miércoles, 12 de febrero de 2020

DESTROZAR GRATIS


 (Parece ser que todo esto no es delito. O sea, destrozar una sociedad y una democracia modernas.

Claro que lo dice un catalán no catalanista. No es de fiar.)






Cristian Campos: "Los catalanes no separatistas somos tan invisibles en Cataluña como en Madrid". 

El periodista barcelonés publica 'La anomalía catalana', testimonio de cómo el nacionalismo puede destrozar una sociedad y una democracia modernas.

23 noviembre, 2019 (El Español.)

"El esperpento se resume con una imagen", lamenta. "Pedro Sánchez sólo será presidente si se lo permite un presidiario condenado por un golpe contra el orden constitucional. Y si Sánchez es presidente, lógicamente será a cambio de algo, y ese a cambio de algo es la mitad de los catalanes que no estamos de acuerdo con el separatismo".

El periodista sostiene que el nacionalismo ha encontrado un aliado en la izquierda española porque ambos comparten "mitos fundacionales": "La izquierda y el nacionalismo comparten un rasgo muy claro, y es que no consideran la democracia como un fin, sino como un medio para llegar a la sociedad ideal que ellos quieren. 

Para los liberales y los conservadores, en cambio, la democracia es un fin en sí mismo".

La deriva totalitaria.

Le digo a Campos que, extrañamente, en las páginas de La anomalía catalana no se habla de violencia. Al menos no de forma explícita. Y sin embargo, impregna y salpica al lector entre renglones. "Es el nacionalismo", explica. "El nacionalismo moderado no existe. Cuando uno pone pie en pared y dice 'has llegado al límite, de aquí no se puede pasar', entonces muestra su verdadera cara.

El otro día, en TV3, una portavoz de Arran, las juventudes de la CUP, decía abiertamente que ellos no creen en los derechos individuales, que sólo creen en los derechos colectivos, y que para defenderlos no se sienten limitados por las leyes.

 Es un discurso que te lo podría haber firmado Hitler, Mussolini o Stalin. Y esta chica está en la televisión pública catalana haciendo un discurso totalitario. Es aberrante. Pero se acepta con normalidad".

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