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jueves, 13 de agosto de 2009
HAY QUE RESISTIR.
Caso Moa, caso Áltera: contra la nueva inquisición,
por Jose Javier Esparza
El editor Javier Ruiz Portella, responsable de Ediciones Áltera y director de la revista cultural El Manifiesto, ha sido objeto de una auténtica "caza al hombre" desde las páginas de El País. Entre los numerosos pecados de Portella se cuenta, según el acta de acusación, haber editado a Pío Moa. El cual, por su parte, ha sido objeto de un intento de agresión en la universidad Carlos III de Madrid por un grupo de extrema izquierda. La Carlos III es la universidad que en su día le fue entregada a Peces-Barba para que ejerciera su rectorado.
El pecado de Moa: haber demostrado ("demostración" es la palabra exacta, dado su despliegue documental) la insuficiencia democrática de la II República y la responsabilidad de la izquierda en la guerra civil. Tras el ataque de los vándalos, el rector se ha mostrado comprensivo con ellos, dado el perfil de la víctima.
Todo esto es extremadamente grave. Gaznápiros de formación deficiente, adoctrinados en una visión de la historia distorsionada hasta lo grotesco, se lanzan contra las voces díscolas con un odio que evoca los peores estragos de las turbas en los años treinta. Ahora bien, esos pequeños chekistas, que son responsables de sus actos, no son culpables de su odio. Los culpables son, por orden cronológico, una cofradía intelectual que desde los años setenta viene propalando una interpretación revanchista y descabellada de la guerra civil, y después, unas tribus políticas y periodísticas que se han empeñado en resucitar los peores fantasmas de nuestra historia reciente.
Detrás del zafio gañán que esgrime la cachiporra al grito de "Viva la República" y "Muera el fascismo" (¿el de quién?) hay la sombra torva de un tipo que homenajea al Carrillo de Paracuellos y que pretende dividir otra vez España en "los buenos" y "los malos".
Y por encima del gañán de la cachiporra, jaleando al torvo irresponsable, está la secta siniestra de los muñidores de opinión, una singular tribu que desde 1975, y con contadísimas excepciones, no ha dado ni un solo paso para la reconciliación efectiva de los españoles. Es la misma secta que grita "fascista" cada vez que alguien bala distinto en el rebaño, la misma que ha arremetido contra Portella sin citar, por cierto, ni una sola línea de las cosas que éste edita o escribe. Estamos ante la policía del pensamiento. Conviene tomar conciencia: hay que disponerse a resistir.
A propósito: la única manera de que Moa siga escribiendo, de que Áltera siga editando, de que Portella siga publicando El Manifiesto, es comprar esas obras, leerlas, recomendarlas, suscribirse, ayudar a su difusión. De lo contrario, por muy heroico y vocacional que sea el trabajo de Moa, de Portella y de tantos otros, tendrán que cerrar la tienda. Y entonces la única voz que se escuchará, la única letra que se leerá, será el abecedario lerdo de los gañanes, el revanchismo enfermo del tipo torvo, la demagogia sectaria de los mandarines de la "cultura oficial", esa nueva inquisición.
[El Semanal Digital, 26 de mayo de 2005]
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1 comentario:
Ladran, luego cabalgamos !!
Bendito sea Internet por permitirnos acceder con varios clicks a Criteria Club, a Áltera, a Libros Libres, a Unión Editorial ...
Hace quince años uno se enteraba de ciertas novedades literarias leyendo los periódicos o viendo los escaparates de las librerías. Hoy en día es muy fácil estar al tanto de las novedades "políticamente incorrectas" (que suelen ser las más apetecibles gracias a Internet). Internet será para el socialismo lo que el turismo para el franquismo.
Un abrazo, y ZP al carajo !!
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