sábado, 6 de julio de 2019

LA IZQUIERDA REACCIONARIA






LA IZQUIERDA REACCIONARIA.


(La sociedad española, tan analfabeta políticamente, y los medios de comunicación, tan encanallados, hablan de Vox como el verdadero peligro para la democracia.
Pero esta vergonzosa y peligrosa jugada- no es la única- del PSOE no indigna como indigna Vox. ¡Faltaría más!

Más aún. Muchas plumas y lápices famosos exigen que C’s pacte con este PSOE. Por lo visto, no pasa nada, pactando con comunistas y con los herederos políticos de ETA. Lo grave es Vox.

Da miedo tanta estupidez. Progresista, claro.)



El PSOE se encomienda a Bildu.

El Partido Socialista de Navarra formalizó ayer el acuerdo alcanzado con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra para la investidura de María Chivite en la Comunidad Foral, a la espera de que los proetarras de Bildu lo refrenden como mínimo con su abstención.
Se trata de un acuerdo bendecido por Pedro Sánchez, por el que el PSOE vuelve a aliarse con el nacionalismo anexionista y por el que aceptará gustoso los votos de Bildu, despreciando cualquier pacto con los partidos constitucionalistas integrados en la lista mayoritaria de Navarra Suma.

El PSOE podrá disfrazar este acuerdo como quiera, e incluso podrá alegar que no ha pactado absolutamente nada con Bildu, pese a ser el único beneficiado con su previsible abstención. Lo que debería ser una buena noticia -que el nacionalismo vasco y navarro pierde el poder de la Comunidad Foral-, se convierte en una noticia alarmante, puesto que el PSOE, que no ganó las elecciones, ha decidido dar la espalda a los partidos defensores de la unidad de España para gobernar junto con quienes defienden el derecho de autodeterminación o la absorción de Navarra por parte del País Vasco.

El PSOE tenía distintas alternativas. La primera asumir su derrota y abstenerse para permitir la gobernabilidad de Navarra Suma; la segunda, haber pactado incluso, como en su día hicieron en el País Vasco el PSE y el Partido Popular, para impedir un Gobierno del PNV sustentado en los batasunos; y la tercera, pactar con partidos como los que ha pactado, la marca navarra del PNV y la extrema izquierda con el beneplácito de Bildu.

 Ya resultó indiciaria hace unas semanas la claudicación del PSN cuando permitió que Bildu se hiciera con un puesto clave en la Mesa del Parlamento Foral, lo que evidenció el doble rasero del discurso de Ferraz al respecto. Todas aquellas afirmaciones de José Luis Ábalos, Carmen Calvo o el propio Pedro Sánchez de que la «línea roja» era negociar con Bildu han resultado ser una grosera mentira. Por acción o por omisión, el resultado es el que es, y el PSN gobernará con el aval de Bildu porque sin él sería absolutamente imposible.

No iban desencaminados quienes, como ABC, advertíamos de que el proceso de blanqueamiento de Arnaldo Otegui en la mesa del Consejo de Ministros o en Radiotelevisión Española tenía un solo objetivo, el de garantizarse el poder a toda costa. Y ello, con la indignidad que supone hacerlo incluso sobre la memoria de todos aquellos militantes socialistas asesinados por ETA, sin que un terrorista convicto y confeso como Otegui haya siquiera pedido perdón.

 El PSOE tendrá que evaluar el coste de este tipo de decisiones en términos de congruencia, ética política e impacto sobre sus propios votantes. Pero de momento, las sonrisas de María Chivite durante las negociaciones de los últimos días, o en las fotografías de ayer, sobran

(Edit.ABC/6/7/2019.)

IRRESPONSABILIDAD HISTÓRICA DEL PSOE EN NAVARRA.

El acuerdo suscrito por el PSN con los nacionalistas de Geroa Bai, además de Podemos y la rama de Izquierda Unida en Navarra, concederá a la socialista María Chivite la presidencia de la Comunidad Foral.

 Pese a que la coalición Navarra Suma, que integra a UPN, PP y Ciudadanos, fue la lista más votada en las pasadas elecciones autonómicas, el hecho de que los socialistas hayan decidido sumarse al frente formado por la izquierda y los separatistas, abiertamente partidario de una política de euskaldunización de Navarra, supone una grave irresponsabilidad de Sánchez.

