miércoles, 12 de septiembre de 2012

CATALANES ILUSTRES

Espero que me den el título oficial de gran traidor a Cataluña. (Albert Boadella)



Una muestra más de la enfermedad que aqueja a Cataluña es la 'expulsión' de Albert Boadella, un genio teatral.

Cuando una sociedad expulsa a sus mejores hijos, es que está enferma. La mediocridad del Oasis. cat es tanta, que ya no resiste ni la crítica, ni la genialidad.

¡Qué poca cosa son! Pero se lo han ganado a pulso. Más de treinta años invirtiendo en identidad y manipulando las mentes de generaciones de catalanes ha producido este vomitivo resultado. Y eso no es todo. Ahora viene lo peor. Más nacionalismo. cat, a todas horas. ¡Pobrecitos!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sebastián,

Ha sido España, sus gobiernos colaboracionistas, quienes han alimentado al monstruo, otorgando ventajismos económicos a los nacionalistas, a través de los chanchullos políticos, llamados según ellos "ayuda a la gobernabilidad de España". Esas prebendas económicas resultaban en lluvia de millones para la "clientela" que ha sabido traducir que nacionalismo=victimismo=ventajismo=dinero.

Misael

Sebastián Urbina dijo...

Así es. Políticos mediocres, cobardes y sin sentido de Estado.

Arcoiris dijo...

¡Cómo cambian las cosas en esta vida! O, también, “sic transit gloria mundi”, más o menos.
Recuerdo el pollo que se montó a principios de los setenta a propósito del señor Boadella, la representación de “La torna” y la campaña en favor de la libertad de expresión. Entonces él era el héroe y la víctima, el hábil escapista que huye a Francia desde el Clínico y su foto, al otro lado de la frontera, enseñando su culo desnudo al objetivo. Mucho más tarde, en el Poliorama, si recuerdo bien, vi su “Ubú rey”: Pujol (el “molt honorable”, sí) y sus hijos se llevaban maletas llenas de dinero a buen recaudo. Por fas o por nefas, o acaso porque la libertad de expresión permite decir aquello que está autorizado y no más, con Franco o con don Arturo, lo cierto es que él y su casto culo se exiliaron o fueron exiliados, quién sabe.