Día 15/09/2010 (ABC)
Las cosas no pintan bien para el normal desempeño de los médicos de la Comunidad de Madrid. Un estudio del Departamento Jurídico del Colegio habla de que, desde 2002, las agresiones a estos profesionales han crecido un 175%.
No se han facilitado datos globales, aunque hace dos años salieron a la luz unas cifras de lo más elocuentes: entre 2004 y 2008, se produjeron un total de 1.700, de las que la mayoría no fueron denunciadas en el juzgado.
La agresión la semana pasada a un médico de familia en Palma de Mallorca (incluso la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, la condenó públicamente) ha devuelto al debate social las condiciones en las que trabajan estos profesionales.
Precisamente, el Área de Atención Primaria de Madrid es la que sufre con más escarnio esta situación: siete de cada diez casos (68%) se producen en la medicina de cabecera. El resto tienen lugar en Atención Especializada (21%), mientras que los sanitarios del Samur y del Summa se llevan el 11% restante.
El 75%, verbales
Eso sí, tres de cada cuatro casos conocidos son agresiones verbales; a las manos se llega en el 25% de los hechos denunciados. En cuanto al perfil del agresor, suele ser varón y joven. Cristóbal Zarco, letrado asesor del Colegio de Médicos de Madrid, explica que las causas de esta situación suelen estar en «la falta de información de los pacientes sobre sus obligaciones».
Otras razones son la disconformidad con las indicaciones del médico —sobre todo, en prescripciones de tratamientos o concesiones o denegaciones de altas y bajas médicas—, la demora en la asistencia sanitaria y el aumento generalizado de la agresividad social».
El Colegio de Médicos de Madrid tiene más de un siglo de historia y agrupa a más de 35.000 de estos profesionales.
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UN PAÍS EN DECLIVE.
Estos comportamientos salvajes e injustos no se justifican con la crisis económica. Las personas decentes se muestran en momentos de dificultad. Cuesta abajo es fácil, y hasta el más imbécil sabe correr.
Empezamos con la falta de respeto a los padres. Y muchos padres lo aceptaron. El talante. Serían amigos de sus hijos, no padres. Y se perdió la autoridad de los padres. ¡Qué bien! ¡La autoridad es de derechas y casposa! ¡En casa todo lo argumentamos con los hijos y lo votamos!
Luego la falta de respeto pasó a los profesores. Muchos padres (no todos) apoyaron y apoyan a sus hijos cuando les faltan el respeto a los profesores. ¡No te atrevas a tocar a mi hijo, cabrón! Así pues, el segundo paso lo tenemos en la pérdida de respeto a los profesores.
De ahí se pasa a la falta de respeto a los médicos, enfermeras, a la policía y al que haga falta. ¿Cómo ha sucedido?
No hay una causa sino una confluencia de causas. Entre las más importantes está la ideología del talante. La nefasta idea de que todos tenemos derechos, pero no se habla de obligaciones. Y un comportamiento de los padres, en muchos casos, incapaz de poner límites a sus hijos. Y, claro, se convierten en niñatos consentidos y dictadores.
¡Viva la LOGSE! ¡Vivan los padres progresistas y consentidores! ¡Abajo la autoridad!
Recordemos que, según los informes PISA, estamos en la cola de europa en calidad educativa.
Sebastián Urbina.
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UN PAÍS EN DECLIVE.
Estos comportamientos salvajes e injustos no se justifican con la crisis económica. Las personas decentes se muestran en momentos de dificultad. Cuesta abajo es fácil, y hasta el más imbécil sabe correr.
Empezamos con la falta de respeto a los padres. Y muchos padres lo aceptaron. El talante. Serían amigos de sus hijos, no padres. Y se perdió la autoridad de los padres. ¡Qué bien! ¡La autoridad es de derechas y casposa! ¡En casa todo lo argumentamos con los hijos y lo votamos!
Luego la falta de respeto pasó a los profesores. Muchos padres (no todos) apoyaron y apoyan a sus hijos cuando les faltan el respeto a los profesores. ¡No te atrevas a tocar a mi hijo, cabrón! Así pues, el segundo paso lo tenemos en la pérdida de respeto a los profesores.
De ahí se pasa a la falta de respeto a los médicos, enfermeras, a la policía y al que haga falta. ¿Cómo ha sucedido?
No hay una causa sino una confluencia de causas. Entre las más importantes está la ideología del talante. La nefasta idea de que todos tenemos derechos, pero no se habla de obligaciones. Y un comportamiento de los padres, en muchos casos, incapaz de poner límites a sus hijos. Y, claro, se convierten en niñatos consentidos y dictadores.
¡Viva la LOGSE! ¡Vivan los padres progresistas y consentidores! ¡Abajo la autoridad!
Recordemos que, según los informes PISA, estamos en la cola de europa en calidad educativa.
Sebastián Urbina.
2 comentarios:
No hay que olvidar la escasa valoración del esfuerzo. Cuando veo a un médico, pienso en sus años de carrera, más el MIR, más la especialidad, si es el caso. Y pienso que esa persona se lo ha tenido que "currar". Por lo que me impone respeto, ya que no todo el mundo es capaz de llegar ahí. Pero claro, supongo que alguien que a duras penas ha acabado la ESO y que piensa que porque usa la violencia tiene razón no se para a pensar en los méritos y la valía de los demás. Y así nos va.
María,
Efectivamente, la clave es la igual-dá. Igual dá que uno sea un mocoso ni-ni que un médico, para el pensamiento progre ambos son 2 camaradas. El camarada médico ejerce su oficio y el camarada ni-ni ejerce el suyo que es la nada.
Saludos
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