ENFERMOS DE IDENTIDAD.

XABI ALONSO, ABUCHEADO

El Athletic puede ser sancionado por las bengalas durante el amistoso de la selección vasca

La selección vasca de fútbol ha regresado después de tres años de parón y ha vencido (3-1) a Venezuela en San Mamés, en un partido marcado por los pitos a Xabi Alonso. En los fondos hubo invasión de campo por algunos aficionados y en las gradas abundaron las bengalas. (ld)

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ENFERMOS DE IDENTIDAD.


¿Por qué el respetable público abucheó al jugador Xabi Alonso? Porque ha fichado por el Real Madrid, el equipo del régimen. ¿Qué régimen? El régimen franquista. Pero ¿no vivimos desde 1978 en un sistema democrático y con una Constitución democrática? Sí, pero la enfermedad identitaria tiene estas cosas.


Una de sus características es el odio. Vinculado a este odio está el fanatismo. En total, una amalgama de peligrosa y estúpida irracionalidad. Algo parecido habría sucedido si Xabi Alonso fuese catalán y hubiese fichado por el Real Madrid. Odio y más odio.


¿Son todos los vascos y catalanes tan peligrosamente gilipollas? Claro que no. ¿Son todos los nacionalistas así de fanáticos? En mi experiencia personal, casi todos. Me relaciono muy bien con dos o, tal vez, tres. Son personas inteligentes y educadas. Ellos dicen que son nacionalistas. Yo lo dudo porque todos los otros que conozco difieren mucho.


Son sectarios, obsesivos y groseros, en general. Pero siempre hay excepciones. Imagino que entre la manada que berreaba a Xabi Alonso habría, también, excepciones. Pero son eso. Excepciones.


Es un verdadero drama. Pero es el resultado de un gran error de políticos supuestamente inteligentes. Se permitió (y alentó) el traspaso de competencias educativas (por parte del PSOE y del PP, cada uno con su respectiva cuota de responsabilidad) que han sido utilizadas para fomentar lo que nos diferencia y disimular lo que nos une.


La prensa subvencionada ha puesto su grano de arena, o su 'gota malaya'. Y la televisión no digamos. Y las subvenciones selectivas. Y la mayoría de los curas y asimilados. Y este es el penoso resultado.


No hay nada de 'natural' en este sentimiento identitario catalán, vasco, gallego, o lo que se tercie. Si hace treinta años los dos grandes partidos no hubieran permitido esta cesión de competencias educativas, o las hubieran rescatado visto el uso torticero y sectario que hacían, las cosas serían muy diferentes.


Y no se trata, como dirán los enfermos identitarios, de enseñar a los niños una España uniforme. Es otra de sus típicas mentiras. Cualquier persona decente y mínimamente informada sabe distinguir entre unidad y uniformidad. Lo que la Constitución avala es la unidad dentro de la diversidad. No la uniformidad.


Pero la impresentable casta política ha hecho (y sigue haciendo) un daño enorme a España, a su futuro y a la convivencia. Espero que les vaya mal. Ni feliz Navidad, ni leches.


Sebastián Urbina.