viernes, 27 de julio de 2007

COMENTARIO


26/7/2007




En un artículo ''Los cimientos de la neurociencia'', Antonio Damasio (Director del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California y Premio Príncipe de Asturias de Ciencia 2005), dice, entre otras cosas:


'Cuando Cajal se convenció en un principio de que las células del cerebro no formaban una red continua, se estaba situando en contra de la visión defendida por los científicos de la época. Entre ellos destacaba Camillo Golgi ... Golgi y Cajal formularon interpretaciones diametralmente opuestas de lo que vieron a través del microscopio De las imágenes detalladas de los datos y de su elaboración surgieron dos interpretaciones teóricas de cómo se comportaban para producir todas las funciones complicadas de un cerebro humano: una retícula de células o una red de células discretas'.


Lo que me parece apasionante es que la Teoría Reticular (en la que se basaba Golgi), que entendía las células nerviosas como canales continuos, y la Teoría Neuronal (en la que se basaba Cajal), en la que los circuitos cerebrales están constituidos por unidades funcionales separadas, sean tan importantes a la hora de ''ver'', lo que se observa.

Este párrafo de Damasio parece confirmar la idea de Kuhn (en su clásico, 'La estructura de las revoluciones científicas') de que al romper los consensos científicos básicos que rigen en un lugar y tiempo, se entra en un nuevo paradigma. No entraré en detalles porque, por ejemplo, 'paradigma' ha recibido unas 22 interpretaciones diferentes. Digamos que aparece una nueva manera de ''ver'' el mundo, o mejor, un sector determinado de la realidad.


¿Cómo es posible que personas inteligentes, expertas en la materia y de prestigio internacional, como Cajal y Golgi, ''vieran'' cosas diferentes al observar el mismo objeto? Todo parece indicar que la teoría condiciona (no determina) la comprensión del objeto. De ahí las diferentes interpretaciones de Cajal y Golgi.

De todos modos, dado que el saber científico, por ejemplo, aunque es portado por individuos, es social o colectivo, las nuevas y rompedoras ideas (las de Cajal, por ejemplo) sólo se consideran como la adecuada representación de la realidad (la verdad) una vez que la comunidad de científicos así lo respalda. Y lo respalda, cuando la teoría en cuestión ha pasado toda una serie de pruebas y filtros que poco a poco (normalmente) van convenciendo a los más renuentes.


También favorece, para el triunfo de la nueva teoría, que se vayan muriendo (por edad) los científicos que defendían el antiguo paradigma. Esto permite que su influencia cese, o disminuya, y la antigua teoría tenga más dificultades para prolongarse en el tiempo, por medio de cátedras u otros cargos de relevancia científica o institucional.

Parece, pues, que hay una compleja interacción entre observador y lo observado y que nunca se consiguen fotografías perfectas de la realidad sino solamente (y no lo digo con menosprecio, en absoluto) 'mapas', que nos permiten caminar y seguir avanzando, tentativamente, en la maravillosa, compleja y misteriosa realidad.



Sebastián Urbina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy ilustrativo el ejemplo utilizado. De hecho la "Teoría de la independencia de las células nerviosas" fue el fruto de doce años de intenso trabajo para Ramón y Cajal y, aunque se encontró con muchos detractores en aquel momento, más tarde supuso una aportación fundamental para entender todo lo relacionado con el funcionamiento del sistema nervioso. A mi personalmente me parece una elección muy acertada, porque dió un giro de 180º a todo lo que se pensaba en ese momento, un poco como Galileo o Kepler en el terreno físico. Felicidades por tu blog.

Anónimo dijo...

qual es el principal error de Golgi?