domingo, 3 de agosto de 2008

¿SERÁN TODOS FACHAS?


3/8/2008.


¿SERÁN TODOS FACHAS?


65.000 policías firman una carta para denunciar que los agentes no pueden utilizar el castellano en el País Vasco, Cataluña o Galicia

Galicia Liberal , 20/07/08, 06:32 h
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El colectivo sindical de policías constata que “los miembros de este Cuerpo que sólo hablan el castellano, cuando son destinados a Cataluña no pueden continuar sus estudios porque tienen primero que aprender un nuevo idioma” y lo mismo ocurre en otras comunidades...

¿sería esto a lo que se refería Sánchez Camacho, la presidenta del PP catalán?

En la carta que están distribuyendo declaran que “no es aceptable que en su propio país no pueda un funcionario del Estado central o sus hijos continuar sus estudios porque la lengua oficial del Estado no se utiliza en una zona del mismo”.

El problema lingüístico que denuncian los policías “no es político ni toma posición alguna” aseguran, ya que desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado “no despreciamos, ni atacamos, las otras lenguas oficiales de España en sus respetivos territorios como el gallego, el euskera, o el catalán”.

La carta está firmada por el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Confederación Española de Policia (CEP), la Unión Federal de Policía (UFP), el Síndicato Profesional de Policía (SPP) y el Sindicato de Comisarios de Policía.

En total, las cinco organizaciones sindicales engloban a más de 65.000 policías de toda España. Si quiere leer la carta de protesta al completo, pinche aquí.

fuente -el confidencial

Todavía hay gente (iba a decir gentuza pero no está bien) que dice que el Manifiesto por la lengua común es una muestra más de españolismo rancio y casposo. En este país, España, los rancios y casposos son los nacionalistas, sus amigos socialistas y sus acomplejados compañeros de viaje. Los peperos.

Si la gente decente (el resto) no reacciona, este país, España, se parecerá cada vez más a un lodazal. Lo de De Juana, entre otras miserias, es para dejar en ridículo a cualquier sociedad no enferma.



Sebastián Urbina.


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