lunes, 8 de julio de 2019

LA IZQUIERDA DA ASCO ¿POR QUÉ?


 (Lo que está diciendo este famosísimo periodista progre- Iñaki Gabilondo- es que PP y Ciudadanos son fachas. Como Vox. Pero no lo quieren reconocer.


Lo que confirma una vez más- y van miles-  que la izquierda- excepciones aparte, que siempre las hay- es repugnante, democráticamente hablando.


Para ellos, los partidos que les discuten el poder- como la 'derecha trifálica'- no son adversarios políticos. Son enemigos a los que hay que destruir. En democracia- aunque sea de poco nivel- no se puede enviar a PP/C's/Vox al Gulag. Lástima.


Hay que hacer cosas como las que hizo LGTBI contra los militantes de Ciudadanos. Insultarles, escupirles, lanzarles botellas, agredirles. Son 'la derecha'. Casi todo está permitido. Matarles traería consecuencias. Es mejor destruirles política y socialmente. Para ello tienen a casi todos los medios de comunicación a su servicio.

Por si se quiere enterar. Mejor lea y entérese.)







 LA IZQUIERDA DA ASCO ¿POR QUÉ?

EL PERIODISTA LA LÍA CON UN COMENTARIO EN SU SECCIÓN DE 'EL PAÍS'

Las redes se echan encima de Iñaki Gabilondo por una disparatada frase sobre el PP, VOX y Ciudadanos

"Vox es algo de lo que PP y Ciudadanos se avergüenzan, porque viene a ser lo que ellos no quieren reconocer que son".









Si vas a Rentería o a un pueblo catalán y limpian con lejía por donde pasas, vienes a provocar y no te enteras. Sólo quieres la foto, rebañar unos votos fuera y hacerte la víctima. Si eres universitario en Cataluña y montas un acto con políticos del PP o de Ciudadanos, lo reventarán: a quién se le ocurre tirar un pedrusco en esa balsa de aceite. Si te da por quitar lazos amarillos, pues lo mismo, menuda idea. La retirada lazi es una provocación que bien se merece 72 horas en calabozo, como les ha ocurrido a siete detenidos por los Mossos, según ha contado Cristian Campos en El Español. Como terroristas. 


Los militares de la academia de Talarn no han llegado a provocar tanto como para plantarse en Tremp, quitar los lazos del teatro y dar un concierto. Se negaron mientras estuvieran los plásticos amarillos allí. La alcaldesa dijo que a ver quién se ha creído el Ejército que es para pedir eso. Los militares están para que se les llame cuando haya que apagar incendios sin metáforas y punto.


Lo explicaba muy bien Pau Mari Klose, académico nombrado por Pedro Sánchez responsable de la lucha contra la pobreza infantil: "Es un clásico. Vas (a sabiendas) a dónde te van a increpar y quizás agredir, y pierdes toda la razón que te da tu legítimo derecho a la expresión y a la reunión sin sufrir acoso, culpando a terceros de la situación que has contribuido a provocar".

 La narrativa es que Ciudadanos, al gobernar en Andalucía con el apoyo de Vox, no puede ir al Orgullo. Seis meses después, ya sabemos lo que le está pasando a los homosexuales en Andalucía: Nada.

Sólo parte de la izquierda, nacionalista y no, justifica agresiones a oponentes políticos. No hay más. Ese es el retroceso democrático.

Menos mal que Grande Marlaska recordaba que todos debemos ser maduros y asumir las decisiones de con quién queremos pactar. No se refería a esos nacionalistas navarros que quisieron colgar la ikurriña a patadas y dentelladas en el Ayuntamiento de Pamplona. Los socios del socialismo

 De la familia de los que escupían y llamaban fascistas a los valientes de Basta Ya que protestaban por cada atentado etarra. Pero Chivite ya tiene un gobierno "progresista, plural y feminista". 

Tiene razón el ministro de Interior: que cada palo aguante su vela, sus escupitajos, sus agresiones, su intolerancia. Que lo llamen pluralidad, mientras otros traducimos su neolengua.
Echaron al centroderecha del feminismo, del Orgullo y pronto dirán que quieren matar de hambre a los niños españoles. Siempre de buen rollo y acusando a los demás de imponer cordones sanitarios.

(Berta González de la Vega/ElMundo/8/7/2019.) 



Lo nunca visto: un ministro de Interior que fomenta el odio y la violencia.

Marlaska se ha revelado como un macarra que ordena correr a tortas a la gente que no le gusta.