Máxime teniendo en cuenta que la alternativa al centroderecha en la Comunidad Foral solo es posible si EH Bildu se abre a la abstención. Que el PSOE, una formación que ha sufrido en sus carnes la herida del terror, esté dispuesto ahora a aceptar los votos de los herederos de ETA constituye un ignominioso mercadeo que allana la investidura de Sánchez, pues Geroa Bai es la marca navarra del PNV, verdadero socio preferente de Sánchez desde la moción.
La posición en la que quedó el PSN después de los comicios del 26-M no es nueva. Zapatero vetó los pactos con el nacionalismo en Navarra en 2007, lo que provocó en su día la dimisión del entonces líder de los socialistas en esta comunidad, Fernando Puras; y Rubalcaba adoptó idéntica posición en 2014. En cambio, Sánchez ha decidido no guiarse por la misma senda de responsabilidad que sus antecesores en Ferraz aprobando una operación política que liquida la unidad de los constitucionalistas en una autonomía absolutamente decisiva para la unidad nacional.

Pese al zigzag de declaraciones entre la dirección federal del PSOE y la dirección regional, la realidad es que Sánchez -entre cuyos estrechos colaboradores figura el navarro Santos Cerdán- nunca mostró voluntad de cercenar el ansia de los socialistas navarros de gobernar apoyados en formaciones declaradamente adversas al marco constitucional. Y cabe recordar que la Constitución recoge la posibilidad de anexionar Navarra al País Vasco en su disposición transitoria cuarta. Esta vía es la que defiende abiertamente el nacionalismo para cumplir su viejo sueño de incorporar Navarra al terrorio vasco.
La gravedad del paso dado por Sánchez convierte a un eventual Gobierno navarro formado por los socialistas y los rupturistas en una bomba de relojería para la estabilidad de España. Y no solo por su dependencia de los abertzales, lo que golpea la memoria de los socialistas como víctimas del terrorismo, sino por el ideario vasquista de Geroa Bai y la izquierda navarra.

 El anterior Gobierno de Uxue Barkos ya dejó claras las prioridades de este bloque. La imposición del euskera, la ikurriña -pese a no ser bandera oficial- en el espacio público y las políticas educativas orientadas hacia el vasquismo preludian otros cuatro años en la misma senda, agravada en este caso por la onerosa dependencia de Bildu.
No hay que engañarse, por tanto, sobre las intenciones de Sánchez para su investidura. La operación en Navarra evidencia que la única vía que contempla es la reedición de una investidura Frankenstein, pese a exigir de forma hipócrita la abstención al PP y Cs. Sánchez ha usado al PSN como laboratorio de lo que a finales de julio puede concretarse para toda España: un Gobierno en manos de una tóxica coalición de independentistas y populistas. El peor escenario en un momento en el que el desafío soberanista continúa en marcha en Cataluña.

(Edit.ElMundo/6/7/2019.)

(También los de LGTBI muestran sus inclinaciones totalitarias. No se conforman con manifestarse públicamente, con dinero público.

Pontifican, diciendo lo que se puede pactar y lo que no. Como buenos inquisidores prohíben que se pacte con Vox, del que no han leído su programa. Que no tiene nada inconstitucional. Otra cosa es que no les guste.

En fin, más mentalidad totalitaria revestida de falso progresismo.)

Manifestantes en el Orgullo Gay impiden el paso de la pancarta de Cs al grito de "Con Vox no se pacta".
 (Sábado, 6 julio 2019 –Ana del Barrio/ElMundo.)

Tensión entre activistas LGTBI y representantes de la formación 'naranja', a los que han arrojado agua y llamado "hipócritas".




FASCISMO INTOLERANTE EN EL ORGULLO GAY.

Tiene mucha razón Inés Arrimadas cuando  ha criticado muy duramente a los participantes de la manifestación del Orgullo Gay que han insultado e intentado agredir a los miembros de Ciudadanos que han asistido a esta concentración. Los ha llamado fascistas e intolerantes, y eso es lo que son.

Una fiesta que debe de ser para pedir respeto a los derechos del colectivo LGTBI no se puede convertir en una manipulación política, en la que se descalifica a quienes no tienen la misma ideología de izquierdas de los convocantes.
La defensa de los derechos de los homosexuales no es patrimonio de la izquierda, sino de todos los demócratas. A estas alturas de la vida, la mayoría de los españoles respetan a este colectivo y es una minoría la que todavía mantiene actitudes homófobas, totalmente repudiables.

Ya está bien de sectarismos, de calentar el odio contra formaciones del centro derecha que tienen en su filas dirigentes homosexuales, que merecen el mismo respeto.

Mal camino lleva la organización del Orgullo Gay si sigue politizando esta fiesta y si sigue señalando con el dedo quién puede y quién no participar en esta jornada reivindicativa.

(Paloma Cervilla/ABC/7///2019.)

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