ESPERO QUE OS JODAN. (Tenéis todo mi desprecio.)
¿Qué
haría en caso de guerra? Ocho
de cada diez españoles no estarían dispuestos a tomar las armas para defender
su país, según desvela una encuesta realizada por DYM Market Research.
Sólo el
21% de los ciudadanos de España irían a la guerra para
defenderla, por debajo de la media europea. Entre los Estados del viejo
continente, el 25% sí estaría dispuesto a hacerlo por su patria.
(El Confidencial)
PACIFISTAS DE PACOTILLA.
Leo en El Mundo, mes de Septiembre, que sólo un 16’3% estaría dispuesto, sin titubear, a defender España ante una agresión extranjera. Un 55’3% rechazaría o se mostraría reacio a defender España si fuera atacada.
Iré directamente al grano y luego me explicaré. En el caso de que España sea atacada, deseo- de todo corazón- que a los primeros que jodan los atacantes sea a este 55’3% que prefiere contemplar el paisaje, desde la retaguardia, mientras nos machacan.
Los menos proclives a defender España, en caso de agresión extranjera, están en los ‘territorios comanches’, País Vasco y Cataluña. Además de Navarra. Pues bien, si ellos fuesen atacados que se las apañen solitos. No pienso darles ni los buenos días. Y me fastidia mucho que estos antiespañoles se aprovechen de nuestros impuestos que les transfieren Mariano y el socialista de turno. De todos modos, espero que no tengamos oportunidad de comprobar su cobardía e insolidaridad.
Dice el diccionario de la RAE que 'pacifismo' es el conjunto de doctrinas encaminadas a mantener la paz entre las naciones'. ¡Pues todos somos pacifistas! ¿Quién no quiere la paz entre las naciones? Solamente los tarados pueden desear lo contrario.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Qué pasa con nosotros, los que somos pacifistas y no vamos a las manifestaciones pacifistas progresistas? ¡Pues que vayan! dirá alguno de ellos. Sin embargo, parece que las cosas no son tan sencillas. Por de pronto, no queremos que nos vean con ellos. ¿Por qué será? Antes que nada, recordar que no suele haber manifestaciones pacifistas de derechas. ¡Signo inequívoco de la maldad de la derecha! ¡Les encanta la guerra!
Lo primero que hay que decir es que buena parte de los pacifistas progresistas son terriblemente sectarios ¿Por qué? Un ejemplo entre muchos, lo tenemos con el caso de Corea del Norte. Un país que conserva las rancias esencias comunistas y antiimperialistas. En los últimos veinte años, el gobierno comunista es responsable de una hambruna de, aproximadamente, el 10% de la población. Entre un millón y medio a tres millones de muertos de hambre de una población de unos 22 millones. Una cruel ‘guerra’ de un dictador contra su pueblo. ¿Ha visto usted manifestaciones progresistas en contra?
Pero el comunismo no es malo, dicen ellos. El comunismo no es el ‘verdadero’ responsable. Algo parecido a lo que sucede en Cuba. Están empobrecidos por culpa de la maldita USA y el neoliberalismo que nos invade. Cuba sufre el embargo americano pero puede comerciar con todos los demás países del mundo. Claro que lo bueno es hacerse la víctima y dar la culpa a USA y al capitalismo salvaje.
Recordemos el atentado terrorista contra las Torres Gemelas. Para buena parte de la izquierda, aquellos actos terroristas sólo pueden entenderse a la luz de los grandes males causados al mundo por el imperialismo yankee. En realidad, los terroristas estaban rebelándose ¡pobrecitos! contra los abusos norteamericanos. Por tanto, preguntémonos por las ‘causas profundas’. Aquí hay tela para multitud de seminarios marxistas, pacifistas y cristiano-marxistas. Sin contar las interminables tertulias televisivas.
Afortunadamente no todos los progres tienen las orejeras puestas de por vida. Un destacado periodista inglés, Andrew Anthony, miembro del partido laborista, se sintió tan asqueado por la reacción de sus amigos y conocidos progresistas, ante el atentado de las Torres Gemelas, que decidió escribir un libro, ‘El desencanto’. Con el que rompe amarras con su pasado de izquierdas.
Todo esto debería bastar para entender que mucha gente, deseando la paz entre las naciones, no quiera manifestarse junto a los progresistas, que protestan siempre en el mismo sentido. Adoran a dictadores como Fidel Castro, porque son de izquierdas, y odian a demócratas porque son de derechas, como Bush, Reagan o Thatcher, y tantos otros. USA es la ‘verdadera’ culpable de todo lo malo y los terroristas islámicos solamente se defienden como pueden. En fin, buenos (la izquierda) y malos (la derecha). Como en las películas.
Ya que hablamos de pacifismo ¿debemos alcanzar la deseada paz, a cualquier precio? La paz no es, ni debe ser, un valor absoluto porque podría llevarnos a la paz de los esclavos. A renunciar a nuestra dignidad y a nuestros valores básicos, a destruirnos por un enfermizo sentimiento de culpa y a creer que la libertad se consigue, y se mantiene, sin esfuerzo.
Digámoslo con meridiana claridad. Detrás de este griterío por la paz se suele esconder la cobardía del que no sabe defender la libertad propia y la de aquellos que sufren injustamente. Lo que suele estar vinculado a la simpleza ‘buenista’, tan en boga. Y también al diálogo, incluso con los terroristas. Con los criminales. ¿Aceptará el rojerío feminista que las violadas dialoguen con los violadores? Claro que no.
