domingo, 13 de diciembre de 2015

UN PAÍS POLÍTICAMENTE INMADURO.








UN PAÍS POLÍTICAMENTE INMADURO.


Un país capaz de votar, por dos veces consecutivas, a un incompetente como Zapatero, es capaz de cualquier tontería. 

¿Por qué no Podemos?



COMO PARA SENTIRSE ORGULLOSO.

La profesión periodística ofrece demasiadas ocasiones para sentirse avergonzado de ella. De cómo la ejercen unos, de cómo se aprovechan de ella algunos, de lo poco que importa lo que debe ser el periodismo a tantos otros. Por eso quienes no tenemos ninguna cualidad para dar lección alguna, pero sí la suficiente madurez profesional como para saber cuándo escuchamos a alguien pleno de auctoritas, debemos llamar la atención sobre sus palabras. El discurso de Miguel Henrique Otero al recibir el premio Luca de Tena el pasado jueves de manos de Su Majestad la Reina, que hoy reproducimos en su integridad en ABC, es la mejor explicación de lo que se puede hacer por la democracia y la ciudadanía desde un periódico o desde un medio de comunicación.

Hoy se cumplen seis días de silencio de Podemos sobre la humillante derrota del chavismo en las elecciones legislativas venezolanas. Algunos de los muchos venezolanos que pasan en Madrid el exilio al que les ha forzado esa satrapía bolivariana observan atónitos la potencial fortaleza electoral de una fuerza política cuya asesoría ha llevado a Venezuela al basurero de la historia. Como muy bien ha resaltado Felipe González, han arruinado al país más rico de Iberoamérica. Y eso no es algo que pueda lograrse sin esfuerzo y notable perseverancia. Y quienes les guiaron por la senda del hundimiento de Venezuela, llenándose los bolsillos de dinero muy negro, aspiran ahora a representar una nueva izquierda española. Dios nos coja confesados.

Escuchar a Otero proclamar que «los demócratas venezolanos tenemos una deuda moral con el diario ABC, por el espacio y el tratamiento, ambos privilegiados, que a lo largo del tiempo le han otorgado a los asuntos de nuestro país. Si la solidaridad es una elección, la solidaridad activa es la más alta expresión de ello. 

Más que una simple fuente informativa, Venezuela ha sido y es para ABC, un hito para pensar el destino de América Latina, para verificar dramáticamente los riesgos que entraña el populismo, para revelar, cuando corresponde, la profunda asociación entre demagogia y corrupción, que ha sido uno de los signos comunes entre los regímenes neototalitarios y populistas que seguimos padeciendo del otro lado del Atlántico.»

La labor realizada a lo largo de los últimos años por ABC y, de manera destacada por Emili J. Blasco, ha tenido un valor que queda refrendado por este testimonio de un hombre que de forma casi quijotesca ha hipotecado su vida en la lucha por la libertad desde la trinchera periodística. Otero es un hombre que tiene el infinito mérito de ser casi el único editor que ha mantenido su independencia pese al acoso ejercido contra «El Nacional» por todos los resortes de la tiranía chavista. 

Cuando un hombre con ese bagaje hace un reconocimiento como el que ha hecho de la labor de ABC, cuando en realidad era su propia labor la que se estaba premiando, podemos mirarnos al espejo con un poco de tranquilidad y saber que el periodismo libre todavía es un arma temida por las tiranías, que los periódicos de papel somos armas mucho más fuertes gracias a nuestras ediciones en la red y que desde el otro lado del Atlántico se puede ayudar a derribar las barreras que un régimen como el de Chávez y sus adláteres construyeron en Venezuela. 

Y mientras tanto, Iglesias, Errejón, Bescansa y toda su patulea pueden seguir callados. Así están más guapos, que es lo que de verdad les importa.

(Ramón Pérez Maura/ABC)

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