"No se debe intentar contentar a los que no se van a contentar".
''Si nuestra Familia Real quiere dar muestras
de campechanía y amistad, que se la reserve para los leales a España''.
El Príncipe en
Barcelona 2014-03-03
El error 'juancarlista' de Don Felipe
Quien ha de ceñir algún día la Corona falta a su deber al insistir en estrechar la mano de un separatista que se la niega, calificarle de "amigo", darle una palmadita en el hombro y mostrarse ajeno a una legislación que proscribe referéndums destinados a fracturar la unidad y permanencia de la Nación que precisamente la Corona simboliza. Para mí que el Príncipe incurrió en un error típicamente juancarlista –valga la expresión–, consistente en la falta de firmeza y de distanciamiento ante quienes abiertamente se posicionan en contra de la unidad de la nación, sin la cual la Corona se asienta en el vacío.
Y es que Don Juan Carlos se ha caracterizado en demasiadas ocasiones por un compadreo, por unas muestras de cordialidad y afectuosidad hacia los nacionalistas que, lejos de moderarlos, ha contribuido a envalentonarlos, a acrecentar su deslealtad e incluso a inducirles a pensar que la Corona puede favorecerlos en sus pretensiones de ruptura.
El principal error de Don Juan Carlos ha sido desdeñar la frialdad, el distanciamiento y la firmeza como medio de llevar a cabo la función de "arbitraje y moderación" que constitucionalmente la Corona tiene encomendada. Ante quienes abiertamente cuestionan la nación y el ordenamiento jurídico que la articula como Estado de Derecho no cabe otra actitud destinada a moderarlos. Don Felipe, como el Rey tantas otras veces antes, ha ignorado la celebre máxima de Julián Marías, que advertía de que "no se debe intentar contentar a los que no se van a contentar".
Soy de los que piensan, en definitiva, que el Rey y el Príncipe deberían visitar más, muchísimo más, Cataluña y el País Vasco; pero no para estrechar lazos con su nacionalismo oficial, menos aun para humillarse y humillarnos ante él, sino para fortalecer aquellos reductos de la sociedad civil que lo padecen y lo resisten en aquellas partes de España.
Si nuestra Familia Real quiere dar muestras de campechanía y amistad, que se la reserve para los leales a España y a los que todavía ven en ella la garantía y el ámbito de su libertad.
(Guillermo Dupuy/ld)
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