martes, 11 de febrero de 2020

LO QUE NOS CUESTA SÁNCHEZ





Pedro Sánchez nos cuesta:

·        Algo más de 4.000 millones de euros para lubricar la gestión de los partidos secesionistas de Cataluña.
·        Nos cuesta los 2.500 millones de euros que deberían haber ido a parar a las autonomías en concepto de liquidación del IVA de 2017 y se van a quedar en Moncloa. 
·        Nos cuesta los 5.800.000 millones de euros destinados a CAC, el Consejo del Audiovisual de Cataluña, organismo encargado de blanquear las mentiras de la televisión regional catalana.
·        Nos cuesta reformar el delito de sedición porque a Iceta le parece que “no se ajusta” a lo que pasó el 1-O y es preciso dejar en libertad a los secesionistas condenados y encarcelados.
·        Nos cuesta un nuevo sistema de financiación autonómica pensado para los partidos que gestionan la secesión en Cataluña, que supondrá más recursos para la policía regional catalana, los “mossos d'esquadra” y para la publicidad política de la televisión regional, TV3 (su presupuesto para este año alcanza los 253 millones de euros). 
·        Nos cuesta empezar a duplicar instituciones para que parezca que hay una “cocapitalidad” en Barcelona y para fabricar un “coliderazgo” con Madrid. 
·        Nos cuesta reimpulsar” la capitalidad cultural de Barcelona. Esta supuesta actividad “cultural” consiste en destruir cualquier vínculo afectivo que huela a unidad interregional y en promocionar todo tipo de fórmulas y formatos de insulto y agresión al resto de España, siendo el recurso más habitual mentir a través de los medios de comunicación subvencionados del secesionismo.
·        Nos cuesta los 75 millones de euros del “ministerio de asuntos exteriores” de los secesionistas catalanes, 73 millones para las 15 “embajadas” existentes y las de nueva creación este año y 2 millones para Diplocat. 
Bueno, estos datos son muy incompletos porque solo se refieren a lo que nos cuesta Sánchez en relación con los privilegios que concede a los partidos secesionistas catalanes.

(Actuall/11/2/2020.)




ATRACCIÓN FATAL.

Que Sánchez está fascinado por los delincuentes es un hecho. Que quiere blanquear su historia -además de perdonarles sus delitos- es una evidencia que se constata por su compromiso de rebajar las penas por sedición en el Código Penal mientras los autores del delito amenazan con volver a delinquir.

 Los pactos de Sánchez con los aliados de la narco dictadura de Maduro, con terroristas como Otegi, con el partido del delincuente Junqueras y su vasallaje ante el delincuente inhabilitado y racista Torra demuestran que siente una fascinación enfermiza por quienes vulneran las leyes y no respetan las sentencias de los Tribunales de Justicia. 

Desconozco si existe una patología clínica para describir este comportamiento y/o si se conoce tratamiento y cura; lo que se es que esta atracción fatal que siente Sánchez hacia los delincuentes es una rémora –y una vergüenza-  para España.

(Rosa Díez/OkDiario/11/2/2020.) 

 LA DICTADURA SILENCIOSA.

El anuncio de la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, de que el Gobierno socialcomunista reformará el Código Penal para que la apología y la exaltación del franquismo sea «por fin» un delito pone de manifiesto, más allá de la hipocresía del Ejecutivo, un intento intolerable de cercernar la libertad de expresión y de pensamiento con criterios estrictamente ideológicos. 

La medida del Gobierno se da de bruces contra la Carta Magna, pero con independencia de que suponga  una vulneración de derechos constitucionales, lo peor es su cariz discriminatorio y totalitario. 

Porque si la apología del franquismo se introdujera en el Código Penal, ¿por qué no hacer lo propio, por ejemplo, con la apología del comunismo?


A nadie se le oculta que lo que subyace detrás de las intenciones del Gobierno es imponer una suerte de dictadura silenciosa que, bajo la apariencia de una falsa defensa de la democracia, aniquile toda forma de pensamiento contraria a la ideología de izquierdas
 
(Edit.OkDiario/11/2/2020.)

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