domingo, 29 de julio de 2007

NOTICIAS BREVES (más mentiras)


28/7/2007





¡MIENTEN pero VÓTELES! (son majos y progres)



El periódico nacionalista Deia publica las cesiones políticas de Rodriguez Zapatero a Batasuna que incluían a Navarra.



Mientras la venerable señora De la Vega negaba las conversaciones entre el gobierno socialista y ETA-Batasuna, Deia documenta las cesiones políticas del PSE (R.Ares, J. Eguiguren, J.A. Pastor) que actuaba por orden de Rodriguez Zapatero.

En parecido sentido, el gran Pepiño Blanco nos decía, una y otra vez, que el PSOE nunca se planteó modificar el status de Navarra. Pero también es mentira. El citado periódico informa que entre Septiembre y Noviembre del pasado año, el PNV se unió a las conversaciones citadas, que se celebraron en el Santuario de San Ignacio de Loyola, bajo el lema 'Bases para el diálogo y el acuerdo político'.



Sebastián Urbina.

¡Más caradura!

El Presidente Rodriguez invita a Aguirre (la Presidenta de Madrid) a ''dialogar y a que pase de la fase de crispar y recurrir''.

Resulta que el Presidente Rodriguez ha aceptado el Pacto de Tinell por el que acuerda (con los nacionalistas) excluir al Partido Popular de las instituciones democráticas. ¡Qué rostro!

¡Venga, vóteles! ¡Son progresistas! ¡Todos contra el PP!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El Pacto del Tinell (manda huevos que se asocie un nombre tan vinculado a la historia catalana con una asociación de canallas) podrá intentar excluir al PP de las instituciones. La cuestión es que aunque tal pacto no existiera, el PP no podría jamás, por decencia, llegar a acuerdos con ninguno de los partidos que lo integran. Si no existiera Pacto del Tinell, sería aceptable que el PP llegara a acuerdos de "gobierno" en algún sitio con el partido de ZP, con los nazis emboinados del PNV, con los golpistas de ERC, con los tocahuevos de CiU, con los talibanes del PSM, con los sacamantecas del BNG ... ?? La respuesta es NO. La sociedad civil debe movilizarse contra el sistema. Y de esa movilización se podrá aprovechar el PP capitalizando una parte, y también se podrán aprovechar pequeños partidos locales integrados por gentes ajenas a la política.
La cleptocracia es como una costra. Hemos de arrancar la costra y dejar que salga la piel sana.

Sebastián Urbina dijo...

'Anónimo' plantea un problema muy serio.

Primero.
Aunque su diagnóstico fuera correcto (ahora diré algo al respecto) habría que seguir denunciando el antidemocrático Pacto de Tinell por el que un grupo de partidos tratan de excluir a un partido (tan importante, al menos, como dicho grupo)de la vida política democrática. Con independencia de si el PP 'puede' llegar a pactos con ellos, o no.

Segundo.
Creo que hay razones morales y prudenciales para replantear la cuestión en términos menos absolutos. Hace unos días escuchaba una entrevista a Maite Pagaza. Decía, entre otras cosas (y eso que ha sufrido mucho, sin rendirse) que hay nacionalistas decentes y respetables en el País Vasco. O sea, hay que distinguir entre doctrinas y seguidores. Hay doctrinas perversas (como los nacionalismos) pero no, necesariamente, todos los nacionalistas son perversos.
Cuesta creerlo porque, al menos en mi caso, sólo he conocido nacionalistas poco recomendables. La descalificación y el insulto como argumentos principales. Con dos excepciones. De lo que me alegro, porque puedo ir, de vez en cuando, a tomar café con ellos, de forma civilizada y sin crispaciones.

Recordemos que, en prácticamente, todos los pueblos de España, falangistas o simpatizantes, a pesar de 'pertenecer' a una doctrina perversa, ayudaron a escapar o esconderse a personas 'del otro bando'. Quiero pensar que al revés sucedió lo mismo. Aplicado a nuestro caso, no se debe rechazar al completo los acuerdos porque hay nacionalistas decentes y socialistas decentes. ¿Qué pensar, por ejemplo, de la admirable Rosa Díez y tantos otros? Es decir, por razones de justicia (morales) no debemos dejar de lado a ciertas personas para afrontar esta situación.

Pero tampoco hay que hacerlo por razones prudenciales. Es decir, conviene apoyarse en el mayor número de personas dispuestas a alejarse de esta perversión democrática que estamos sufriendo. Por ejemplo, la confederalización de hecho (no la federalización, como falsamente dicen algunos), el mantenimiento de una ley electoral que prima exageradamente a minorías sin lealtad constitucional, etcétera.

Ahora bien, es cierto que la sociedad civil tiene que movilizarse. Ya no sirve quejarse en los pasillos y esperar que los políticos solucionarán todos los problemas.

Anónimo dijo...

