(Usted no se altere. Pague los impuestos que ellos ya se encargarán de gastarlos. Si usted se mira al espejo y se ve con cara de gilipollas, no se preocupe. Es lo normal.
Que el gobierno de España, con mayoría absoluta, sufrague infraestructuras a los catalanistas que han anunciado la ilegal separación de España, es propio de un país enfermo y gilipollas.
Comprendo que tenga deseos de vomitar. Es lo menos. Pues eso es lo que hay.
Eso sí, compre, compulsivamente, productos catalanes. Y una postal de felicitación al Rey, a Rajoy y a don Arturo, no estaría de más.)
¿DAN ASCO, O NO?
"Mas ignora la mano tendida por Rajoy y por el Príncipe", titula El Mundo y "se aferra al victimismo". O sea, que quiere más, y más y mucho más. A Federico Jiménez Losantos le llevan los demonios. "Dicen que el encuentro en el AVE resultó frío. ¿Y qué esperaban del tío que tapó con un cortinón negro el retrato del Rey?".
Y es que no da crédito. "Lo que a mí me asombra es la capacidad de humillación de quienes representan a todos los españoles", dice con un cabreo supino. Y encima "fueron afrentados en público por el cúmulo de trolas del separatismo catalán, en las que Mas se mueve con la facilidad de la lombriz en el légamo (...) Dijo que Cataluña es la comunidad que más aporta a España. Mentira. Dijo que es la que menos inversión recibe. Mentira. Dijo que la inversión del AVE no es un gesto de generosidad sino el pago de una parte de lo que se les debe. Mentira.
Vamos, que no les coceó en la cara porque el príncipe y Mariano son altísimos". Vamos, que no puede más. "Yo pagaría a gusto el AVE Figueras-Lausana con tal de perderlos de vista". Qué ganitas, pero qué ganitas. (Pilar Díez/ld).
La financiación española de la secesión de Cataluña.
A escasos días de hacerse público que el dinero inyectado en 2012 por el Estado central para evitar la quiebra de la Generalidad catalana y sus cajas superó los 17.500 millones de euros, la inauguración de la línea de AVE Barcelona-Gerona-Figueras nos ha brindado este martes la oportunidad de constatar nuevamente la desfachatez de Artur Mas y la –aun más grave– acomplejada condescendencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente de la Generalidad ha tenido la osadía de afirmar: "Pese a ser la comunidad que más contribuye al PIB español, [Cataluña] es la que tiene menos dotación de infraestructura pública". Ninguna de las dos cosas es cierta.
La región que más contribuye al PIB nacional es Madrid, y Cataluña no es sólo la comunidad que más inversiones ha recibido en el ámbito ferroviario, o la única en la que todas sus provincias están conectadas por una misma línea de AVE; es que en 2013 seguirá siendo uno de los lugares donde más invertirá Fomento, con partidas que ascienden a los 1.112,7 millones de euros, unas 2,6 veces más que la media nacional. Eso, sin olvidar que, en términos absolutos, Barcelona ya es la provincia con mayor volumen de inversión de Fomento de toda España.
Naturalmente que Cataluña podría contar con aun mejores infraestructuras y aun mayores inversiones productivas, si su Gobierno autonómico destinara a ello una porción mayor de su presupuesto o del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) que le procura el Estado, en lugar de a sus delictivos y carísimos proyectos identitarios de construcción nacional. En este sentido, debemos recordar que este domingo se supo que el catalán va a volver a ser en 2013 el Gobierno regional más asistido por el FLA.
Concretamente, el Ministerio de Hacienda dará al Gobierno secesionista de CiU 8.300 millones de euros, es decir, más de un tercio de los 23.000 millones con que está dotado dicho fondo. Pues bien, 24 horas después CiU y ERC dan por oficialmente iniciada la "transición nacional" anunciando la creación de un nuevo organismo que llevará dicho nombre y que será "clave" para el ilegal referéndum secesionista que quieren perpetrar en 2014.
Este mismo martes, el portavoz del Gobierno secesionista, Francesc Homs, ha anunciado la creación de una Secretaría de Hacienda con el objetivo de desplegar la agencia tributaria propia de Cataluña, una de las "estructuras de Estado" que el Ejecutivo de Artur Mas quiere constituir antes del ilegal referéndum. Eso sin olvidar su descarada voluntad de incumplir los objetivos de reducción del déficit y de negociar los ajustes directamente con Bruselas.
