Fernando Vaquero Oroquieta: "Una víctima del terrorismo es una persona 'incómoda' para una sociedad cobarde"
Fernando José Vaquero Oroquieta es licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y Criminólogo por la Universidad del País Vasco. Trabaja como funcionario en la Administración y se ha dedicado a estudiar el terrorismo no desde la mente de los asesinos sino de las víctimas, el dorso del terrorismo.
Un ejemplo de esta mirada denominada ‘victimología' es la obra del cineasta Iñaki Arteta, quien en sus películas 'Trece entre mil' y 'Sin libertad' centra su observación primero y ante todo en las víctimas.
'La ruta del odio' (Editorial Sepha) es el libro que 'el autor presenta en Periodista Digital donde formula 100 preguntas sobre la lacra terrorista que responde con claridad y sencillez, desde la lógica del sentido común y la información contrastada.(PD).
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UNA SOCIEDAD COBARDE.
España es, desde hace ya tiempo, no solamente una sociedad cobarde sino, además, ignorante, relativista y hedonista. Por supuesto, no se deben entender estas palabras en sentido estricto. Ni todos los españoles son así, ni los que lo son tienen los mismos niveles. Ni, si los tienen, se mantienen invariables a lo largo de la vida.
El ser humano cambia a lo largo de su vida. Un cobarde puede, con el tiempo, suavizar esta actitud, o no. Por otra parte, muchos de los que se manifiestan contra la guerra son unos hipócritas. Es decir, si vinieran mal dadas, se esconderían detrás de los militares y exigirían (lloriqueando) que les protegieran el culo. No tienen la dignidad y la inteligencia de reconocer que las sociedades no siempre son capaces de solucionar los conflictos pacíficamente. No basta apelar a la bondad universal. Hay que estar preparado por si vienen mal dadas.
Lo mismo sucede con el relativismo, o la ignorancia. Pero, en general, la tendencia es dejarse llevar. Hacer lo contrario supone tener una fuerte personalidad, valor moral y resistencia a la soledad. Porque dejar de pertenecer a la manada tiene un precio. Uno de ellos es una mayor soledad. Y muchos, demasiados, añoran el 'calor del establo', que decía Nietzsche.
Y retomo el inicio. Una sociedad cobarde (e indigna) no se pone de parte de los que sufren, de las víctimas inocentes, sino que calla o les dice a las víctimas que no molesten. Esto es lo que tenemos en buena medida. Y la existencia de políticos y otras personas que pertenecen a instituciones básicas de nuestra sociedad, que no son claros en la defensa de las víctimas, es un reflejo (no mecánico, por supuesto) de las masas aborregadas.
Si en vez de masas aborregadas hubiera (solamente) ciudadanos responsables, sería muy difícil que 'los que mandan', se atrevieran a tales indignidades. Pero se aprovechan de un pueblo (parte de él) cobarde, ignorante, relativista y hedonista.
Por eso muchos políticos-basura tratan de fomentar e intensificar el poder del Estado. Es decir, de 'papá-Estado', que ayudará a mantener en la infancia política a millones de súbditos. Más o menos satisfechos. Mientras tengan que comer, sexo y la caja tonta.
Sebastián Urbina.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, por desgracia. En mi opinión, la mayoría de la sociedad española es pasota e ignorante, al menos en lo que a política respecta.
Hay millones de españoles que no se enteran de nada o a los que su país les importa un higo. Y quien dude de esto, que reflexione sobre como es posible, o en que país se daría algo igual, que una institución clara y abiertamente antiespañola -fc. Barcelona- cuente con el apoyo -fanático en muchos casos- de millones de esos mismos españoles. Esto puede parecer algo trivial, pero yo creo, mas bien,que refleja, simplemente, nuestras 'miserias' como país.
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