Que la tal Aido en vez de ministra de igualdad, preside un ministerio de ideológica de género, es algo que ya sabíamos desde que se destapó con su famoso intento de cambiar el lenguaje con su chirriante miembros y miembras. Pero ahora ha dado un paso más para convertir su ministerio en un sórdido staf de corte eugenésico. Porque moralmente no sabemos cómo desde el PSOE van a ser capaces de explicar que eliminar en el vientre materno a aquellos que van a padecer una grave malformación o discapacidad es admisible, mientras que eliminarlos una vez nacidos, como hacía la Alemania nazi con sus políticas eugenésicas, es algo condenable.
El supuesto derecho a decidir sobre la maternidad una vez concebida una nueva vida, que alegan desde esta izquierda bárbara, capaz de sacrificar sin miramiento alguno una esperanza de vida en el altar del relativismo hedonista, simple y llanamente no existe. Sostener que impedir que un niño nazca, porque en este momento le viene mal a la madre y estorba a sus aspiraciones profesionales, sociales o económicas, verdadero supuesto en el 99% de los abortos que se practican, es sinónimo de un egoísmo monstruoso, pero no de un derecho. El autentico derecho de la mujer como madre, no como engendro artificial del radicalismo feminista, radica en exigir medidas para lograr la conciliación de la vida laboral, personal con la maternidad y su derecho a obtener apoyo en el embarazo no deseado.
Por supuesto Zapatero vuelve a demostrar que no gobierna para el conjunto de los españoles, al querer imponer el criterio de su secta en una cuestión que divide profundamente a la sociedad. Nuevamente tensiona a la sociedad española con una reforma del aborto que sólo exigían clínicas abortistas y los radicales feministas y ultraizquierdistas. Y recordemos que en democracia, tan legitimados como ellos están aquellos que propugnan una prohibición total del aborto.
Una reforma además sin precedentes en Europa, porque el feto queda absolutamente desprotegido en sus primeras 22 semanas de gestación, ya que ninguna madre será “molestada” por practicar el aborto durante ese tiempo. Una reforma en la que no ha existido ningún tipo de dialogo ni consenso y que se basa en el trágala habitual de este gobierno socialista.
Además la reforma desde el punto de vista jurídico es un autentico despropósito. Aceptar que una chica de 16 años pueda abortar sin el consentimiento de sus padres, debería llevar aparejado reconocer la responsabilidad penal a partir de los 16 años y derogar la Ley Penal del Menor para que los menores a partir de esa edad, en la que según el gobierno puedan decidir sobre la existencia de una vida futura, sean juzgados como adultos. De la misma manera Tráfico debería modificar su normativa para consentir que los menores de 16 años pudieran sacar ya el carnet de conducir, o el mismo Código Civil para que no precisen del consentimiento ni conocimiento de sus padres o tutores para celebrar contratos, gastar fortunas o vender inmuebles. ¿Si pueden lo más, cómo no van a poder lo menos? Simple y llanamente la reforma es una aberración moral y jurídica.
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