Al día siguiente del 11-S hablábamos en el trabajo de lo sucedido. Yo comenté algo acerca de la maldad intrínseca del islam, y un progre saltó diciendo que había musulmanes que comían cerdo como nosotros, que se emborrachaban como nosotros y que iban de putas igual que nosotros. Vamos, que los musulmanes borrachines y lujuriosos eran los que redimían a sus hermanos en la fe que masacraban infieles. Me llamó la atención el argumento tan extremadamente sectario que hacía un progre para defender a unos sacamantecas que no dudarían en rebanarle el cuello por alcohólico y por adúltero.
En el partido nazi seguramente también habría buenas gentes. Probablemente hubo nazis a los que les repugnaba lo que sus compadres hacían. Pero de ello no podemos inferir que el pardido nazi fuera un partido rescatable para participar en una democracia un poco normal. Tras su aplastamiento militar, el partido nazi fu disuelto, varias organizaciones relacionadas con él fueron declaradas criminales, la sociedad fue "desnazificada" y se exigieron responsabilidades individuales. Los nazis "buenos", si es que los hubo, tuvieron que encauzar su actividad política a través de otros partidos, al menos en Alemania Occidental. En Alemania Oriental ya sabemos que fueron abducidos por el Partido Comunista.
El socialismo, en cualquiera de sus variantes, marxistas o no, es una ideología intrínsecamente perversa. Si hay socialistas "buenos", están equivocados. Personalmente, yo creo que la inmensa mayoría de los dirigentes socialistas están movidos mucho más por el afán de poder que por convicciones ideológicas mínimamente profundas. Incluyo en esto a los socialistas "de derechas", para entendernos.
Las personas decentes que queden en los partidos del Pacto del Tinell deberían encabezar una regeneración política, expulsar a la casta dominante y participar en un nuevo proceso constituyente basado en unas premisas completamente diferentes a las de 1978, en las que por supuesto, no habría lugar para las comunidades autónomas ni forales. Personalmente pienso que es muy difícil que esta regeneración se produzca; los decentes son pocos y los malos son muchos, y además, controlan el presupuesto.
Pactar ? Siempre se puede llegar a pactos, pero siempre entre gente de fiar. Pactos con Zapatero, con Blanco, con Llamazares, con Pujol, con Carod ... ?? Ni uno. Quien con niños se acuesta, ya sabe.

Sebastián Urbina dijo...

Estoy de acuerdo con sus ejemplos, pero vuelvo a nuestro contexto. ¿Cree que hay alternativa política viable excluyendo a todas las personas que no piensan como usted o como yo? ¿No cree que será necesario contar con el apoyo de personas que están de acuerdo, por ejemplo, en un 60%? Siempre que tal acuerdo incluya cuestiones centrales para evitar la confederalización de la vida política y económica.

Por ejemplo, he citado varias veces a Sosa Wagner y 'El Estado fragmentado'. Es socialista (signifique lo que signifique) y estoy de acuerdo en casi todo lo que dice el libro.

¿Lo incluimos? ¿Me excluyen a mí? Me parece que incluso tomando como modelo 'El manifiesto de las clases medias' de E. de Diego, los problemas, como los mencionados, permanecen. Necesitamos apoyos a un proyecto de democracia menos imperfecta, como la que ya he comentado en otras ocasiones.

El adversario político, el que estaría encantado con una confederación de taifas, es poderoso. Tiene medios de comunicación, poder político, dinero y gente muy sectaria. El 11-M, Prestige, Nunca Mais, etcétera, lo atestiguan. Hay que valorar las fuerzas con frialdad. Necesitamos la paciencia y la determinación del corredor de fondo. Y tener plena conciencia de que la causa de la libertad, es la causa más noble que se puede defender.

Anónimo dijo...

El problema actual es que los malos echan más votos en las urnas que los buenos, y como dije en otra ocasion, la democracia consiste en que dos lobos y una oveja votan lo que van a comer.
La democracia es un buen sistema político, pero no ha de ser un valor absoluto. Si lo fuera, no pasaría de ser un despotismo de la mayoría.
No se trata de excluir per se a quienes no piensen de igual modo. Lo que ocurre es que vivimos en una época en la que las tiranías se han modernizado. Igual que existen guerras de cuarta generación, también existen tiranías de cuarta generación, que son mucho más refinadas que los totalitarismos a la antigua usanza.
Contar con el respaldo del 60% de la población ? Hombre, lo ideal sería que cuanta más gente se diera cuenta de lo que está ocurriendo, mejor. Cómo intentarlo ? Dado el férreo control que ejerce la casta dominante sobre la sociedad y sobre los medios de comunicación convencionales, sólo se me ocurre la subversión a través de la internet y la organización política colaborando con el PP o con partidos de nuevo cuño que vayan surgiendo (por ejemplo, Ciudadanos).
De momento sólo podemos denunciar y criticar, como de forma admirable hace usted en su blog. Y confiar en que poco a poco un número suficientemente importante de gente abra los ojos. Y colaborar con todos aquellos que compartan el objetivo de una sociedad de individuos más libres.
Tenemos a nuestro lado la razón y nuestra causa es noble. Pero las causas nobles pierden si los malos juegan mejor sus bazas.

Anónimo dijo...

En el diario El Mundo El Día de Baleares de hoy martes 31 de julio, Joan Font publica un artículo muy significativo relacionado con el libro "El manifiesto de las clases medias".

Uno puede estar de acuerdo con su contenido (me refiero al libro) y otro no. Pero, es indudable que algo empieza a moverse para que la ciudadanía se quite los complejos de una vez por todas y comience a actuar en pro de un Estado democrático serio y para todos.

La Guarida del Dragón dijo...

El sistema electoral que tenemos permite que los partidos nazi-onalistas tengan más peso del que le corresponde. Y es que la circunscripción electoral para elegir a los representantes en el Congreso y en el Senado es la provincia. Dicho esto, lo más facil para tener peso, pasa por reunir el máxido números de votos en la misma provincia. Sabiendo esto, los partidos nazi-onalistas aplicando políticas y proyectos ultraregionalistas se aseguran una concentración de votos en la misma provincia.
O Cambiamos el sistema electoral o marcharemos camino del feudalismo.