jueves, 10 de febrero de 2011

VANDALISMO Y DEGRADACIÓN








LA LEY ESTÁ PARA NO CUMPLIRLA.

El deterioro y el vandalismo en la Universidad Complutense también llega al campus de Somosaguas. Por dentro y por fuera.

Con mayor o menor grado de daño, sus facultades más emblemáticas como Ciencias Políticas y Sociales, Ciencias Económicas o, incluso, Psicología, lucen pintadas y porquería. El colmo del pitorreo es que se fuma dentro de los edificios sin que ninguna autoridad, académica o administrativa, ponga coto.

El ejemplo más palpable se vio ayer, a las puertas de la cafetería de la facultad de Políticas. Sin entrar dentro, más bien en el amplio pasillo de acceso al bar, los alumnos encendían un cigarro con otro. Por allí pasó algún empleado y nadie les llamó la atención. Como tampoco pasó nada, por suerte, cuando varios alumnos que jugaban con un balón a punto estuvieron de lesionar a una empleada del personal de administración y servicios (PAS).

«Nos tragamos el humo»

«Las normas están para no cumplirlas», decía todo fardón uno de los estudiantes. «Sí, sí, para saltárselas», añadía altanero su compañero mientras salía con unas cervezas. Saben perfectamente que no se puede fumar en el interior de los edificios públicos. Se fuma fuera y, hasta esta posibilidad estaba siendo puesta en duda al tratarse de un centro educativo. «¡Venga ya, que somos mayorcitos!», apuntillaban.

Lo cierto es que a cada esquina y en cada rincón de los pasillos de esta facultad de Ciencias Políticas se exhiben carteles que alertan/aconsejan eso de «tabaco, no». Ni por esas. «Nos tragamos el humo aunque no queramos», se lamentaba una de las alumnas. «Esto es amplio y casi no se nota. Hay que tener en cuenta que estamos de exámenes, que no hay clases y que, por tanto, vienen muchos menos alumnos», se comentaba. Cierto. Pero saben que si les pillan —algo improbable como quedó patente ayer—, ya no se juegan una amonestación. Bien claro lo decía una norma del decanato clavada en casi todas las aulas. Al que cojan fumando, se le pide el carné de estudiante. Pasará por una «falta» y, en caso de reincidencia, puede perder hasta la matrícula.

El campus de Somosaguas tiene menos alumnos que el de Moncloa. Pese a ello, las pintadas, los grafitis y alguna que otra frase soez «adorna» fachadas y pasillos interiores.

Los baños tampoco escapan a los «artistas» del spray. En espejos, puertas y ventanas se mantienen, desde hace meses, firmas y pintarrajos de diversos trazos y colores. En los pasillos y escaleras menos frecuentadas, las frases escritas en la pared llegan a ser, incluso, insultantes para el estamento docente.

Los candidatos al sillón rectoral apuestan —si ganan— por erradicar de la Complutense cualquier rastro de suciedad, botellón y vandalismo. El catedrático José Iturmendi, decano honorario de Derecho, comentaba, en la tarde de ayer, que «en Derecho no se fuma. Los chavales son muy dóciles y si les reprendes, te hacen caso».

«Hay pintadas —dice— difíciles de quitar y, además, en lugares de difícil acceso. Es cuestión de civismo y educación. Un sitio limpio invita a la limpieza y no a la degradación, tal y como está ahora». Recuerda Iturmendi que en el año 2003, con motivo de las elecciones al Rectorado, «todos los candidatos nos hicimos una foto junto a la estatua de las antorchas, la del caballo, que estaba impoluta. En esa foto también estaba el actual rector, Carlos Berzosa. ¿Qué habría que decir a eso? ¿Se acordará?».

Limpia en Periodismo

Otros tres candidatos al Rectorado (las elecciones serán el 6 de abril), también critican el actual abandono de los campus. Luis Perdices, decano de Económicas, admite que la situación «es el reflejo de una Universidad desanimada». José Carrillo, catedrático de Matemáticas, insiste en que si llega a rector mantendría un diálogo con la Delegación del Gobierno, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Por su parte, Francisco Aldecoa, catedrático de Políticas, sabe muy bien cómo está su facultad y no duda de que «hay que cambiar a los que mandan ahora para recuperar la calidad académica y de imagen que la Complutense se merece». El candidato Carlos Andradas es vicerrector y, por tanto, del equipo de Berzosa. Mide mucho sus críticas al actual rector y prefiere recordar que existe un plan de choque para limpiar y sanear la Universidad, incluida la estatua del caballo que podría ser adecentada por alumnos de Bellas Artes, según reveló a este periódico.

De vuelta, también ayer, por el campus de Moncloa vimos una mano de limpieza, en toda regla, en Ciencias de la Información, hasta entonces cochambrosa.

Las pintadas de la fachada estaban tapadas con pintura gris. Las de dentro, raspadas. El interior y los baños, relucientes y con un olor a pino agradabilísimo. Se les escapó un detalle: los pupitres de algunas aulas estaban prácticamente machacados de dibujos y textos ilegibles. De esos que no se borran. (Maria Isabel serrano/ABC).

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Muy mal ejemplo el que dan estas Universidades, sus estudiantes y sus autoridades académicas.

Por cierto, el catedrático Iturmendi no debería decir que los estudiantes de Derecho 'son muy dóciles' porque no fuman en lugares prohibidos o atienden educadamente si se les advierte. Muy mal, la palabra 'dócil' tiene un significado negativo, como 'manso' o 'sumiso'. No, sr. Iturmendi. Estos estudiantes son educados y responsables. Son un ejemplo de buenos estudiantes. No son dóciles.

Sebastián Urbina.

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