lunes, 4 de agosto de 2008

UN PAÍS EN RUINAS.


4/8/2008.



UN PAÍS EN RUINAS.



"Eran muchos más los que salieron a recibir al asesino que los que nos acercamos a honrar la memoria y la dignidad de todos". Rosa Díez se convierte en cronista de excepción para relatar la concentración organizada este sábado por la puesta en libertad del asesino De Juana. La diputada de UPyD considera que los ciudadanos "no aprobamos el mínimo test de ciudadanía, compromiso y solidaridad activa con las víctimas de ETA".

La concentración, convocada por Dignidad y Justicia, apenas contó con la presencia de 20 ó 30 ciudadanos junto a Pilar Elías, Pilar Ruiz, Estíbaliz Garmendia, Cristina Cuesta o Rubén Múgica.

Teniendo en cuenta la infamia, la enorme ofensa que se ha infligido a las víctimas, es difícil de explicar la soledad. Eran muchos más los que salieron a recibir al asesino que los que nos acercamos a honrar la memoria y la dignidad de todos, de las víctimas en primer lugar.

En un artículo en El Mundo, la diputada quiere evitar caer "en falsos debates sobre la necesidad de aplicar las leyes, como si fuera eso lo que hoy está en cuestión". Díez recuerda que "una democracia es más grande cuanto más justas sean las leyes que aplica".

De la misma manera que huelga explicar que, ni ahora ni nunca, se trata de hacer leyes «que respondan a la sensibilidad ciudadana», como ha propuesto el PP (María Dolores de Cospedal); que de lo que se trata es de revisar aquellas leyes que, aun siendo democráticas, no producen el objetivo de la justicia para la que fueron promovidas. O sea, que terminan siendo injustas.

El Gobierno, y más concretamente Rubalcaba, aseguraron que "no le iban a pasar ni una"; sin embargo, el terrorista, nada más llegar a San Sebastián, envió una carta a los proterroristas que le esperaban y que fue publicada íntegramente en Gara. Una misiva que a juicio de Díez merece la actuación de la Fiscalía.

Esa carta, escrita con un lenguaje alambicado y cuidadoso, es toda una exaltación de ETA y una precisa y orgullosa reivindicación de su pertenencia a ETA. En ella utiliza la expresión errepresaliatu politikoak para dar vivas a los presos de ETA, término que ha sido acuñado desde hace muchísimo tiempo en Gara y en todos los zutabes -boletines internos- de ETA.

Por si alguien tuviera alguna duda, en la propia crónica de Gara se denomina a De Juana «represaliado político». Y es porque desde hace muchísimo tiempo a los delincuentes de ETA (o sea, a los terroristas) en su mundo les llaman represaliados o presos políticos.

De la exaltación a la apología hay un paso. Vitorear a quienes han hecho de la destrucción de la democracia y del asesinato de los demócratas su forma de vida bien merece una reacción por parte de los poderes del Estado. Hay cosas que podemos y debemos hacer los ciudadanos, aunque, como dije antes, no siempre estemos a la altura de las circunstancias. Pero esto sólo lo puede hacer el Gobierno y los poderes del Estado. A ellos les increpo: ¿A qué esperan para actuar?



Un país no está en ruinas porque tenga una crisis económica. Esto se soluciona trabajando más y mejor y apretándose el cinturón. Este tipo de ruinas se pueden solucionar con más o menos esfuerzo. Con unos cuantos años más o menos de sacrificio.

Lo realmente grave no es esto. Lo más grave es la ruina moral. Llevamos tanto tiempo enfangados en el relativismo moral que no estamos dispuestos a sorprendernos por nada. Es más, tener principios es sospechoso. Síntoma de falta de flexibilidad y adaptación a las circunstancias. ¿Qué circunstancias? Las que sea. ¿Por qué voy a tener razón? El asesino también tiene sus razones. Hay que escuchar más y no creerse con la verdad absoluta. ¡Fachas! Así funciona el progre de hoy, entre copa y copa.

Metidos en esta basura mental en la que todo vale, no puede extrañar que no haya una indignación general contra los terroristas. Sus razones tendrán. Eso dicen. Además, en la Comunidad Vasca se vive muy bien. Si no te metes en política. ¿Por qué tendría que meterme en política? Yo a lo mío. Además, todos los políticos son corruptos.

Hay, incluso, canciones que anuncian que 'nadie es más que nadie'. ¿De verdad, usted cree que no es mejor que De Juana? Si cree que no, prefiero no verle. Pues sí, el ciudadano decente, el ciudadano normal (y espero que haya muchos) no es superior a nadie (al menos teóricamente) en derechos. Esto es propio de las democracias. Pero aquí no se acaba la historia. La calidad moral de las personas no es igual. Hay gente que es más que otra. Por ejemplo, Pilar Elías, una de las heroínas vascas, es mucho más que el asesino de su marido. ¡Sólo faltaría!


Pero hay mucho imbécil suelto. Su frase favorita es: ¡Otra de gambas, por favor!


Sebastián Urbina.

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