domingo, 6 de enero de 2013

¿PACTO FISCAL?

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     (¿Qué Rajoy habrá en la reunión con Artur Mas? ¿El acomplejado, el de 'pasar página', o el gobernante digno que no permite violar la legalidad?

    Rajoy se juega mucho. Y el Partido Popular. Y España. Una cesión más a los catalanistas independentistas, a costa del resto de los españoles, sería insoportable. No se puede 'amansar' a los catalanistas porque es injusto que el resto de los españoles paguemos estas renuncias. Encima, es una indignidad. Además, no servirá para nada. Sólo para un ratito. Ellos son insaciables. El que no lo sabe es un asno. En el mejor de los casos.

    El Partido Popular puede sufrir un descalabro en las próximas elecciones. Es lo deseable y esperable si se 'arrodilla' ante los independentistas. ¡Cuidado Mariano! ¡Mucha gente está harta!
     
    Si Rajoy acepta algún tipo de pacto fiscal que haga sonreir a Artur Mas, creo que Rajoy habrá firmado su defunción política. Y dañará seriamente a su partido. Y a España.
     
     
     
     
     
     
    Descontentos de CiU
    Empresarios y políticos se conjuran para frenar a Mas.
    ISABEL ABAD
    Algo se mueve –por fin– en las altas esferas de la sociedad catalana. El objetivo es poner coto cuanto antes a la deriva independentista del ‘president’.

  • Destacados empresarios, banqueros y profesionales de diversos sectores, coordinados –ahora sí– con el Palacio de La Moncloa, han decidido frenar el empeño separatista del presidente de la Generalitat. La operación, diseñada dentro de la más escrupulosa legalidad vigente, viene concretándose en las últimas semanas en el marco de discretas reuniones, generalmente celebradas en la planta noble de prestigiosas entidades de Barcelona.

    El pacto poselectoral entre CiU y ERC, el decreto de las tasas a los depósitos bancarios –aprobado el pasado 18 de diciembre por el Gobierno en funciones de la Generalitat y recurrido ante el Tribunal Constitucional por el Ejecutivo de Mariano Rajoy– y, más recientemente, la formación del nuevo Gabinete liderado por Mas –“un Gabinete, sencillamente impresentable”– han sido el detonante del hartazgo de una burguesía que, a decir de fuentes de la máxima solvencia, “no está dispuesta a dejarse arrastrar a la ruina económica” que se augura de los delirios secesionistas del recién estrenado Gobierno catalán.

    Según las mismas fuentes, el encuentro del próximo martes, 8 de enero, entre Mariano Rajoy y Artur Mas con motivo de la inauguración del AVE a Figueras no es ni mucho menos casual, sino fruto de las presiones de este poderoso grupo de representantes del mundo empresarial y financiero, que también habría conseguido que Rajoy se comprometa a presentar en los próximos meses una nueva propuesta de financiación autonómica al presidente de la Generalitat. El objetivo no es otro que el de aliviar las tensiones entre Barcelona y Madrid, propiciando en lo posible “ese clima de serenidad” del que, hasta la fecha, viene huyendo Mas.
    El proceso, dirigido a neutralizar “su carrera hacia el abismo”, perseguiría en primer término facilitarle el camino para apartarse de la radicalidad.

     En caso contrario, el catalanismo moderado ya ha puesto sus ojos en Lluís Recoder, ahora fuera del Ejecutivo, como la alternativa llamada a sustituir al propio Mas. Como se recordará, el entonces candidato a la presidencia del Gobierno catalán tuvo especial interés en escenificar el rotundo fracaso de su última reunión con Rajoy, celebrada en La Moncloa en vísperas de la Diada. A pesar de su obstinada reticencia a verse de nuevo con el jefe del Ejecutivo español, Mas no tendrá otro remedio que atender el próximo martes a la visita a Figueras de Rajoy. Un encuentro que, según las mismas fuentes, no se limitará a un simple acto protocolario, como pretendía Artur Mas.

    Habrá también entrevista privada con el presidente, aunque, a petición del mandatario catalán, será en el marco de la más absoluta discreción. El pasado 18 de diciembre, a los pocos minutos de que los teletipos escupieran la noticia del decreto de las tasas a los depósitos bancarios anunciado por el Gobierno de la Generalitat, los teléfonos de los alfombrados despachos de las principales entidades bancarias catalanas echaban humo. A última hora de la noche, tenía lugar una reunión de urgencia en la que el poder financiero de aquella comunidad decidió contactar con la Asociación Española de Banca (AEB) a fin de solicitar acciones legales coordinadas para frenar el decretazo. Según relata el periodista Alfons Quintá en el diario digital Eldebat.cat, fue Mariano Rajoy quien, al ser informado por la AEB, sugirió abortar aquella iniciativa alegando que el Gobierno presentaría recurso de inconstitucionalidad, como finalmente hizo.

    Ni las crecientes tensiones internas en el seno de Convergència Democrática de Cataluña (CDC), ni mucho menos el horizonte judicial del clan Pujol, con Oriol Pujol en el epicentro del escándalo político-económico que sacude en las últimos meses la perversa placidez del mítico oasis catalán, contribuyen lo más mínimo a la estabilidad de Mas al frente de la Generalitat. ¿Recular o cocerse en su propia salsa? Esa es la cuestión. (La Gaceta)

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