domingo, 1 de mayo de 2011

¿NOS SORPRENDEMOS?







INACEPTABLE CHANTAJE NACIONALISTA


“O presionas para que Bildu no sea deslegalizado o el PNV no te apoyará en los presupuestos”. Eso es lo que Urkullu le ha dicho a Zapatero, en declaración pública. Desde hace siete años, los partidos nacionalistas catalanes, vascos, gallegos y canarios, conscientes de la debilidad del presidente socialista, le chantajean sin piedad, arrancándole a mordiscos copiosos dineros y competencias del Estado.

Nada nuevo en la declaración de Urkullu, salvo la desfachatez con que ha ejercido su chantaje. Zapatero pagó el otoño pasado por cada uno de los seis escaños del PNV, más que Florentino por el fichaje de Ronaldo. A costa de los impuestos con que sangra a los españoles, el presidente circunflejo compró el apoyo del Partido Nacionalista Vasco a los presupuestos generales del Estado.

Urkullu le ha recordado ahora que puede retirar ese apoyo si Zapatero no instrumenta una maniobra para que Bildu esté presente en las elecciones municipales. Es carne fresca que se arroja a la voracidad de Eta. Y, además, la posibilidad de alianzas para que el PNV se encarame en ayuntamientos inciertos.

Son muchos los españoles que consideran inaceptable el chantaje con que se acosa a Zapatero. La estabilidad española no puede depender de la coacción de los partidos nacionalistas minoritarios, que alardean ya de un abierto secesionismo. El presidente dadivoso prescindió, desde el primer momento, del PP para las grandes decisiones nacionales, en contra del espíritu de la Transición. Y aquellos polvos han engendrado estos lamentables lodos. (Luis María Ansón/El Imparcial).


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¿NOS SORPRENDEMOS?

Los nacionalistas periféricos, es decir, los separatistas antiespañoles, llevan más de treinta años ejerciendo un chantaje mafioso contra España y los españoles.

Dicho esto, el resto de la responsabilidad (que es la mayor parte) recae en los partidos llamados nacionales (pesoe y pepé) que no han querido modificar la ley electoral.

Ellos son los responsables últimos de que los separatistas antiespañoles hayan venido chupando nuestra sangre. O sea, que nada de sorprenderse. El que ahora le diga Urkullu a ZP que quiere que presione (se supone que a los jueces) para que Bildu esté en las instituciones, es un chantaje más de los separatistas. Y una muestra más de la debilidad y la pésima categoría humana y política de Zapatero. Y de su gobierno.

Dan asco.

Sebastián Urbina.

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