecable y prestigiosa trayectoria que tanto le había costado construir al insultado.


Con eso, la nueva izquierda logra que, al menos, el intelectual asustado no someta a debate con la correspondiente argumentación todos esos clichés construidos por los nuevos evangelistas de la izquierda. Al paso que les permite, incluso, seguir manejando unos fondos públicos (las ayudas a las ONGs que defienden esos colectivos) que les procuran–y esto cada vez resulta más claro- un buen modo de vida.

Pero en todo esto también tiene su responsabilidad la perezosa mayoría silenciosa. El intelectual crítico se siente desamparo al no salir en defensa del pensamiento heterogéneo y, por tanto, de la libertad. Quedarse callados en la red antes los insultos a los pensadores críticos hace el caldo de cultivo a esos dictadores del pensamiento político correcto que mientras exista el clima de miedo y de censura podrán mantener el control del aparato represor de la maltratada libertad de expresión.

(José Manuel Otero Lastres/22/Julio/ABC)

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