En Octubre del pasado año, el director de cine Alejandro Amenábar dijo: ‘Me gusta pensar en la bondad innata de las personas’. Esto no estaría mal en boca de un niño. Pero una persona adulta no puede permitirse estas bobadas ‘buenistas’. De todos modos, espero que Amenábar tenga oportunidad de decírselo personalmente a los talibanes. Sería una experiencia bonita. Si es que nos la puede contar.
Pero no se trata sólo del ‘buenismo’. La cultura izquierdista también favorece la minoría de edad. Resumamos: no hay que fomentar el esfuerzo, la disciplina, la competencia y el mérito. Esto es de derechas. Buen rollito es lo que hace falta.
La LOGSE es un ejemplo de esta tendencia ‘buenista’.
En este falso mundo feliz no se enseña que la libertad, además de ser fundamental para la dignidad humana, es exigente y, a veces, debe defenderse con las armas. Sin embargo, quieren hacernos creer, los pacifistas de pacotilla, que son mejores que nadie porque rechazan la guerra (quiero decir, algunas) y demandan diálogo, como si se pudiera dialogar con el que te odia y te quiere matar.
Además, calificar de ‘diálogo’ a ciertas comunicaciones entre individuos es no entender nada. En sentido estricto, el ‘diálogo’ tiene algunas exigencias. Entre ellas, usted no puede mentir, no puede amenazar al que habla con usted, debe respetar la libertad y la dignidad del otro, o debe ser coherente en su discurso. ¿Cree usted que esto es posible con ETA o con los terroristas islámicos? Claro que no. Por eso no hay diálogo, aunque lo llamen así. Es un falso diálogo, que esconde otros objetivos e intereses.
Terminemos hablando de Afganistán. O de Irak. En esta dolorida tierra se está librando una muy cruenta guerra, a pesar de las hipócritas declaraciones de la izquierda, aunque no en exclusiva. En la derechona también hay tontorrones ‘buenistas’, como en la izquierdona.
Lo primero y más importante es darse cuenta de que una derrota occidental en Afganistán (o en Irak) provocaría una peligrosa extensión del terror yihadista en Europa. Inicialmente hacia los países vecinos. Lo hemos visto recientemente en el norte de Irak, debido al avance de los terroristas del Estado Islámico. Y recordemos que Pakistán tiene la bomba atómica. Sin olvidar a Irán, que está dando pasos importantes en el mismo sentido.
Desde ahí, los tentáculos yihadistas se pueden extender, aún más, a Europa. Aunque, en realidad, más que tentáculos habría que decir el terror, porque sus tentáculos ya están instalados en Europa, en células, más o menos durmientes, y en pequeños grupos o comunidades en diversas naciones occidentales para revivir, a la espera de una ocasión propicia, el atentado de ‘las Torres Gemelas’. Entérese de una vez: barrios enteros de ciudades de Reino Unido, Dinamarca o Alemania son vigilados por policías religiosos que imponen las leyes islámicas. Por cierto, con datos oficiales de 2007, había 27 millones de musulmanes en Europa. Prefiero no hablar de las tasas de natalidad.
Sin olvidar ‘el caballo de Troya’. Es decir, nuestros progres, y compañeros de viaje, que nos ponen en peligro al odiar más a la democracia occidental que a nuestros verdaderos enemigos. Mejor dicho, ‘comprenden’ a nuestros enemigos porque serían las pobrecitas víctimas del Occidente opresor. Es difícil ser más imbécil.Por eso, la guerra de Afganistán, Irak, y su resultado favorable a Occidente, es de una importancia extraordinaria para la estabilidad y seguridad de Europa. Dejémonos de palabrería. En este final de Agosto, en Irak (aunque no sólo) están asesinando diariamente a civiles indefensos. ¿Qué hacen los progres antioccidentales? Nada de nada, excepto magnificar cualquier error, del tipo que sea, de nuestras democracias. Pero por mucho que les duela, ha sido la malvada USA, bombardeando a los criminales del Estado Islámico, la que ha aliviado la situación desesperada de miles de civiles indefensos. Sin agua y sin comida, en un clima tórrido. Y amenazados de muerte.
Termino volviendo al inicio. Si España sufriese una agresión extranjera y usted se desentiende y nos deja en la estacada, es un malnacido. Si empezaran a caer las primeras bombas, no deberían permitir que gente mezquina como usted se esconda, con los pantalones sucios, detrás de los militares a los que habitualmente desprecia.
Sebastián Urbina.
(Publicado en El Mundo/Baleares.)
3 comentarios:
Los tipejos que no estarían dispuestos a defender a la Patria en caso de invasión extranjera no sólo son repugnantes sino también incoherentes. Me explico:La inmensa mayoría de ellos son progres que esperan que se lo dé todo hecho Papá-Estado, pero al mismo tiempo no están dispuestos a defender a la Nación de la que aquel emana.Es ilógico, absurdo!
Además, añado que un hombre que no está dispuesto a defender a su Patria no sólo no puede considerarse a sí mismo un ciudadano sino tampoco un hombre.
Son paparras
El problema es de dos tipos: primero el planteamiento de la pregunta, por qué no decir si estarían dispuestos a defender a su familia en caso de agresión; y luego es un problema de absoluta estupidez e incapacidad de imaginar la deriva futura. Todo un maravilloso resultado de nuestro sistema educativo en los últimos tiempos (digo sistema educativo en sentido amplio).
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