miércoles, 16 de diciembre de 2015

LO QUIERO TODO GRATIS









(Un país capaz de votar a Zapatero ¡por dos veces! es capaz de votar a Pablo Iglesias.

¡Podemos!


Irnos a la mierda.)





La persistente violencia de la extrema izquierda

 
Era de esperar que los representantes de todas las formaciones políticas condenasen enérgicamente la brutal agresión de la que ha sido víctima este miércoles el presidente del Gobierno durante un paseo electoral por las calles de Pontevedra. Esas condenas no deberían llevar a nadie a olvidar, sin embargo, la compresión, cuando no justificación, que muchos representantes de la extrema izquierda han brindado a la violencia cuando se reivindica como revolucionaria y antifascista.

Con ello no nos estamos refiriendo exclusivamente a una reivindicación meramente teórica que algunos políticos en España todavía hacen de autores como Marx o Engels, que siempre defendieron abiertamente la violencia como medio de conseguir sus objetivos. Tampoco a la defensa que formaciones como la CUP, Izquierda Unida o Podemos brindan a regímenes que, como el venezolano o el cubano, se sustentan en la violencia. 

Nos referimos particularmente a una forma de hacer política que considera legítimo leer la cartilla a un adversario con una sandalia en la mano, o calificarlo de gángster, o reivindicar la guillotina como "madre de la democracia", o intervenir en un acto político en compañía de un rapero condenado por enaltecimiento del terrorismo, o incluir en las listas del partido a quien fue condenado por agredir a un rival.

A este respecto, conviene recordar que una agresión tan salvaje como la sufrida este miércoles por Rajoy la sufrió en 2012 un edil socialista a manos de Andrés Bódalo, actualmente cabeza de lista de Podemos por Jaén. Tampoco se puede olvidar que el rapero con el que Pablo Iglesias no tuvo reparo en su día en cantar, puño en alto y bajo la efigie de Lenin, La Internacional es el mismo Pablo Hasél que este mismo miércoles justificaba la agresión contra el "criminal de Rajoy".

Sin duda, Pablo Iglesias condenará enérgicamente la agresión a Rajoy, pero eso no va a borrar el caldo de cultivo que han generado él y los suyos con su criminalización de la casta, o cuando acusan a su denostada "democracia liberal" de ejercitar una "violencia estructural" contra los más desfavorecidos.

La extrema izquierda es una auténtica amenaza para las libertades, pues cree que todo lo puede y que todo vale contra el adversario político.

(Edit.ld.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay otra cosa, nosotros mismos nos lo llamamos ¡PAIS SE MEMOS!