Marine Le Pen es la candidata preferida de los obreros franceses a la presidencia de la República, con unas intenciones de voto del 36 por ciento, cuando Nicolas Sarkozy y su principal rival socialista, Dominique Strauss-Kahn, apenas cuentan con el 15 y el 17 por ciento de las intenciones de voto entre ese electorado popular.
Se trata de una evolución histórica del electorado obrero francés, que votaba comunista en otro tiempo y hoy se decanta masivamente por la extrema derecha del Frente Nacional (FN).
Jean-Marie Le Pen, el líder histórico de la extrema derecha francesa, padre de Marine, ya contó con el apoyo del voto obrero en las elecciones presidenciales del 2002, cuando eliminó en la primera vuelta al candidato socialista, Lionel Jospin.
Desde hace semanas, una mayoría de sondeos anuncian un aldabonazo semejante, a la inversa, en las presidenciales del 2012. Marine Le Pen podría eliminar en la primera vuelta a Sarkozy, para ser eliminada por el candidato o candidata socialista en la segunda vuelta.
Por vez primera, un sondeo que publicará este martes el semanario Journal du Dimanche anuncia una subida espectacular de la extrema derecha entre los obreros franceses. La tendencia era conocida, desde hace años. Parece espectacular, en cierta medida, la implantación masiva de Marine Le Pen entre las clases sociales más desfavorecidas, obreros y agricultores muy modestos.
Según el sondeo que publicará este martes el Journal du Dimanche, un 36 por ciento de los obreros afirman que Marine Le Pen es su candidata favorita a la elección presidencial. Solo un 15 por ciento de los obreros dicen preferir a Sarkozy y solo un 17 por ciento prefieren a Dominique Strauss-Kahn, el posible candidato socialista.
Dicho de otro modo: la líder de la extrema derecha tiene más intenciones de voto obreras que los candidatos conservador y socialista, juntos.
Hacia la extrema derecha
Esas intenciones de voto pueden evolucionar, sin duda, a lo largo de los próximos meses. Pero reflejan una profunda tendencia de fondo.
Hace treinta años, el PCF todavía era el primer partido obrero de Francia. Tras el lento hundimiento de los comunistas franceses, el voto obrero comenzó a oscilar hacia la extrema derecha durante los años 90 del siglo XX. Un 18 por ciento de los obreros franceses votaron a Jean-Marie Le Pen en la primera vuelta de las presidenciales del 2002.
Nueve años más tarde, Marie Le Pen se ha convertido en la candidata favorita de los obreros franceses. Está por ver, si la candidata de la extrema derecha elimina a Sarkozy o a su rival socialista, dentro de un año. Nadie duda que esa implantación de la líder del FN entre las clases populares es un movimiento sociológico profundo, de imprevisible calado. (ABC)
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EXTREMA IDIOTEZ.
La extrema idiotez no es de los obreros franceses que prefieren a Marine Le Pen frente a socialistas y conservadores. Los extremos idiotas son los que no quieren entender y se limitan a llamar a los obreros franceses de 'extrema derecha'. Pues bien, esto es sólo el principio.
¿Por qué los obreros franceses prefieren a Marine Le Pen? Porque, entre otras cosas, los obreros (que viven en los barrios menos elegantes) son los que tienen que sufrir directamente las consecuencias de la demagogia inmigratoria.
Los políticos de derecha e izquierda, con matices de idiotez demagógica, quieren parecer de lo más progresista. La consecuencia la pagan las clases medias y las clases bajas. ¿Por qué? Porque no hay suficiente para todos, a partir de un cierto nivel de reparto de beneficios sociales. En segundo lugar, muchos ciudadanos franceses se sienten postergados frente a los inmigrantes. Y, en tercer lugar, muchos ciudadanos sienten que se están minando los valores básicos en los que se asienta su propia sociedad. Por cesión (explícita o implícita) de los políticos tradicionales. Encima, quieren hacer creer que se trata de 'tolerancia'. Pero en cuestiones de principio, como la igualdad jurídica hombre-mujer, por ejemplo, no hay tolerancia que valga.
En España sucede lo mismo pero es un país más acomplejado y más políticamente correcto que Francia. Que ya es decir. Yo he oído, repetidamente, quejas relativas al tratamiento que reciben nacionales e inmigrantes en la seguridad social y en la enseñanza. O sea, que los inmigrantes tienen prioridad sobre los nacionales. Y mucha gente se pregunta (en voz baja para no parecer xenófobo o racista) ¿por qué?
Dejando aparte la cuestión de los inmigrantes musulmanes, que requiere un tratamiento aparte (que no se produce por la mediocridad y el miedo de los políticos tradicionales), los inmigrantes deben saber que tienen derechos pero también obligaciones. Que no se les tratará como inferiores pero tampoco como superiores. Pero esto no se produce. Si hay que manipular cifras, se hace, como se hace con los índices de delincuencia, o de paro.
Un ejemplo. Por segunda vez, una amiga mía me ha contado la misma historia. En una ambulatorio de la seguridad social, la médico en cuestión, ha tenido que salir de su despacho en repetidas ocasiones para decir a varios inmigrantes que no entren en su despacho. Que ya se les llamará cuando les toque. es que no están acostumbrados a esperar.
Pero por mucho que los políticos mientan (que mienten mucho) a la larga, la gente se da cuenta. Y en período de crisis la gente está más dispuesta a enfadarse por unas políticas que, en aras de la paz social (eso dicen), hacen cargar el peso en las clases medias y bajas. Y mucha gente se cansa de tanta demagogia.
Repito, a pesar de que la inmigración (aunque no sea el único problema) es una cuestión compleja, los ciudadanos no deben tener la sensación de que son tratados peor que los inmigrantes. Pondré un sólo ejemplo y el que quiera entender que entienda.
En Dinamarca, entre el 4 y el 5% de inmigrantes musulmanes producen aproximadamente el 40% de gasto de la seguridad social. Esto no solamente es un abuso. Resulta que, encima, al menos una parte de estos inmigrantes rechazan las leyes de convivencia de una sociedad democrática y crean problemas de todo tipo. Cierto es que me estoy refiriendo a la inmigración musulmana.
Que cada uno entienda lo que sus entendederas le permitan. Pero si adopta la actitud de los políticos tradicionales, lo único que sabrá decir es que la 'derecha extrema' está subiendo en Europa. Y no querrá enterarse de que ellos (los políticos tradicionales) son parte del problema.
Sebastián Urbina.
3 comentarios:
Le confieso que soy de esos que lee su blog para ver que disparates dice...pero hoy le he visto moderadamente reconciliador, y el tema siendo complicado, tengo que darle la razón en muchas cosas, pintadas del mayo del 68 como derecha cavernicola e izquierda demagogica ya no tienen sentido en pleno 2011, ahora la derecha es mucho más demagogica y la izquierda mucho más cavernicola, seguramente si usted fuese inmigrante u obrero escribiria cosas muy sensatas.
¿Cómo calificamos a alguien que dedica su tiempo a leer disparates?
Le doy toda la razón a parte de imbecil e idiota como bien describe Fernando Sabater en Etica para Amador, soy todo lo que quieran ustedes...yo les quiero pedir disculpas si les he ofendido y lamento haber sido tan reactivo en lugar de activo,lo siento mucho sinceramente.
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