Todos sabíamos que Zapatero, a través del juez Garzón, excarceló a Rafael Díez Usabiaga para que pusiera en marcha enmascaradamente la presentación de Eta a las elecciones municipales. El pretexto de la madre enfermita era una camelancia más de las muchas a las que nos tiene habituados Zapatero, el embustero.
Ahora ya disponemos de datos suficientes para afirmar que Usabiaga no se ha dedicado a cuidar tiernamente de su madre, sino que ha sido motor principal del plan C de Eta: Bildu. Frente a un primer aspaviento de Batasuna, que era el plan A, y de un partido nuevo, Sortu, destinado a fenecer en los tribunales de Justicia, aparecía, como hace cuatro años, el plan C para la coladura de Eta en las instituciones. Usabiaga está en el meollo de la operación.
El plan C consiste en que los jueces eliminen algunos nombres contaminados de las listas de Bildu. Con tal medida, Zapatero dejaría constancia de su independencia. Pero esas eliminaciones se producirán en aquellos Ayuntamientos en los que Eta apenas tiene votos. En las que puede ganar o condicionar la gobernación sí mantendrá sus candidatos. Y, claro, el PP, harto de hacer el pardillo, ha exigido que el Gobierno manifieste sus oposición a la entera coalición proetarra, con el fin de no caer en la trampa de unas listas sí, otras listas no, que es lo que se hizo hace cuatro años.
La maniobra del entendimiento Eta-Zapatero ha quedado al descubierto. No parece difícil vaticinar qué va a hacer el Gobierno. (El Imparcial).
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