domingo, 27 de abril de 2014

APOYO A SOCIETAT CIVIL CATALANA

 

 

 (En foto de abajo pueden ver una pancarta que dice: 'AYUDA EUROPA, LOS NACIONALISTAS ESTÁN LOCOS'.

 

En la otra foto pueden ver a Mariano mirando absorto lo que sucede. Tal vez en un año o dos, se decida a hacer algo. ¿Quién sabe? ¿Lo habrán echado antes?


La pancarta es correcta en un aspecto. Los nacionalistas están locos pero, además, son gentuza despreciable que manipula, a través de los medios de comunicación y el sistema de enseñanza o adoctrinamiento a generaciones de catalanes. Chantajes y deslealtades aparte. Con el permiso de PP/PSOE.


Pero hay otro aspecto que no debe pasar desapercibido y que da vergüenza. Los no independentistas catalanes piden ayuda a Europa porque no se fían de Mariano. Deberían pedir ayuda al gobierno de España y al resto de los españoles. 

 

Mariano ¿te das cuenta de lo miserable que eres si no ayudas a estos compatriotas discriminados y coaccionados por Mas y cuadrilla, a la que das dinero de los españoles?

 

PD. Por favor, piense bien su voto.)

 

 

 

El portavoz de Sociedad Civil Catalana en 'Rojo y Negro'

José R. Bosch: "La sociedad catalana no independentista tiene miedo a la muerte civil"

N. Fontcuberta: "Muchos empresarios tienen miedo a hablar en público"

Periodista Digital, 23 de abril de 2014

2 comentarios:

Arcoiris dijo...

Quizás estén locos. De lo que no cabe duda alguna es de que están determinados a hacer realidad lo que proclamaba Pujol: “Fer país” (El mismo a quien Boadella, en su día héroe catalán y antifranquista, situaba en sus escenarios llevándose al extranjero, sus hijos mediante, maletas llenas de dinero. El autor, ahora, vive exiliado en Madrid). Y para esa sagrada misión valen todos los sacrificios y recortes si hay que ahorrar dinero para poder invertirlo en las televisiones, embajadas catalanas y demás. Yo he sido, soy, otra víctima de esa patriótica redistribución de la escasez y del gran proyecto. Ingresé el pasado verano por un problema del corazón; me habrían intervenido de inmediato, entonces, si no hubiera jugado la carta de apuntarme a un estudio incruento vicariante. Pocos meses después (el experimento, en mi caso, no ha dado los frutos perseguidos) hube de ser reingresado y, esta vez, tras de trece días de vana espera de un huequecito, no pude ser derivado al Clínico sino que se me remitió a mi domicilio, recomendándoseme, eso sí, “que hiciera bondad”, que no cometiera excesos, a la espera de mi cita con el cirujano el próximo día 19 de mayo, si sigo vivo, claro, para que se me incluya en su apretada agenda, vaya usted a saber para cuándo la intervención. Ya en casa, releyendo la epicrítica, me lamentaba por las malas cifras del colesterol y otras vainas. “¿Para esto tantos sacrificios?” Pero pronto advertí que los citados valores eran los de mi primer ingreso: ¡en planta, esta vez, no me hicieron ningún examen de mi perfil lipídico! Como tampoco le hicieron análisis de sangre a mi vecino de cama, un hombre de ochenta y tres años, a quien le descubrieron una profunda anemia cuando, dado de alta de la planta de cardiología, se le doblaron las rodillas en el vestíbulo del hospital, camino de su casa, y hubo que reingresarlo, le examinaron la conjuntiva palpebral y procedieron, entonces sí, a sacarle una muestra de sangre y luego vino lo de sus transfusiones y el estudio de su tracto digestivo para identificar el punto sangrante que explicara sus melenas (heces negras, como el alquitrán, consecuencia de hemorragia digestiva alta).
Parafraseando el cartel que previene a los posibles intrusos: “No trespassing. Violators will be shot. Survivors will be shot again”, aquí los independentistas podrían animar a su clientela: “Saludos a los supervivientes del proceso; y ahora os mataremos de hambre”.
P. D.: Por un Parlament charnego.

Sebastián Urbina dijo...

Terrible. Esperemos que esto cambie.