(Damas y
orgasmos.
En el
diccionario de la RAE, ‘dama’ significa: ‘Mujer noble o de calidad distinguida’.
Robin Wright no debería preocuparse. Ella no es, probablemente, una dama. Sin
ningún desdoro ella es, probablemente, una mujer calentorra que canta a los
cuatro vientos lo mucho que se corre en la cama.
El que tenga
muchos orgasmos merece nuestra efusiva felicitación pero, probablemente, una dama no
haría uso público de estos espasmos de la entrepierna. Estas cosas se quedan en
casa, querida Robin. Estas y otras cosas, distinguen a una dama de una que no lo es. Aunque haga cochinaditas en la cama.
Ahora veamos la
doble vara de medir, que no siempre se produce en contra de las mujeres. Imaginemos
la reacción pública y publicada si un conocido actor dijera en público: ‘Respeto mucho a mi
anterior mujer, pero con la actual me río un montón y, además, folla que te
cagas'.
¿Qué dirían las mujeres, en general, de este deslenguado? ¿Le reirían
las gracias a este macho, como seguramente hacen con la cachonda Robin? No lo
creo. Lo peor es que no solamente son las mujeres las que tienen esta doble
vara de medir, comprensión para ellas y leña para los putos machos. Lo peor es que hay
muchos hombres agilipollados que se suman a la fiesta.
Pero, claro,
cuando uno piensa con los bajos ya se sabe. O es políticamente correcto. Quería
decir, políticamente gilipollas.)
Chic
Robin Wright ha declarado en una entrevista concedida a Vanity Fair
que nunca se había sentido tan feliz y enganchada a un hombre como con Ben Foster, su futuro tercer marido y
catorce años más joven que ella -la actriz cumplirá 49 el 8 de abril-.La coprotagonista de la serie House of Cards declara en la citada publicación: "Quizá no sea muy propio de una dama el decir esto, pero nunca me he reído tanto, leído tanto y me he corrido tanto como con Ben".
Wright se muestra cauta cuando habla sobre su exmarido, Sean Penn: "No voy a hablar sobre lo que no existe. Mis ojos miran hacia adelante y nunca he sido tan feliz. Tengo un gran respeto por Sean y nuestros dos extraordinarios hijos como para vender nuestras alegrías y problemas del pasado y convertirlas en alimento para consumo público".
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