domingo, 27 de febrero de 2011

RUIZ-MATEOS Y FELIPE







ADELANTE RUIZ-MATEOS, ADELANTE.

En la apoteosis de su triunfo electoral de 1982, el Gobierno de Felipe González, con 202 diputados al retortero, quiso dar un aviso al dinero español para hacerle comprender que quien mandaba en España era el nuevo socialismo. La víctima propiciatoria elegida fue Rumasa, donde Ruiz-Mateos había levantado varios centenares de empresas con más de 60.000 trabajadores. Al margen de eventuales irregularidades, que en aquella época eran comunes a no pocos banqueros y empresarios, esa es la verdad histórica. Aquello no fue una operación económica sino política. El presidente del Tribunal Constitucional, presionado hasta la náusea, cedió a la tropelía y después, abrumado, decidió exiliarse.

José María Ruiz-Mateos vivió una terrible ascensión al monte Calvario con la cruz socialista a cuestas. Sufrió prisión en España y en el extranjero, se le expropió al más bajo estilo ratonero, fue vejado de forma inmisericorde y perseguido como si fuera una rata. Reaccionó el empresario y, con un valor acongojante, desafió el poder descomunal de Felipe González. Perdido todo, inició, desde la nada, la aventura de una nueva Rumasa. Fue una operación heroica. Una proeza. Más de cien empresas, más de 10.000 trabajadores, acompañan ahora a Ruiz-Mateos. Desconozco el fondo de las irregularidades o los errores que haya podido cometer el empresario pero no me sumo al griterío descalificador del progresismo de salón, el del caviar beluga y el domperignon.

En los tres últimos años han cerrado en España por encima de las 200.000 empresas. Entre las que han sobrevivido, el 80% atraviesan graves dificultades y se debaten por las deudas a los proveedores y por el acoso de Hacienda y la Seguridad Social. Que Ruiz-Mateos soporte problemas en el 10% de sus empresas está dentro de la lógica de la crisis. Que puede superar la situación, así lo creo, salvo que el cerco político y mediático le asfixie. Hay quienes no pueden digerir que el gigante derribado y pisoteado se haya levantado y gallee ante sus antiguos verdugos.

Así que adelante, Ruiz-Mateos, adelante. Ya no tiene 40 años el empresario, es verdad. Pero le sobra energía y lucidez para sortear el precipicio y zafarse de las navajas cachicuernas. El viejo león enardecido ha enseñado las garras. Está dispuesto de nuevo a convertirse en ave Fénix y renacer otra vez de las cenizas. Las atarjeas de sus empresas no están cegadas y son muchos los que creen que Ruiz-Mateos las desatascará para que circule fluidamente la sangre del dinero. El espectáculo no tendrá desperdicio. Otra vez la lucha del hombre contra el destino, la cicatería y la escombrera. Hace unos meses, Ruiz-Mateos pronunció la frase memorable: “Si Miguel Boyer necesitara trabajo, con mucho gusto se lo daría”. Ojalá le acompañe el éxito en esta hora de las grandes dificultades, para satisfacción de todos los que de una forma u otra de él dependen”. (Luis María Ansón/El Imparcial)


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