¿Por qué PP y Ciudadanos dan asco?
Porque no tienen el valor moral- y político- de oponerse a la ideología progre que discrimina a los niños abusados.
Su pecado es ser niños. Tienen la desgracia de no haber nacido niñas.
Vuestra cobardía y falta de principios me dan asco. Y espero que le den a muchos españoles.)
EL LADO CORRECTO DE LA HISTORIA.
¿Alguna vez
ha votado a Ciudadanos o al PP? La
intervención del concejal de Bienestar Social de Ciudadanos en el gobierno de Almeida, José Aniorte, negando la atención urgente a niños varones víctimas de la violencia
sexual, le helará la sangre en las
venas. Si para conseguir la felicidad absoluta y eterna de la humanidad se
le exigiera matar a una sola persona, ¿estaría dispuesto a pagar el precio,
estimado lector? William James, desarrollando un tema de Dostoievski
en Los hermanos Karamazov, planteó el dilema sobre alcanzar un infinito
bien a cambio de un "pequeño" sacrificio:
Consideremos la hipótesis de que se nos ofreciera un Mundo en
el que millones de personas fueran siempre felices, pero con la única condición
de que un alma perdida más allá de las cosas tuviera que llevar una vida de
solitario tormento.
En la Asamblea de Madrid todos los
grupos políticos, con la excepción de Vox, han optado por la "felicidad
total" al coste de una injusticia "sin apenas importancia". Almeida y Aniorte han creado un Centro
de Asistencia Urgente para niñas y mujeres sometidas a abusos sexuales.
Desde Vox presentaron una enmienda para
que los niños también pudiesen
ser atendidos. Parece una propuesta razonable, ¿no?
Vale que no se atienda a hombres
hechos y derechos que también pudieran ser víctimas de abusos. Al fin y al cabo
ya estamos acostumbrados a que se nos satanice, discrimine y criminalice debido al
pecado original de nuestra "masculinidad tóxica". Pero podríamos
tener la esperanza de que los niños nacidos bajo la égida de la legalidad y la
cultura de la Ley de Violencia de Género, podrían
haber sido redimidos de la mancha del cromosoma Y. Pero no ha habido suerte.
En el debate, PP, Ciudadanos, PSOE y
la extrema izquierda formaron un cordón sanitario contra Vox, tal y como había pedido Pedro Sánchez en
el debate de investidura. De los socialistas y populistas no digo nada
porque el feminismo de género y la tesis de que todos los hombres son unos
violadores, de facto o en potencia, proviene de la izquierda. Al menos son
consecuentes y tienen coraje a la hora de defender lo que creen.
Como
Heidegger que jamás se excusó por su pertenencia al nazismo o Sartre
aplaudiendo los crímenes estalinistas. Lo relevante es que los del PP y
Ciudadanos han terminado comprando la tesis de que hay un consenso
científico de sociólogos y antropólogos que apoyan sin fisuras estas delirantes
tesis cuyos efectos en la vida real de los ciudadanos puede ser tan trágica.
El argumento de Vox es del tipo
2+2=4 en clave política: un menor sometido a abusos sexuales necesita atención urgente sea cual
sea su sexo. Pero para la ideología (ya más bien patología) de género,
los varones son de segunda clase. También en Andalucía tanto el PP como
Ciudadanos sostienen que el pin parental es tan mala idea de Vox como buenas
son las propuestas de la izquierda respecto a la Ley de Memoria Histórica y la
Ley de Violencia de Género.
José Aniorte tuvo la cortesía de
responderme en Twitter a las críticas que le había hecho:
¡Buenos días
Santiago! Antes faltan a la verdad. Te recomiendo que conozcas los recursos
existentes para atención de la violencia sexual para niños y niñas en Madrid. Los
12 CAIs y el CIASI los atienden y los atiendes a todos por igual. Gracias.
Pero si
estos centros de los que habla Aniorte al parecer no son suficientes para las
niñas, tampoco lo serán para los niños. A menos que Aniorte haya asumido la
tesis del feminismo de género de que los varones, niños incluidos, son
ciudadanos de segunda categoría cuyo bienestar y seguridad no es tan
relevante como el de las mujeres. Un
centro dedicado a las urgencias solo para mujeres constituye una discriminación en el plano lógico, una arbitrariedad en el
político y una infamia en el moral. La clave para tratar a los
diferentes de manera diversa es si la característica fundamental a la hora de
compararlos es la que los diferencia. Pero
en un menor abusado lo relevante es que ha sido sometido a abusos, no que sea chico o chica.
Si es por la falta de recursos, bien
pudiera hablar con la presidenta de la Comunidad para que cerrara de una vez Telemadrid, aunque los del PP siempre se han
especializado en ser selectivamente liberales: solo en los programas
electorales y en declaraciones de apoyo a la oposición venezolana. Algún día
nos explicará Teresa Giménez Barbat, una de los fundadores de
Ciudadanos, si el cambio de rumbo del que fue su partido respecto a la
patológica idea de género fue electoralismo ramplón, asalto ideológico en toda
regla o simple miedo mediático.
El párrafo anterior de William James
termina de esta manera:
Por mucho
que nos tentara el impulso de agarrarnos a una felicidad así ofrecida, sólo una
emoción muy específica e independiente podría hacernos sentir todo lo
repugnante que sería disfrutar de ella a cambio de aceptar deliberadamente un
trato semejante.
Esa emoción que era, según James, la
última barrera contra la barbarie utilitarista y el consenso de los infames se
está desvaneciendo con la misma rapidez que se extiende la obligación de
pasarse al "lado
correcto de la historia".
Solo que
cuando lo correcto consiste en imponer censuras, señalar a malditos, imponer
cordones sanitarios, cancelar ponencias, escrachear a opositores y, sobre todo,
discriminar a niños, me planteo que dicho lado correcto es solo otra forma de
llamar a ese infierno que está empedrado de buenas intenciones y techado con la
peor hipocresía.
(Santiago Navajas/ld/1/2/2020.)
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