jueves, 28 de noviembre de 2019

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


 (Entérese de lo que dicen los de Vox. No lo que dicen de Vox- la gran mayoría de los medios de comunicación- los que desprecian a Vox.)




VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.

Vox ha aprovechado el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para volver a denunciar lo que consideran una "colectivización y utilización electoralista de la mujer" al emplear el término "violencia de género" en lugar de "violencia intrafamiliar".

 El partido ha anunciado que no se sumará a ninguno de los actos previstos con motivo de esta jornada, salvo los meramente institucionales.

Se trata de la única formación que no acudirá a ninguna de las manifestaciones convocadas en diferentes ciudades españolas bajo el lema "el machismo mata". Tampoco se han sumado al manifiesto respaldado por el resto de partidos y asociaciones de mujeres ni han apoyado las declaraciones institucionales promovidas la semana pasada por todos los partidos en diferentes parlamentos autonómicos, impidiendo así que pudieran salir adelante en aquellos en los que los de Abascal tienen representación, ya que se requiere de la unanimidad de los grupos.

La presidenta de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, y el concejal en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, sí ha asistido a los actos convocados por el Gobierno de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento. Fuentes del partido explican que el partido no está en contra de que se celebre este día sino de su utilización y por tanto solo han asistido a los actos institucionales.

Un manifiesto alternativo.

De forma alternativa y adelantándose a la celebración de esta jornada, Vox presentó la semana pasada un manifiesto al resto de partidos que se encargaron de leer Rocío Monasterio, y la secretaria general del grupo en el Congreso, Macarena Olona, acompañadas de varias mujeres del partido. También algunas de las nuevas diputadas que han salido elegidas el pasado 10-N.

El texto propone cuatro puntos: denunciar públicamente la violencia que sufren las mujeres en muchos países, especialmente los que no pertenecen a la civilización occidental; derogar la Ley de Violencia de Género por "vulnerar la presunción de inocencia y establecer tribunales sólo para hombres"; legislar a favor de la cadena perpetua para que no haya criminales sexuales y endurecer las penas contra los maltratadores de mujeres, niños o abuelos; y tomar medidas para combatir la inmigración ilegal que "fomenta la trata de personas, la explotación sexual y genera inseguridad".

Además, recoge la condena del partido a "todo tipo de violencia independientemente de la nacionalidad, sexo, raza o cualquier otra condición social o cultural de la víctima", denuncia que la violencia contra la mujer "no se combate regando de dinero público asociaciones privadas de marcado contenido ideológico ni con campañas propagandísticas que criminalicen al varón" y asegura que la actual ley "se ha demostrado un fracaso" porque "los asesinatos no han bajado".

Los cargos públicos del partido en Madrid, Murcia, Andalucía o Baleares, han leído este manifiesto y han aprovechado para insistir en denunciar que "la violencia no tiene sexo" y que este tipo de leyes y campañas buscan "criminalizar al varón por el hecho de serlo" creando así "una confrontación entre mujeres y hombres".

Boicot al partido.

En el momento en el que intervenía Ortega Smith en el Ayuntamiento de Madrid para defender la postura de su partido, varias mujeres le han interrumpido con abucheos y pataleos para intentar boicotear sus palabras. Posteriormente han desalojado la sala entre críticas al partido, impidiendo así que Ortega pudiera finalizar su intervención. 

En Baleares, la formación también ha sufrido lo que llama un "cordón sanitario" por parte del PSOE, Més, Podemos y el PI, que se han ausentado durante el Pleno cuando uno de sus diputados intervenía para leer parte del manifiesto que asegura, también, que la violencia contra la mujer se combate "educando en la familia y en la escuela en el respeto al ser humano y a su intrínseca dignidad".

(LD/25/11/2019.)


Madrid y los escraches institucionalizados del feminismo.

Tras el rotundo fracaso que la execrable Ley contra la Violencia de Género (LVG) ha venido cosechando desde su promulgación (52 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año, cifra superior a la de todo 2018), resulta una indignante insensatez que todos los partidos –a excepción de Vox– sigan apostando ciegamente por ese bodrio que, dejando de lado su demostrada incompetencia a la hora de atajar el mal que pretende combatir, supone un ataque formidable contra dos pilares básicos de cualquier Estado de derecho: la presunción de inocencia y la no discriminación por razón de sexo.

Asombrosamente, el consenso acrítico en torno a esa inoperante e injusta ley no admite disidencia alguna, como demuestra el bochornoso numerito que le montaron a Javier Ortega Smith el pasado lunes por atreverse a cuestionarlo. Para colmo, el Ayuntamiento de Madrid, con el voto de socialistas, comunistas y los acosados devenidos acosadores de Ciudadanos, ha aprobado este miércoles una orwelliana reprobación contra el representante de Vox "por sus boicots y su falta de respeto a las víctimas de la violencia de género".

 Como si el boicot no lo hubiera sufrido él. Como si denunciar el fracaso y la injusticia de una ley aberrante que incentiva las denuncias espurias contra los hombres por razón de su sexo sin encima reducir el número de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas fuera una falta de respeto a unas víctimas cuyo número no para de crecer.

Como era de prever, pocas horas después de esa reprobación infame, Ortega Smith sufría un escrache en la Junta de Distrito del barrio capitalino de Chamberí, donde un grupo de ultras feministas le recibieron al proyectivo grito de “¡Fuera fascistas de las instituciones!”.

Aquí los únicos fascistas –fascistas antifascistas, que diría el clásico– son quienes quieren ver fuera de las instituciones a un partido por algo tan consustancialmente democrático como atreverse a criticar una ley, de hecho la más antiliberal de todas las que están en vigor en Europa: la injusta, inoperante y mal llamada Ley contra la Violencia de Género.

 Por otra parte, no hay partido en España que abogue tanto como Vox por endurecer las penas contra los criminales que asesinan a sus parejas o exparejas. Pero Vox no hace depender la pena del sexo de la víctima o del victimario, sino del crimen, posición impecablemente democrática. Tratar con distinto rasero a un ciudadano en función de su sexo, tal y como hace la LVG, es un atentado intolerable a la igualdad de todos ante la ley.

Finalmente, hay que lamentar y –sobre todo– denunciar que Begoña Villacís, que hace sólo unos meses fue víctima de acoso por parte del feminismo liberticida, y cuyo partido hizo en el pasado criticas que ahora ya no se atreve a sostener contra la LVG, se haya sumado a la abominable caza de brujas que ha tenido lugar en el Ayuntamiento de Madrid.

No otra cosa ha sido la reprobación del líder madrileño de Vox, partido al que, en este punto como en muchos otros, nadie puede dar lecciones de democracia y respeto al Estado de derecho, que tiene por eje la igualdad de todos ante la ley.

(LD/27/11/2019.)

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