miércoles, 20 de mayo de 2020

INFORMACIÓN Y MANIPULACIÓN.





INFORMACIÓN Y MANIPULACIÓN.
 
En agosto de 2014 muere el religioso Miguel Pajares en el hospital Carlos III, tras ser repatriado de Liberia. Es cuidado por una auxiliar de enfermería, Teresa Romero.
En el mes de septiembre, el mismo hospital trata a otro enfermo de ébola, el religioso Manuel García, que fue repatriado de Sierra Leona, y también muere. La enfermera, la misma que trató a Miguel Pajares, se contagia de ébola. 


Dijo que, seguramente, el contagio se produjo al quitarse el traje de protección. Pero no lo sé seguro, añadió.
Además de los dos misioneros repatriados, murió el perro ‘Excalibur’, de la enfermera contagiada. Ella y su marido exigieron a la Comunidad de Madrid 150.000 euros de indemnización por la muerte de su perro, que fue sacrificado en el mes de octubre por orden de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid desestimó la demanda. La vida del perro ‘Excalibur’ no vale 150.000 euros.


Si pasamos de la llamada ‘crisis del ébola’ de 2014, - en la que la izquierda atacó muy duramente al gobierno ‘de derechas’- a la pandemia actual, podemos ver importantes diferencias.


Antonio García Ferreras, el conocido periodista de La Sexta, animaba en su programa, ‘Al Rojo Vivo’, junto a Cristina Almeida, (abogada laboralista, feminista, miembro del partido comunista y de Izquierda Unida.) a manifestarse el 8 de marzo/2020, (uno de los principales focos de contagio de la pandemia) con argumentos como este: ‘El machismo es un virus mucho más peligroso que el coronavirus’.


El Ministerio de Sanidad español, a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de la comunidad científica que, ya el 28 de febrero, calificaba el riesgo de ‘alto’ o ‘muy alto’, rechazó prohibir las grandes manifestaciones, como la del 8 de marzo.


‘Ha sido la locura’, resumía apenas unos días después de la manifestación feminista del 8 de marzo, Gianni Rezza, máximo exponente del comité científico que asesoraba al Gobierno italiano sobre el Covid-19, para después pedir a España que endureciera aún más sus medidas. ‘No es posible bromear con este virus’, decía.


A principios de abril/2020, el periodista Antonio Pérez Henares, más conocido como Chani, comunicaba en las redes sociales que había decidido abandonar a Antonio García Ferreras en 'Al rojo vivo'. Aclaraba que, "por coherencia y conciencia", prefería no continuar en el programa ‘Al Rojo Vivo’.


Concluye Pérez Henares: ‘Hay una auténtica catástrofe de dimensiones planetarias y el mensaje a transmitir, la pertinaz y pringosa propaganda, es que todo se está haciendo bien, incluso lo que se hizo rematadamente mal’.


La decisión que tomó el periodista Pérez Henares le honra, pero nos podemos preguntar si la desinformación de la izquierda, que denuncia, es algo puntual, o sistemático. Aquí entra en juego, no solamente la búsqueda de la verdad y el interés por conocer lo que realmente sucede sino, además, la capacidad de autoengaño.


Debo decir que este problema no es exclusivo de España. Por ejemplo, cuando D. Trump ganó las elecciones norteamericanas en 2016, un 30% de los norteamericanos- según encuestas de estas fechas-, desconfiaba de los grandes medios de comunicación. Muy probablemente, este hecho y el eficaz uso de las redes sociales, jugaron un papel importante en la victoria de Trump.


A pesar de las diferencias entre USA y España, comparten algo importante. La gran mayoría de periodistas y medios de comunicación son de izquierdas. Pero no la población, en la misma medida. En España, este divorcio fuerte con los grandes medios todavía no ha llegado del todo. Pero las redes sociales ganan, de cada vez, más protagonismo. Y no las puede controlar la izquierda, como controla a la mayoría de los medios de comunicación.