Pilar Díez  (LD)






Iglesias ve "lógico" que el colectivo LGTBI "ataque" a Cs.

 (No entiende lo que es la democracia. Ni le importa. Es comunista.)

(La Razón/8/7/2019.) 

 

 ORGULLO DE EXCLUSIÓN.

 

Pasó con el 8 de Marzo y ha pasado con el Orgullo. Quienes creyeran que estas celebraciones son la expresión de movimientos sociales por la libertad, la igualdad o la tolerancia se habrán llevado una sorpresa después de la perfecta y repulsiva manifestación de intolerancia que sufrió la comitiva del partido Ciudadanos en Madrid. 

Los fascistas antifascistas lograron salirse con la suya, tal como estaba previsto, y la comitiva tuvo que abandonar el acto protegida por la fuerza pública en medio del hostigamiento de los linchadores.

La sorpresa es comprensible. Muchos perciben o acuden a esas celebraciones desde una confortable ingenuidad. Creyendo, por lo general, que a través de ellas se vindican y celebran la igualdad de derechos, la libertad individual o la tolerancia, y que cualquiera que tenga especial simpatía por la causa dispone de un lugar allí. En el caso del Orgullo, creyendo, además, que, como fue en sus orígenes, se trata de una fiesta abierta. Pero es difícil que movimientos con base en la identidad mantengan esa condición.

 Su tendencia es al cierre. Como lo es a cerrar la identidad. Qué mejor representación de esto que un grotesco sketch, emitido el otro día en Late Motive de Movistar, que presentaba como incongruente y risible que un homosexual llevara la bandera de España y la del arco iris.
La inercia rígida del cierre se ha hecho, al fin, claramente visible. Y no por accidente. 

Los vetos, igual que la expulsión y las agresiones a los que se empeñan en abrir la puerta y entrar, no son elementos excéntricos, sino nucleares en estos movimientos. No son incidentes, obra de unos cuantos sectarios que deslucen o pervierten con su conducta el auténtico sentido de esos actos. Al contrario: los incidentes ponen de manifiesto su rasgo fundamental y, sin duda, el propósito central de los organizadores, de los que encuadran el movimiento y fijan los dogmas –consignas– y las líneas de actuación.


Con frecuencia, cuela el gato por liebre. Suele hablarse de movimientos transversales con los que se identifican –y en los que pueden participar– gentes de distinta condición, ideas políticas e ideologías. Pero el movimiento, que no es otra cosa que lo encuadrado, nada tiene de transversal. Y no sólo porque opere ahí también la asimetría izquierda-derecha. No sólo porque partidos de izquierda instrumentalizan o secuestran estos movimientos. Que ello ocurre es indiscutible, aunque no esté siempre claro quién secuestra a quién, si el partido al movimiento o el movimiento al partido.

 Pero en su propio diseño va la exclusión. Lo requiere así lo identitario. No puede haber otros. No es que se excluya a otros por ideología, es que la ideología es la exclusión. La exclusión no es un medio, sino un fin.

En las coordenadas políticas del momento, esta exclusión violenta de Ciudadanos se inscribe en el interés estratégico del Partido Socialista. Es, entre otras cosas, su respuesta a la negativa a pactar con Sánchez. En los métodos –y, de nuevo, los medios son los fines–, no es más que una continuación del escrache podemita y de las tácticas de marcaje y acoso del separatismo catalán, a su vez imitación de las utilizadas por el entorno de la organización terrorista ETA.

Esa praxis antidemocrática ha sido asumida por los socialistas, y ha contado, ya sin ambigüedades, con la anuencia ministerial. El ministro del Interior en funciones Marlaska, después de insinuar en su día que Ciudadanos había llevado su merecido en Alsasua por ir con la minifalda a provocar, ha propugnado que se despoje a un partido democrático del derecho de manifestación. 

¿Que se han cargado la imagen festiva del Orgullo? ¿Que se ha caído la máscara y se ha visto lo que hay? Pues sí, pero no les importa. Lo único importante es la exclusión.

(Cristina Losada/9/7/2019/LD) 


- Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/opinion/cristina-losada/orgullo-de-exclusion-88286/

Fiesta del Orgullo Gay

Un sindicato policial desmiente a Interior y confirma agresiones a Cs y a policías.


| Rocío Arranz. /LaRazón/9/7/2019.)
 
La Unión Federal de Policía contradice la versión ofrecida por el Gobierno y por el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

 


- Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/espana/2019-07-08/lo-nunca-visto-un-ministro-de-interior-que-fomenta-el-odio-y-la-violencia-1276641605/

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