jueves, 28 de agosto de 2008

¿QUÉ CRISIS?


jueves, 28-08-08.


¿QUÉ CRISIS?

EL INE ha confirmado su primera estimación sobre la evolución del PIB español durante el segundo trimestre: exiguo crecimiento trimestral de una décima, dos menos que el trimestre anterior y siete menos que en el mismo trimestre del año anterior. El único consuelo, si es que a alguien le sirve de algo, es que también las economías europeas han registrado caídas de varias décimas. Lo relevante es que el comportamiento del PIB español ya no refleja ninguna ventaja con respecto a la media europea, está decididamente a la baja y es muy probable que siga así, al menos en lo que queda de año. Las ventajas comparativas de la economía española, que propiciaron a lo largo de la última década un crecimiento doble del comunitario, se han esfumado e incluso juegan ahora como desventajas. El pujante sector inmobiliario se derrumbó y ahora resta empleo y actividad; y las crisis inmobiliarias llevan tiempo, la última casi cuatro años, hasta que purgó los excesos y empezó a recuperar un ritmo razonable de crecimiento. La actual no llevará menos tiempo, entre otras razones porque es más profunda e intensa. Tampoco juega a favor de la estadística el marcado descenso registrado en el consumo de las familias.

El presidente del Gobierno insiste en su «optimismo antropológico» y pretende que en cuanto se clarifique la coyuntura internacional (altos precios energéticos y turbulencias financieras) la economía española recuperará una tasa de crecimiento potencial del orden del 3 por ciento. No es probable que así ocurra: el potencial de crecimiento de la economía española del año 2008 anda muy lejos de ese porcentaje y mucho más cerca del estancamiento. Habrá que tomar muchas más medidas de las adoptadas hasta ahora y asumir ajustes hasta recuperar el crecimiento del 3 por ciento. La previsión del Gobierno de un crecimiento del 1,6 por ciento para el conjunto de este año se instala también en ese optimismo tan voluntarista como ficticio y en mantener la vista en el espejo retrovisor, mirar atrás y no adelante. Lo que indica el primer semestre del 2008 es que la economía española se estanca y los datos anticipados del tercer trimestre apuntan que cuando el INE avance la evolución del PIB para este período la cifra será en negativo. Y si durante el segundo semestre no hay crecimiento, el conjunto del año se quedará en negativo. El enfriamiento de la actividad económica ha sido intenso y rápido, ayudado por una coyuntura internacional adversa que nadie puede negar, pero empujado también por una coyuntura nacional de agotamiento.
Y el Gobierno no reconoce, o no quiere reconocer, esa segunda parte del problema; mientras no lo haga, no estará en condiciones de asumir la situación e intentar remediarla. Las medidas anunciadas durante la campaña electoral y puestas parcialmente en práctica en fechas recientes no han funcionado, no se notan resultados prácticos, no han modificado las expectativas de los agentes económicos y cada mes resulta más desfavorable que el anterior aun arrasando el equilibrio de las cuentas públicas. Los datos económicos objetivos de la economía española actual son los peores de la década y hay que retroceder al período 1992-94 para localizar tasas semejantes.

Es una crisis seria y severa cuyo fondo no se vislumbra. Y a esa crisis la economía española se enfrenta con pocas ventajas comparativas. Esas ventajas habría que construirlas y nada indica que se esté en ello. Ni el Gobierno propone medidas serias de austeridad, ni los agentes sociales asumen la crisis porque echan balones fuera. Los unos prometen políticas sociales y los otros advierten de que la factura la deben pagar otros. España tiene más paro que los demás competidores, sus precios crecen más deprisa, la actividad se ha estancado, la salud de las cuentas públicas se ha deteriorado y la obtención de financiación se hace más difícil. Las agencias de calificación de riesgos mantienen la «triple A» para España, pero el diferencial del bono respecto al alemán se amplía -ya se acerca a los 40 puntos básicos- y apunta hacia una revisión de la calificación antes de fin de año. La economía española es débil, pero lo peor es que no acierta a ponerse en tratamiento.(ABC)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se si los indicadores de la marcha de la economía del INE, sirven lo suficiente. Lo que es seguro es que nuestras estructuras e instituciones, nacionales no se han adecuado a la no tan nueva (desde nuestra entrada en la Unión Europea y la adopción del euro)situación económica. O si no, que me lo expliquen.

FERNANDO SANTAYANA