LA CORUÑA.
PILAR FUSTES LA CORUÑA
De nada sirve que tanto el líder autonómico del PSOE, Manuel Vázquez, como el regidor coruñés, Javier Losada, se hayan mostrado abiertamente partidarios de que se oficialice «La Coruña». Las votaciones de los socialistas acompañadas o, quizás condicionadas, por las de los ediles del BNG, cerraron las puertas a la «L». La corporación municipal de La Coruña decidió, ayer, rechazar la propuesta presentada por el PP para solicitar a la Xunta que legalice la cooficialidad de los topónimos en gallego y castellano.
De nada sirve que tanto el líder autonómico del PSOE, Manuel Vázquez, como el regidor coruñés, Javier Losada, se hayan mostrado abiertamente partidarios de que se oficialice «La Coruña». Las votaciones de los socialistas acompañadas o, quizás condicionadas, por las de los ediles del BNG, cerraron las puertas a la «L». La corporación municipal de La Coruña decidió, ayer, rechazar la propuesta presentada por el PP para solicitar a la Xunta que legalice la cooficialidad de los topónimos en gallego y castellano.
En el pleno extraordinario, que se extendió durante casi dos horas, el alcalde coruñés, Javier Losada, se escudó en un informe de la asesoría jurídica en el que se determina que los ayuntamientos carecen «legalmente» de competencias para promover una iniciativa de este tipo. Con este movimiento, el regidor coruñés se lava las manos en el debate lingüístico y cede la polémica a la Xunta, quien, según afirmó, es el «órgano competente», junto al Parlamento, para legalizar la cooficialidad.
Ante tal resolución, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, aseveró que respeta la «decisión democrática» tomada en el pleno pero puntualizó que, mientras «no haya un acuerdo» en los salones de María Pita, su Gobierno no tomará «ninguna decisión». De la misma forma, El máximo mandatario gallego estimó que el acuerdo en el ayuntamiento coruñés sería «bueno» para Galicia y la ciudad.
«Error histórico»
Borrón y cuenta nueva. El nombre oficial de la ciudad herculina continuará siendo A Coruña, hasta que, tal y como apuntó Feijóo surjan «otros momentos» para tratar la cuestión. Por esta razón, el presidente la Xunta emplazó a los partidos políticos a que, de cara a las elecciones municipales, expliquen cual es su postura en sus programas.
En el debate de la propuesta rechazada por PSOE y BNG, el portavoz municipal del PP, Carlos Negreira, apeló al «sentido común» para la modificación de lo que calificó como «error histórico», en referencia a la Ley de Normalización Lingüística que legisla el uso exclusivo en gallego de la toponimia.
Durante su intervención, Negreira recordó a los presentes que fue el propio presidente del Ejecutivo gallego quien «abrió la posibilidad» de la aprobación de la doble toponimia y matizó que la sesión de ayer era la «oportunidad de decidir si La Coruña se escribe con L de libertad».
El del PP lo tiene claro. Los votos en contra de la moción por parte del PSOE obedecen a la «hipoteca nacionalista» que acarrean desde la formación del bipartito coruñés. Así, Negreira manifestó la necesidad de poner fin al «monolingüismo excluyente» que practica el BNG y del que es «rehén» Javier Losada.
Con contundencia, Negreira se dirigió el portavoz nacionalista, Henrique Tello, para definirlo como «auténtico dinosaurio de la política municipal» .Por su parte, el equipo de Tello calificó de «farsa» la convocatoria plenaria y acusaron a los populares de «agredir» a la ciudad herculina con su postura.
En última instancia, el alcalde herculino, Javier Losada, recriminó a los populares que no fueran «capaces de separar lo partidario de lo institucional» y nombró la iniciativa del Partidio Popular como una «representación» que tendría que tener como público a «Feijóo, el Consello de la Xunta, y el grupo parlamentario del PP».
La letra de la discordia
La batalla lingüística desatada por el topónimo de La Coruña se extiende,ya, durante décadas. La Ley de Normalización Lingüística, aprobada en 1983 por la Xunta de Galicia bajo el mandato del popular Fernández Albor, establece que todos los topónimos de la comunidad autónoma deberán figurar en gallego para gozar de validez legal. Amparándose en un una norma estatal de 2004,el por entonces alcalde socialista , Francisco Vázquez, decidió desmarcarse del Ejecutivo gallego y aprobar que A y La Coruña compartieran oficialidad.
A principios de abril del año 2005, el Juzgado de La Coruña decidió suspender el acuerdo plenario y la «L» volvió a desaparecer nuevamente de la nomenclatura de la urbe gallega.
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