GOLEADA ETARRA.
Una primera lectura de la sentencia del Constitucional sobre Bildu demuestra que la mayoría que avaló sus candidaturas actuó entre la ignorancia y la temeridad sobre lo que es ETA. Además, la decisión del TC se revela como una usurpación de la función jurisdiccional del Supremo, al que somete a un juicio de apelación, más que al de un amparo constitucional. El TC desmantela el valor probatorio de los informes policiales, pasa por alto que ETA realmente quería esta coalición separatista y construye su fallo legalizador sobre la existencia de una ilusoria «izquierda abertzale» ajena a Batasuna. En el Constitucional ganó el número a la razón. (ABC)
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