Y tiene poco sentido (más bien es una desvergüenza) que la izquierda (gobierno incluido) se queje de los ‘bulos’ de las redes sociales. De cada vez más gente se da cuenta de que quieren tener el monopolio de las verdades (convenientes), de los bulos y de las medias verdades. O sea, no desinforméis. Sólo yo puedo hacerlo y en régimen de monopolio. Es lo que ha hecho- y sigue haciendo- la izquierda.


Aunque no sea periodista, Felipe González acaba de piropear públicamente (Abril/2020) al alcalde de Madrid, el popular Martínez Almeida: "Le felicito por su capacidad de ponerse al timón". Esto es excepcional entre la prensa de izquierdas y los políticos de izquierdas. Algunos querrán quitarle mérito porque ya no está en activo. Más vale tarde que nunca. Además, con todos sus defectos- nadie es perfecto- es mucho mejor Felipe González que Zapatero y Sánchez. Dos desgracias para España y para el socialismo español.


Podríamos titular esta injusta situación que estamos viviendo, como ‘las dos varas de medir’. Cualquiera que quiera enterarse sabe que es así. Que la izquierda manipula muchísimo más que la derecha. En la calle, con manifestaciones agresivas, y en la mayoría de los medios de manipulación, perdón de comunicación. Hay muchos ejemplos, pero recordaré sólo dos.


El ‘Nunca máis’. El 21 de noviembre de 2002, dos días después del hundimiento del barco Prestige frente a la Costa da Morte, tomada por el chapapote, un grupo de intelectuales (especialmente de izquierdas) se reúne con dirigentes del BNG (nacionalismo gallego de izquierdas, según ellos mismos) y aprueban la creación de una plataforma desde la que encauzar una manifestación de repulsa por la catástrofe. En realidad, repulsa contra el Partido Popular, con gran sectarismo mediático.


Y el otro ejemplo de grandiosa y vergonzosa manipulación. El 11 de marzo de 2004, 10 bombas estallaron en cuatro trenes que circulaban entre Alcalá de Henares y Madrid. Hubo 139 muertos y cerca de 2.000 heridos. El que quiera enterarse sabe que la izquierda, en vez de hacer piña con el gobierno, utilizó estos dramáticos y sangrientos momentos para manifestarse violentamente contra el gobierno ‘de derechas’. ¡No contra los terroristas!


Y ahora, (Mayo/2020) con la pandemia y el Estado de Alarma, el gobierno socialcomunista, exige que la oposición le apoye sin rechistar. Y quiere reprimir manifestaciones y protestas callejeras. O yo, o el caos. ¿Qué esperaba de un gobierno socialcomunista? ¿Libertad y democracia? No sea ingenuo. Por cierto, somos el único país de Europa que aplica el Estado de Alarma. ¡Y ahora quieren prolongarlo un mes más! El artículo 116 de la Constitución dice que el plazo máximo son quince días. ¿Por qué no lo respetan?


Quieren aprovechar esta excepcionalidad sanitaria, social, política y jurídica para debilitar la economía de mercado. Primero, criminalizando ‘lo privado’ y los empresarios, y sacralizando lo público. Luego, arruinándonos, como están haciendo. Después, presentando al Estado como salvador de los pobres. Fuera la Monarquía y viva la República. Aumento de la arbitrariedad, menor control al gobierno, excesivos decretos leyes y falta de transparencia. Más impuestos a los odiosos ‘ricos’. Renta mínima, para tener más gente que dependa de ellos. Cuantos más estómagos agradecidos, mejor. Más control mediático para manipular, aún más, la opinión pública, etcétera.

El camino indicado por el Foro de Sao Paulo, impulsado por Fidel Castro y Lula da Silva para desarrollar el comunismo del siglo XXI.



(Sebastian Urbina/MallorcaDiario/20/5/2020.) 

 

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