Una turba de musulmanes abrasa vivos a siete cristianos en Pakistán
Siete cristianos han muerto abrasados y otras 18 personas han resultado heridas durante el incendio de unas 50 viviendas y una iglesia a manos de una turba de musulmanes que protestaban por la supuesta profanación de un Corán en la región del Punjab, en el noreste de Pakistán, país que cuenta con un 2% de su población cristiana.
El suceso tuvo lugar ayer por la tarde en la ciudad de Gojra, que vive la violencia religiosa desde el pasado jueves, día en el que, según los musulmanes, varios cristianos quemaron un Corán.
La mayor parte de los actos violentos, según cita una cadena de televisión pakistaní, han sido cometidos por jóvenes con las caras cubiertas con pañuelos.
Tras la supuesta quema del Corán el jueves, ayer algunos simpatizantes de los partidos musulmanes se reunieron en la plaza de Malkanwala, desde donde cientos de personas se dirigieron a una zona residencial poblada por cristianos.
Al menos 10 personas resultaron heridas por disparos y pedradas de los vecinos, lo que llevó más tarde a los manifestantes a entrar en la colonia, incendiar unas 50 viviendas y bloquear el tráfico durante varias horas.
La mayoría de los residentes de la colonia han logrado escapar y ponerse a salvo, pero al menos siete personas quedaron atrapadas en sus casas por las llamas y fallecieron abrasadas.
La policía empleó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud y varios funcionarios acudieron poco después al lugar para convencer a los líderes religiosos que encabezaban las protestas de que pusieran fin a los altercados.
La comunidad cristiana de la cuidad ha anunciado que no se hará cargo de los cadáveres ni los enterrarán hasta que el jefe del Gobierno provincial de Punjab, Shahbaz Sharif, visite la zona y garantice la seguridad de sus vidas y propiedades. El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, ha ordenado abrir una investigación para determinar si realmente se ha producido la profanación del Corán que ha dado lugar a los altercados.
1 comentario:
Y los cristianos tan calladitos, tan buenos, seguimos dando de comer a esta gente, acogiéndoles y proclamando los derechos de estos emigrantes que poco a poco nos invaden y nos van inyectando su religión y sus creencias.
Nos merecemos lo que nos va a pasar. Porque es seguro que nos pasará, y entonces no servirán de nada los lamentos.
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