INMIGRACIÓN Y POLÍTICOS (atontados).
El comisario europeo de los Derechos Humanos, Thomas Hammarberg, ha dicho: “Se percibe una preocupante tendencia a la islamofobia”. Vamos a suponer que es cierto y que hay, en Europa, una tendencia a la islamofobia. Digamos, de entrada, que la mayoría de la gente (en la que me incluyo) no se opone a la inmigración legal. Se opone a la inmigración ilegal y descontrolada. Dicho esto, veamos en qué puede consistir la “islamofobia”.
Según Serafín Fanjul: ‘El islam es din wa-dawla, religión y Estado a un mismo tiempo, y ese es el modelo que buscan e intentan imponer los grupos islamistas, quienes rechazan cualquier atisbo de libertad del ser humano... En concreto, la democracia sufre de la condena y el rechazo del islamismo por no someterse a la voluntad divina y funcionar de manera independiente, sin someterse’.
Si esto es así, resulta que los islamistas (al menos los radicales) están en contra de la democracia y de la separación Iglesia-Estado. En tal caso, parece que nuestro principal problema es saber si los millones de musulmanes que viven en Europa son respetuosos con la democracia, la igualdad jurídica entre hombres y mujeres y la separación Iglesia-Estado. Es decir, si se han integrado en nuestra cultura europea. Si este es el caso, no hay mayores problemas porque Europa necesita inmigración (eso dicen) dado los bajos niveles de natalidad. Ahora bien, ¿queremos inmigración a cualquier precio?
Recordemos que cuando los inmigrantes pertenecen a una cultura teocrática, como la musulmana, no se acepta la separación entre Iglesia y Estado. Además, este tipo de cultura, y en consecuencia los inmigrantes que pertenecen a ella, sólo reconoce la ciudadanía plena cuando hay sometimiento a la ley coránica. Por tanto, parece claro que la integración de estos inmigrantes en la cultura europea, no es factible.
La gente progresista o de izquierdas, en general, con su “buenismo” característico, (y la derecha acomplejada) dice que los problemas de la integración se solucionan haciendo “ciudadanos” a los inmigrantes. Sin embargo, esto no es cierto. Hay inmigrantes, como los pertenecientes a culturas teocráticas mencionadas, que no se quieren integrar. Además, ser ciudadano supone no solamente tener derechos sino, también, obligaciones. Es decir, no sólo aprovecharse de las ventajas de la democracia sino participar en su mejora y consolidación. Pero ¿cómo van a hacer esto los que no creen en la democracia?
Otro político irresponsable, en la línea de Hammarberg, es el Síndico de Agravios de la Comunidad Autónoma de Cataluña, sr. Ribó. Recordó este señor que “Europa necesitará 70 (setenta) millones de nuevos trabajadores para 2050, que tendrán que proceder de la inmigración...”
¿Por qué son unos irresponsables, los políticos Hammarberg y Ribó, entre otros muchos? Porque su “buenismo” no les permite tener en cuenta las consecuencias de sus actos. Ni siquiera hablan de ellas. Creen que basta con la buena intención. Un experto en el Islam, como el político y diplomático Gustavo de Aristegui, dice que tenemos en la actualidad (en 2007) unos 27 millones de musulmanes, y que en cinco años, tendremos unos cincuenta millones. ¿No plantea esto ningún problema serio?
En Europa, hay islamistas radicales que hacen un uso perverso de la denominada taqiyya o santa hipocresía, que les permite esconder e incluso renegar de sus creencias religiosas cuando puede ser peligroso para ellos. Es decir, lo típico de las llamadas “células durmientes”. No levantar sospechas. Pasar desapercibidos.
Ahora bien, ¿cuántos radicales islamistas hay? Es prácticamente imposible saber, con precisión, su número exacto. Sin embargo, los cálculos más moderados, dicen que entre un cinco a un diez por ciento de musulmanes son, o tienen simpatías por las posturas islamistas radicales. Si esto es así, y nos situamos en 2012, en Europa tendríamos entre dos millones y medio a cinco millones de musulmanes radicales. ¿Hay que mirar a otro lado?
No obstante, parecen no tener prisa en dominar Europa, a pesar de los sangrientos atentados y los intentos abortados por las diferentes policías europeas. ¿Por qué?
Huari Bumedian, ex Presidente de Argelia, dijo en un famoso discurso pronunciado en 1.974 ante la Asamblea de la ONU:
"Un día, millones de hombres abandonarán el hemisferio sur para irrumpir en el hemisferio norte. Y no lo harán precisamente como amigos. Porque irrumpirán para conquistarlo. Y lo conquistarán poblándolo con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos dé la victoria”
Al igual que los bárbaros acabaron con el Imperio Romano desde dentro, así los hijos del Islam, utilizando el vientre de sus mujeres, colonizarán y someterán a toda Europa.
Ahí tenemos la respuesta. “Colonizarán y someterán a toda Europa”. Está muy clara su intención, pero mucha gente no quiere entenderlo. Prefiere el autoengaño. En realidad, Bumedian tenía que haber dicho “Eurabia” en vez de Europa. De momento, es una grave imprudencia seguir eligiendo a políticos irresponsables como Hammarberg y Ribó. Políticos que no quieren preocuparse por las consecuencias de sus actos, embelesados, como están, por su propio “buenismo”.
Termino con unas palabras de la admirable (desgraciadamente fallecida) Oriana Fallaci: “Hace tres meses dediqué este libro a los muertos de Madrid. Desde entonces, el número de occidentales asesinados por los enemigos de nuestra civilización han aumentado mucho. Esta dedicatoria tengo que hacerla extensiva... La extiendo a cualquiera que de buena fe vegeta en la ceguera, en la sordera, en la ignorancia y en la indiferencia pero está dispuesto a despertarse para recobrar un poco de sentido común. Un poco de razón. Con la razón, un poco de coraje. Con el coraje, un poco de dignidad”.
¡Y luego se extrañan, los políticos tradicionales, de que salgan grupos que les ponen en evidencia, como los ‘Verdaderos Finlandeses’! A los que hay que llamar de ‘extrema derecha’. Y ya está solucionado el problema. Podemos seguir durmiendo la siesta.
Sebastián Urbina.
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