Ya hace tiempo advertimos de que, sin privilegiada impunidad y sin financiación por parte de Madrid, el delictivo y carísimo proyecto de ruptura de CiU-ERC sería impracticable; que el proyecto de ruptura de CiU-ERC necesitaba apoyo del Gobierno central, "aunque sea en forma de omisión del deber de hacer cumplir la ley, y de mucha, mucha financiación". Rajoy en parte ya se lo ha brindado, no sólo borrando del horizonte toda consecuencia penal para los convocantes de la consulta, sino manteniendo e incluso aumentando la financiación a un Gobierno en rebeldía sobre la base de la "necesidad" de la recuperación económica y la creación de empleo.
Nos tememos que Rajoy lo seguirá haciendo, repitiendo esta misma excusa o recurriendo a otra parecida con tal de no cumplir su deber de hacer cumplir la ley. Y eso no es invertir en infraestructuras sino en vías que hacen descarrilar a las naciones. (ld.edit.)
El presidente de la Generalidad ha tenido la osadía de afirmar: "Pese a ser la comunidad que más contribuye al PIB español, [Cataluña] es la que tiene menos dotación de infraestructura pública". Ninguna de las dos cosas es cierta.
La región que más contribuye al PIB nacional es Madrid, y Cataluña no es sólo la comunidad que más inversiones ha recibido en el ámbito ferroviario, o la única en la que todas sus provincias están conectadas por una misma línea de AVE; es que en 2013 seguirá siendo uno de los lugares donde más invertirá Fomento, con partidas que ascienden a los 1.112,7 millones de euros, unas 2,6 veces más que la media nacional. Eso, sin olvidar que, en términos absolutos, Barcelona ya es la provincia con mayor volumen de inversión de Fomento de toda España.
Naturalmente que Cataluña podría contar con aun mejores infraestructuras y aun mayores inversiones productivas, si su Gobierno autonómico destinara a ello una porción mayor de su presupuesto o del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) que le procura el Estado, en lugar de a sus delictivos y carísimos proyectos identitarios de construcción nacional. En este sentido, debemos recordar que este domingo se supo que el catalán va a volver a ser en 2013 el Gobierno regional más asistido por el FLA.
Concretamente, el Ministerio de Hacienda dará al Gobierno secesionista de CiU 8.300 millones de euros, es decir, más de un tercio de los 23.000 millones con que está dotado dicho fondo. Pues bien, 24 horas después CiU y ERC dan por oficialmente iniciada la "transición nacional" anunciando la creación de un nuevo organismo que llevará dicho nombre y que será "clave" para el ilegal referéndum secesionista que quieren perpetrar en 2014.
Este mismo martes, el portavoz del Gobierno secesionista, Francesc Homs, ha anunciado la creación de una Secretaría de Hacienda con el objetivo de desplegar la agencia tributaria propia de Cataluña, una de las "estructuras de Estado" que el Ejecutivo de Artur Mas quiere constituir antes del ilegal referéndum. Eso sin olvidar su descarada voluntad de incumplir los objetivos de reducción del déficit y de negociar los ajustes directamente con Bruselas.
Ya hace tiempo advertimos de que, sin privilegiada impunidad y sin financiación por parte de Madrid, el delictivo y carísimo proyecto de ruptura de CiU-ERC sería impracticable; que el proyecto de ruptura de CiU-ERC necesitaba apoyo del Gobierno central, "aunque sea en forma de omisión del deber de hacer cumplir la ley, y de mucha, mucha financiación". Rajoy en parte ya se lo ha brindado, no sólo borrando del horizonte toda consecuencia penal para los convocantes de la consulta, sino manteniendo e incluso aumentando la financiación a un Gobierno en rebeldía sobre la base de la "necesidad" de la recuperación económica y la creación de empleo.
Nos tememos que Rajoy lo seguirá haciendo, repitiendo esta misma excusa o recurriendo a otra parecida con tal de no cumplir su deber de hacer cumplir la ley. Y eso no es invertir en infraestructuras sino en vías que hacen descarrilar a las naciones. (ld.edit.)
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